lunes, 31 de diciembre de 2007

Moral difusa y ética despistada.

Las películas de Hollywood, la gran mayoría, suelen ser moralmente maniqueas. Para ellas existe el blanco y el negro, el bien y el mal, y los personajes son perfectamente clasificables y definibles en una u otra categoría, olvidando toda la escala de tonalidades intermedias.



Pero, a veces, cuando Hollywood se pone serio y busca desarrollar una de esas grandes obras que pasen a la posteridad en forma de Oscar, sus guionistas demuestran porque están donde están y desarrollan historias con mucha más miga y personajes más complejos.

Sucede entonces, cuando lo hacen bien, que vemos obras interesantes, en las que los matices tienen mucho más sentido y los protagonistas muestran diversas facetas, ideales para el lucimiento de los buenos actores. Y juntando todo eso, vemos buenas películas.


Este fin de semana pasado fuí a ver "American Gangster", que es una obra que pretende entrar en ese grupo de excepción recién mencionado. Una buena película, bien interpretada, con personajes interesantes y con una ambientación excepcional. Pero una película de la que creo que voy a recordar más bien poco cuando pasen un par de días.


Después del cine, un par de amigos con los que estuve en un bar me preguntaron que me había parecido la película. Más o menos la misma pregunta que nos hicimos nada más salir de la sala los cuatro que fuimos a verla, y que no supimos responder con precisión. Y la verdad es que aun estoy buscando una respuesta.


Porque la película está bien y es entretenida.
Los personajes protagonistas, que, aunque no aparezcan juntos más que un par de minutos en la película, mantienen un pulso entre la justicia y el crimen organizado, están bien trabajados y nos enfrentan ante el hecho de que incluso los peores villanos y los más honrados héroes tienen sus propios matices y caras ocultas. Facetas que les acercan y alejan del bien y el mal según las circunstancias, y que les vuelven más humanos y cercanos al propio espectador. Y así, el terrible gangster tiene una vena filántropa y un especial cuidado de su propia familia, mientras que el honrado policia es un crápula que ha roto su vida marital, ha obligado a su esposa a dejarle y es incapaz de mantener una relación adecuada de paternidad con su hijo pequeño.


Y por otro lado, la historia que se cuenta, basada en hechos reales, es bastante interesante, con dos visiones del sueño americano desde las zonas más sucias de la sociedad, y con exitos y fracasos que aportan realismo al film. Así como una visión general de la moral perdida en nuestra sociedad que puede dar motivos de reflexión.



Pero lo cierto es que, más allá de una muy buena factura y un resultado muy correcto, la película no contiene nada que me llamara la atención o me pareciera especial.



Igual al final es la película que acaba llevándose el gato al agua en la ceremonia de los Oscar, y a lo mejor Denzel Washington y Russel Crowe reciben una estatuilla más para su colección de premios. Pero si al final es así no será por que se trate de una obra muy importante, sino por haber tenido poca competencia.


Y nada más que añadir, una película atractiva para pasar un buen rato, pero que no responde a las grandes expectativas que genera su promoción. Disfrutadla si os surge...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué insinúas Oligoqueto?
Buscas que te tatué "amor" y "odio" en los nudillos?
Sé donde vives, no lo olvides...

Anónimo dijo...

buena crítica en general,... yo la ví el día 30 y me pareció como mucho de 6. las comparaciones son odiosas y a veces estan un poco traidas por los pelos, pero frente a "el padrino" no aguanta ni un asalto. pese a la duración, los personajes principales no tienen apenas matices (el resumen de oligoqueto es todo lo que dan de sí) y los secundarios ni siquiera existen. eso sí, queda bien claro cómo se pinchaba la heroína y que las negras la cortaban en bolas, para no poder robar ni un gramo,... ¿que los guionistas están en huelga?, pues debe ser porque de verdad no les dejan hacer bien su trabajo o porque tienen un morro que se lo pisan,... vivimos bajo la dictadura de la imagen y parece que con eso basta, pero ya dijo alguien que un buen guión mal dirigido es una buena película pero que un mal guion no lo salva nadie.