Soy un petardo.
Desde que tengo mi propio blog no hago otra cosa que hablar de él.
Mi ego va en aumento, y mi egolatría se dispara. Y creo que empiezo a ser repetitivo.
- ¿Has visto mi última entrada? Me la curré mucho, tío, tío, no dejo títere con cabeza hablando de la ensaladilla rusa. Soy tope vacilón...
No, en serio.
Quiero pedir disculpas.
A mis amigos, a mis amigas, a los que me quieren, a los que me odian, a los que entraron por accidente en el blog y han vuelto a entrar, y a los que entran obligados porque ya son muchos años juntos, a los que entran todos los días y me lo demuestran, a los que entraron el primer día y perdieron el link, a los que entran de cuando en cuando y se pierden entre tanto post. A los que usan pseudónimos para que no sepa quienes son y a los que usan su propio nombre para que lo tenga bien claro, a los que ya he descubierto. A los de otros blogs que saben que les visito, a los que creen que les visito y a los que no visito nunca. A los que comentan y a los que no comentan, al que me llamó hijo de puta y luego no se ha vuelto a dar a conocer, al que envié un beso pensando que era su esposa y a su esposa, a la que mando un beso. A los que menciono de vez en cuando y a los que me enseñan páginas nuevas.
Y sobre todo, a los que beben Coca-Cola, porque sin ellos este plagio no tendría ningún sentido.
A todos vosotros, perdonadme, pero es que un blog, tal y como lo escribo, no deja de ser un poco onanista. Espero moderarme algo más en persona.
Sed felices...
1 comentario:
Tranquilo, estás perdonado; puedes levantarte.
Ahora, besa mi mano.
Vuelve a tus obligaciones fiel lacayo.
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