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martes, 6 de diciembre de 2011

Velocidad y tocino.

Sabéis, aunque para la mayoría de los que me conocen soy un cabezón muy poco razonable, lo cierto es que me gusta hacer lo posible por contrastar fuentes. Claro está que "lo posible" es un precioso eufemismo nada preciso, y que en la mayoría de las ocasiones no lo hago porque, dentro de las ideas que uno ya tiene decididas sobre lo que está bien y está mal, muchas veces ni si quiera me doy cuenta de que hay algo que contrastar (por ejemplo, si me dicen que Jiménez Losantos ha propuesto en la radio o en una columna de opinión esterilizar a la cúpula del PSOE para evitar que se extienda su prole, a estas alturas ya me lo trago sin más; eso y muchas otras barbaridades).
Pero creedme, cuando me llega alguna noticia exagerada o un titular con pinta de querer llevarme al huerto, procuro buscar por ese maravilloso mundo que es internet, no sea que efectivamente me estén dando gato por liebre una vez más, y no sea oro todo lo que reluce...

Pues hoy he leído algo que me hubiese gustado contrastar más, pero que tendré que creerme viniendo de fuentes más o menos fiables cómo el Daily Mail. Por desgracia, mi conocimiento del árabe es nulo, porque hay que admitir que me encantaría proundizar en la noticia.
El titular que leí originalmente en El País es el siguiente:

"Insulto a la inteligencia: 'no habrá vírgenes' si las saudíes conducen"

Al parecer, para evitar que se levante la ley que prohibe conducir a las mujeres saudíes, el más alto consejo religioso de Arabia (Majlis al-Ifta’ al-A’ala) ha difundido un estudio "científico" encargado al antiguo profesor Kamal Subhi, de la Universidad Rey Fahd de Arabia Saudita, en el que se afirma que, en caso de acabar permitiendo conducir a las mujeres en aquel país, se obtendrían los siguientes resultados en un plazo de diez años:

- Perdida de las vírgenes en el país.
- Aumento de la homosexualidad (tanto masculina cómo femenina).
- Mayor difusión de pornografía.
- Crecimiento de la prostitución.
- Aumento del número de divorcios.

Planteándome esas conclusiones, no he podido evitar recordar la teoría difundida por mi muy querida iglesia del Flying Spaghtti Monster en la que se demostraba, con un indiscutible gráfico, la correlación perfecta que existe entre la disminución de la piratería en el mundo y el calentamiento global...

Pero he preferido tomarme la idea en serio e intentar comprobar la certeza de la propuesta del señor Subhi, basándome en mis propias vivencias. Y esto es lo que he podido concluir:

- La oficina del Registro Civil aquí en Madrid está relativamente mal comunicada, en la calle Pradillo, en un punto que no queda del todo bien ni para la parada de metro de Alfonso XIII, ni para la de Concha Espina, ni siquiera del todo cogiendo el autobús número 40. Ahora, en coche, a veces se puede hasta aparcar enfrente...
Si las mujeres condujeran, llegarían con mucha más facilidad a la oficina y podrían tramitar muchos más divorcios (!!).

- Que viviendo tan cerca cómo vivo de una de las calles predilectas de la prostitución de Madrid, puedo afirmar cómo un hecho indiscutible que cuantos más coches pasan por ella de noche, más servicios se realizan.
Por otro lado, si las mujeres condujeran, sería lógico pensar que por las noche pasarían más coches por dicha calle, pues habría más conductores.
Luego, por propiedad transitiva, si las mujeres condujeran, crecería la prostitución (!!!).

- Es indiscutible que con un coche se va más rápido que andando, en patines o en bicicleta. Si una persona tarda 20 minutos en acercarse a un quiosco a comprar una revista pornográfica, con el coche tardará a lo sumo 10.
De lo que se deduce que el factor limitante que supone el tiempo que se tarda en conseguir pornografía se ve drásticamente reducido por el efecto de conducir.
Por lo tanto, sí, si las mujeres saudíes condujeran, tendrían tiempo para consumir mucha más pornografía (!!!!).

- ¿Quién no ha oído hablar del tópico de la "lesbiana camionera"? Y no nos engañemos, la mayoría de "osos" que uno se puede cruzar dando un paseo por la calle Fuencarral tiene una pinta de camionero que tira para atrás (de camionero estadounidense, para ser más concretos, probablemente transportadores de madera, me atrevería a decir). Y cuando el río... se oye a la lejanía... igual... puede ser que alguien haya abierto un grifo...
Evidentemente, no puede haber camioneras sin permiso de conducir. Luego permitir a las saudíes tener permiso de conducir, sólo puede acabar en un aumento flagrante de la homosexualidad (!!!!!).

- Y por último ¿que conductor no se ha perdido alguna vez conduciendo un coche? Imaginen ahora a todas las vírgenes de Arabia Saudita conduciendo, a la vez, con lo complicado que debe ser conducir allí que el paisaje debe ser todo de lo más parecido con sus dunas y sus oasis aquí y allá. En diez años fijo, fijo, que todas ellas se han perdido alguna vez.
Así que sí, si se deja que la mujer saudí conduzca, en un plazo de diez años se puede apostar a que seguro que todas las vírgenes se han perdido.
Al menos textualmente...



Pues eso, que vamos...

jueves, 7 de abril de 2011

Noticia de la semana.

Hay noticias y noticias.

Las hay buenas, que son pocas y poco dignas de mención cuando no te tocan de cerca. Y las hay malas. Que pueden serlo de forma objetiva, de esas que últimamente tienen que ver con terremotos y centrales nucleares. O, más subjetivamente, que les pasa como a las buenas, que lo son porque te tocan.

Luego las hay inclasificables.

La de hoy, de hecho, es inclasificable.

Imaginaos al auditor de informática de tu empresa, imprimiendo un papel y leyéndolo en alto, sin avisar:

"Una jubilada de 75 años..."

Ya está, algo tétrico, la pobre mujer se cayo en su casa y se desangró sin que nadie pudiera ayudarla...

"...deja sinconexión de Internet..."

Pues no, va a ser que la mató el desequilibrado de su hijo por cortarle la conexión cuando jugaba a alguno de esos juegos violentos en red, cualquier que se os ocurra...

"... a toda Armenia."

Ostia.

"La mujer cortó sin querer el cable de fibra óptica que enlazaba Georgia con Armenia"

Preguntas al vuelo:
- ¿Toda Armenia conectada a internet por un único cable? Pues sí, igual no tenemos motivos para quejarnos de nuestras redes, después de todo...
- ¿Estaba el cable por ahí en medio, sin más? Respuesta en el propio artículo, la da el jefe de marketing de la empresa de telecomunicaciones: "No entiendo cómo logró encontrar el cable ()... Está enterrado en el suelo".
- ¿De que grosor de cable estamos hablando para que se corte tan fácil? Ni idea, pero es imaginable que no se trata de Super Abuela, así que no debía ser muy grande. A no ser que, se me ocurre, encontrara el cable excavando y llegara a la conclusión de que era un gran tesoro digno de un gran esfuerzo. Igual al final tenía un diámetro de muchos centímetros...
Dicen que, cada vez más, las guerras se van a librar en el mundo de la tecnología. No puedo evitar pensar en un ejercito de viejecitas, azadón en mano, atravesando cual lemmings las líneas enemigas para liarse a golpes contra los postes de la luz y las antenas de telefonía móvil.
El futuro, cada vez más cerca...

martes, 8 de marzo de 2011

Etimología básica II

Como algunos ya sabéis, y en alguna ocasión anterior fue mencionado en este blog, mi apellido tiene un claro acento extranjero que se pierde en la lejanía de la ciudad natal de Goethe.
Y supongo que no será una novedad para nadie que las relaciones entre Francia y Alemania nunca han sido excelentes, por lo que no sorprenderá que me resulte poco afín el país de Dumas (algo relativamente común en España, por otro lado)...

Esta mañana, en el trabajo, un compañero mío ha recibido un email de una tal Marilyne, solicitando información sobre algo que está fallando entre su empresa y la mía (y que, por lo que hemos investigado, tiene toda la pinta de fallar por su lado, aunque seguimos mirándolo y les damos buenas palabras para ser educados y cordiales).
El asunto lleva coleando un tiempo, semanas, pero habitualmente lo tratamos con su compañero Boris, que además estaba en copia tanto del email de Marilyne como en el de la respuesta de mi compañero. Así que nos ha sorprendido recibir un email de Boris veinte minutos después del de Marilyne, pidiendo básicamente lo mismo que ella e indicando si lo habíamos podido mirar...

Mi compañero es un tipo elegante y educado. Pero cuando le he hecho ver el email de Boris, del que aun no se había percatado, su contestación ha sido algo parecido a: "Es que no sé si responderle, porque si lo hago voy a tener que decirle 'Te acabamos de decir que lo seguimos mirando aunque nos parece que todo está bien por nuestro lado, francés hijo de puta'".

Dado el exabrupto y las connotaciones xenófobas, he decidido indicarle a mi compañero que mi apellido es francés (algo falso que él ya sabía), sólo por chinchar.
Su respuesta ha sido "Tan francés como las salchichas de Frankfurt".
Ante lo cual sólo he podido decirle "Exactamente", dado el acierto con la ciudad en cuestión de la que viene el apellido.
Y aquí es cuando hemos empezado a darle una nueva vuelta a la etimología...

Evidentemente, me ha dicho mi compañero, el frank de Frankfurt viene de franco, francés. Y yo le he dicho que sí, y que el furt venía de furcia, luego era de cajón que la ciudad la habían tenido que fundar un grupo de furcias francesas, seguramente llevadas allí en una de esas caravanas de solteras que se organizaban hace siglos, que al final las francesas siempre han tenido mucho predicamento por el resto de Europa. Y, por cierto, que seguramente de ahí venga el gusto por el cabaret subido de tono que había en la Alemania pre-nazi...
Todo ello hacía que ese "francés hijo de puta" que había soltado antes mi compañero, en mi caso no resultara un insulto, sino casi una descripción de la localidad de origen de mi apellido...


Esto no es que me dejara en un muy buen lugar, pero tampoco voy a decir que me preocupe demasiado. Recuerdo que una prima mía, que estudió historia, tuvo que buscar la genealogía completa de mi familia por la parte de mi segundo apellido, muy español ese. Y descubrió en el camino alguna que otra mujer de mala vida que se remontaba en nuestra historia, unos siglos atrás. Así que tampoco me preocupa demasiado que haya unas cuantas putas más en lo más profundo de mis raíces genealógicas. Al final dicen que los perros más listos son los que salen de cruces callejeros, y yo estoy seguro de que entre muchas casas reales se da cierta polaridad por la que o tienes raíces similares a las mías y un nivel intelectual decente, o tienes una sangre más pura que el agua de Evian y tu intelecto está por los suelos...

Pero sí que se puede apreciar una vez más la importante moraleja: lo esencial que resulta la etimología a la hora de contarnos significados en las palabras que en principio ignoramos, y en casos como este, incluso partes de la historia oscurecidas por el devenir de los acontecimientos (por si no lo sabéis, el Banco Central Europeo tiene su sede en Frankfurt; la cabra tira al monte y los banqueros a sus orígenes, los muy...).
Es muy fácil, si sabes aplicar adecuadamente la etimología, sacar una gran información de las palabras a partir de ella. Y si no, de qué iba a tener yo todo este conocimiento que he compartido con vosotros...

lunes, 30 de noviembre de 2009

2012

El milenarismo va a llegar...
Después de haber superado la crisis mundial que provocaron los presagios de Nostradamus (que, la verdad, son tan metafóricos que a saber de que narices hablaba el hombre), ahora nos toca lidiar con los mayas y sus antiguas profecías. Unas que, según algunos intérpretes, nos abocan al fin del mundo a finales del año 2012.
Aquí hay un mínimo desacuerdo, según algunos ocurriría el día 21 de diciembre, para otros es el día 22 y otros dicen que será el 23. Pero vamos, que visto lo visto con otras profecías, podemos fiarnos porque el grado de precisión es muy alto...

Cuando uno intenta buscar información al respecto se topa con el muro que supone internet y sus mecanismos de transmisión de la información. Hay mucha, demasiada. Pero como sucede con casi cualquier tema "raro" o que no sea de pura opinión, es una información demasiado filtrada. Tiene muy pocos orígenes muy repetidos. Y en este caso en concreto da la sensación de que todas las fuentes que se pueden encontrar hubiesen captado sus datos de un mismo sitio original. Es muy difícil encontrar nada que se salga de un determinado esquema, con lo que información real hay muy poca.

Personalmente, dadas las fechas a las que se refiere la profecía, tiendo a pensar que nos está hablando más de un cambio simbólico. Uno, además, muy particularizado, en el que el mundo cambie radicalmente para unas pocas personas ("it's the end of the world as we know it", que diría REM). Posiblemente porque les toque la lotería de navidad y sus vidas ya no sean las que eran... Por lo demás, me declaro escéptico.

Pero, curioso como soy, no pude evitar ir al cine, a ver que proponía la película "2012". Porque, aunque no lo parezca y no lo creáis, este es un post de cine; con mucho relleno, pero de cine. Y sacié mi curiosidad con un par de horas y media de mundos en destrucción, interesantes ideas geológicas basadas en improbables ideas sobre la física de partículas, y falsa bonhomía en los peores momentos que, honestamente, resulta increíble y algo cargante.

(Advierto que hoy no me voy a cortar a la hora de hacer de spoiler, así que allá vosotros si seguís leyendo. Ya lo dice el cartel, estábamos avisados)

La película es un contínuo escapar de situaciones al límite, hasta llegar a un final mínimamente ilusionante que casi produce vómito. El director o el guionista debió tomarse muy en serio su propio sentimiento de culpa por lo mal que los mundos desarrollados hemos tratado a África, así que acaba convirtiéndolo en una suerte de última esperanza para el ser humano. Y resulta tan forzado que de no ser porque toda la película lo es me hubiese producido algo de vergüenza ajena.

Pero supongo que después de más de dos horas narrando situaciones físicamente dudables, uno pierde la capacidad de sonrojarse con las tonterías, así que al final da igual.
Y es que a lo largo de la película uno se inmuniza. La primera vez que un movimiento de tierras pone en peligro las vidas de los protagonistas, resulta... no sé, curioso. Pero a base de que las grietas les persigan y el mundo se transforme en una carrera de obstáculos para los diferentes vehículos que se van empleando en su huida hacia delante, todo se convierte en una repetición constante de las mismas catástrofes en diferentes formatos.

Llega un momento en que parece que los desastres les persiguen en exclusividad y casi dan ganas de que se mueran todos, a ver si así las desgracias consiguen su objetivo y dejan de destruir el mundo. Pero no, las limusinas, las caravanas y los aviones siguen evitando la caída de edificios, pedruscos y bólidos, como si no existiesen las leyes de la física, y parece por momentos que la intención del director sea vencernos por extenuación.

Es en ese momento cuando se produce el único giro interesante de la película. Resulta que mientras te han estado haciendo creer en todo momento que los humanos se van a salvar de su destrucción gracias a super-naves espaciales, a los guionistas se les ocurre darle "realismo" a la película. Uno no sabe muy bien por qué después de tanto tiempo de idioteces les da por dejar de exagerar a lo bestia, pero la verdad es que se agradece el cambio y la sorpresa. Y al final se inventan unas super-arcas, como las de Noé pero a lo grande, en las que los futuros salvadores de la civilización se embarcan para esperar que la Tierra recupere su equilibrio mientras ellos navegan en busca de tierra firme.

Por en medio de esta historia hay que rellenar con seres humanos de carne, hueso y sentimientos, así que se recurre a una serie de tópicos que hagan de la narración algo más fumable. Los rellenos en este caso se llaman Chiwetel Ejiofor y Thandie Newton por un lado y John Cusack y Amanda Peet por el otro. Los primeros tiran más por el lado científico y burocrático, lo que les hace más interesantes pero menos sentimentales. Mientras que los segundos se centran en el concepto de familia, y son más entrañables, pero también más aburridos y predecibles.
Sus actuaciones simplemente son. Pero he de destacar que Amanda Peet sigue muy guapa pese a ir notándosele ya los años, mientras que a Cusack no se le notan nada y sigue siendo el ciudadano medio por excelencia. Confieso que el hermano pequeño de Joan siempre me ha caído bien, sobre todo después de interpretar "Alta fidelidad", una de las mejores versiones cinematográficas de un libro que he visto jamas.

Al final la película tiene algo muy positivo, y es que se acaba.
Como era de esperar, los protagonistas sobreviven y son muy felices, lo cual nos hace olvidar la insignificante muerte de varios miles de millones de personas. Y la moraleja que nos queda es que tenemos que ser muy buenos, porque... porque sí.
Evidentemente, es una película para ver en el cine. Solo así se pueden apreciar en su justa medida los efectos especiales que hacen "creíbles" los momentos de más acción de la película. Y, honestamente, son casi lo único que merecen un mínimo la pena.
Ahora bien, si le pides algo más a una película... si le pides algo... quizás puedas esperar a verla más adelante.
Igual incluso se cumplen las peores profecías y el mundo se acaba en el 2012, con lo que a lo mejor no tienes porque verla nunca. "Always look at the bright side of life", que dirían algunos...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Resacón en Las Vegas.

Cada vez soy menos selectivo a la hora de ir al cine. Cada vez me cuesta más ir a ver películas serias, dramas, obras de autor de esas en las que se nos quiere hacer ir algo más lejos y plantearnos cuestiones trascendentales.

Quizás porque, por mí mismo, ya pienso más de lo que debería. Y en ocasiones me encuentro viendo películas tontas y dándole mil vueltas a alguna idea suelta que deja caer, como si buscase sus claves más escondidas.
También porque me hago mayor y todo se vuelve más serio a mi alrededor, más agotador, y necesito desconectar. Y muy posiblemente porque, aunque uno intente que el mundo a su alrededor no le afecte, al final se deja alienar por la sociedad de lo fácil en la que vivimos y tira a eso, al consumo inmediato.
Aunque también me gusta pensar que cada día le doy más importancia al humor como motor de muchas cosas, y que si me acerco a algunas películas es porque también necesito de él en mi vida. Es, en cierta forma, mi peculiar manera de afrontar el mundo con optimismo...

El caso es que fui a ver "Resacón en Las Vegas" guiado más por la idea de dejarme llevar que por cualquier otra. El título no invita, nada, y tanto los actores protagonistas como el trailer que había visto me parecían bastante vulgares. Así que buscaba algo que simplemente me entretuviera un rato.


Pero me encontré una agradable sorpresa, y he de decir que disfruté mucho de la película.
Sin que ésta me pareciera nada especialmente memorable, y dejando claro que es una película destinada básicamente entretener, lo cierto es que me encontré con una obra muy bien hecha.
Y cuando digo que está muy bien hecha es porque me parece que está muy bien "medida", que resulta muy redonda y está muy bien contada, que los personajes son interesantes y que las dosis de extravagancia y surrealismo no cansan y caen sobre la película perfectamente calculadas para producir su efecto óptimo.

La historia en cuestión no es muy original, de hecho resulta casi vulgar: un grupo de amigos que se van a Las Vegas a celebrar la despedida de soltero de uno de ellos, desfasando en una noche loca de esas que no se cuentan a la pareja y que posiblemente no se repetirán jamás (al menos no hasta la siguiente despedida de soltero). Subidón, subidón, subidón, y si te he visto no me acuerdo...
Pero se escoge una forma especial de narrarla que hace que toda la peripecia, todo el exceso cometido, resulte especialmente interesante, capte la atención de forma inmediata y mantenga esa atención como si en vez de una comedia idiota se tratara de una obra de suspense. Se nos cuenta desde el día siguiente y desde la reconstrucción de los hechos a base de los retazos de vivencias que el alcohol y las drogas no han conseguido destruir. Y se añade una búsqueda contra el reloj que le da al conjunto mucho más ritmo y tensión. Todo un acierto del guión.

Para mi fue muy curioso encontrarme enganchado a lo que se me estaba contando casi desde el inicio, deseando saber más, como ocurre con esas novelas que enganchan y no puedes dejar de leer aunque sea de madrugada, o como sucede cuando un capítulo de una serie de televisión es verdaderamente bueno y te atrapa de tal forma que los anuncios se convierten en una especie de tortura diabólica. Simplemente no me esperaba eso de este tipo de película, y me gustó especialmente lo que consiguió y la forma de hacerlo.

Puede que haya situaciones demasiado sacadas de quicio, y puede que haya personajes que resulten irrealmente absurdos. También es posible que otras se resuelvan de maneras que resultan demasiado cogidas por los pelos.
Pero lo cierto es que la película combina muy bien sus idioteces con la destreza narrativa. Y no hay mejor muestra de ello que la secuencia de fotos final, en la que vemos como se atan magistralmente todos los cabos que puedan quedar sueltos mientras queremos cerrar los ojos ante algunas de las animaladas que se nos enseñan.

No diré que sea esencial verla en el cine, pues tanto por temática como por sus formas es pura carne de videoclub.
Pero creo que al final es de esas obras en las que merece la pena gastarse el dinero, por lo satisfecho que sales del cine. Y no tanto por ser una gran película como por lo bien que cumple con sus objetivos y lo que puede sorprender su historia.
No es solo una nueva película chorra, no es únicamente otra idiotez más para adolescentes. Tiene de eso y quién espere algo así no saldrá decepcionado. Pero tiene ese "algo más" suficiente para que cualquiera con un poco de amplitud de miras se sienta satisfecho.
Recomendable como poco.

lunes, 20 de julio de 2009

Bruno.

Recuerdo muy pocas películas en las que me haya encontrado con gente que sale de la sala. Realmente, si me pongo a pensarlo, solo recuerdo dos: "Borat" y "Bruno".


Lo de "Bruno" tiene trampa, porque la vi hace unos días y porque las personas que abandonaron la sala lo hicieron porque, obviamente, no sabían que iban a ver. Eran una familia con niños pequeños que, posiblemente, dado que era un estreno y aun no se habían oído muchos comentarios, pensarían que se trataba de una comedia normal. Y "Bruno" no tiene nada de normal.
Lo de "Borat" en cambio me dejó marcado. Fuí a verla solo, después de varias semanas en cartel y con muchos comentarios sobre ella en todos lados, y en total creo que entramos 7 personas en la sala, pero al terminar la película quedábamos 3. El resto fueron saliendo a medida que la obra se iba haciendo más y más difícil...

No creo que sea una coincidencia que ambas películas sean del mismo tipo, ni que sean tan parecidas en cuanto a su forma de entender el humor y a su estructura. Simplemente Sacha Baron Cohen ha conseguido tocar una tecla de esas duras que hacen que su trabajo despierte pasiones. Se le odia o se le adora. Y generar esos sentimientos tan enfrentados y apasionados es muy difícil...

Confieso que a mi me gusta. No puedo decir que sea un fan, pero me río con sus animaladas. Y me sonroja y me hace retirar la mirada con algunas cosas, y me produce bastante vergüenza ajena con algunas otras. Pero me divierto viendo sus películas, y eso es suficiente para seguir yendo a verle.

Decía antes que provocar ese tipo de pasiones es difícil, y hay quien puede creer que eso no es verdad. Quien pueda pensar Baron Cohen simplemente hace el ganso y lo lleva al límite para provocar la hilaridad, y que eso es fácil. Pero no lo es.
Y no lo es no solo porque no sea nada fácil encontrar un humor salvaje con el que mucha gente esté dispuesta a implicarse y disfrutarlo, sino también porque, a lo largo de la película, Bruno, el personaje en el que Baron Cohen se convierte en esta ocasión, se la juega en más de una ocasión. Y cuando digo que se la juega me refiero a un plano físico. Hay agresiones que le pasan muy cerca...

Prefiero no contar demasiado sobre lo que sucede en la película. Entre otras cosas, porque es muy difícil de "contar".
Digamos que se parece mucho a "Borat" en muchos aspectos, pero que es suficientemente diferente como para que se disfrute sin recordarla. Digamos también que me resultó mucho más salvaje y políticamente incorrecta, lo cual debería servir para que los que vierais la primera os hagáis una idea. Y digamos por último que yo me reí más con "Bruno".


En cuanto al señor Baron Cohen, poco que decir. Que me parece un genio complicado del que difícilmente disfrutaré mucho tiempo, pues si repite sus técnicas acabaré cansado. Pero que no dudo que tiene un mérito tremendo, y que hoy en día me parece el mayor provocador del mundo del humor.
De su habilidad para reinventarse y seguir rompiendo con todos los esquemas de la educación y la corrección dependerá en gran medida su futuro. Y de su capacidad para hacerlo sin caer de lleno en la chabacanería más simplona, algo a lo que se arriesga en muchos gags.
Hoy por hoy su película es de lo más divertido que he visto en mucho tiempo, admitiendo en cualquier caso que es muy posible que alguien vaya a verla y solo tenga ganas de vomitar.
No es para cualquiera, y resulta totalmente desaconsejable para niños y para muchos adultos.

Pero solo puedo recomendarla para aquellos que sepan quien es Sacha Baron Cohen...

miércoles, 15 de julio de 2009

Pagafantas.

A ver, una película con un título así, con ese cartel... no invita a tener grandes expectativas. Encima protagonizada por Gorka Otxoa, que no se puede decir que sea mi actor televisivo favorito... no sé... últimamente el cine español de orientación juvenil es un verdadero desastre.

Bueno, la dirige Borja Cobeaga, así que no puede ser tan mala. Y sí, puede que la palabra "pagafantas" asuste, pero cuando se conoce cual es el concepto detrás del sonido, uno no puede evitar sentir cierto cariño por él. Cariño y complicidad, claro...

Y coño, resulta que las críticas no son malas, mi amigo el cómico me la recomienda y, seamos sinceros, la chica protagonista está más que bien, así que... vayamos a verla.


No me arrepiento, en absoluto.
No es la mejor película del mundo, pero sí es divertida y contiene muchas escenas reconocibles. Casi todos llevamos un pagafantas dentro y, por trillado que esté el tema del amigo enamorado al que la amiga no puede ver como algo más, la verdad es que el punto de vista "hispano" convierte a la película en algo que, al menos, parece diferente.
Cobeaga hace un buen trabajo, con referencias a grandes clásicos muy bien empleadas. E incluso Gorka Otxoa me gustó como protagonista, dentro de un gran reparto en el que destacan Óscar Ladoire y Kiti Manver (injustamente olvidada en el cartel) pero en el que todos sacan su papel adelante con muy buena nota. Así que no puedo quejarme del resultado...

Lo cual no quiere decir que no contuviese algunos fallos. Parte de lo mejor que tiene es que transita por un espacio en el que es muy fácil caer en el peor chabacanismo humorístico español, y consigue esquivarlo con bastante gracia y estilo. Pero sí que es cierto que algunos chistes, puntualmente, se llevan hasta un extremo en el que se salen del tono general de la película, y parecen fuera de sitio. Y que, aunque no llegue a cansar nunca, hay momentos en los que el desarrollo de la idea del pagafantas parece un poco escaso para una película entera.

Pero vamos, que es una obra más que decente para ser la opera prima de nadie, demostrando buen estilo en su director. Y que es divertida sin resultar convencional ni vulgar, un gran mérito. Soy de los que opinan que hacer una buena comedia es bastante complicado, y está me pareció al menos por encima de la media.

Así que os voy a recomendar que vayáis al cine a verla, pues aunque parece un producto perfecto para el vídeo, siempre conviene apoyar a directores noveles que resultan así de prometedores, y más nos vale proteger el talento.
Que os divirtáis...

lunes, 13 de julio de 2009

Zack & Miri

Hace un tiempo puse en el blog un vídeo de parte de una conferencia de Kevin Smith, en la que narraba su experiencia como guionista. En aquel post expresaba mi admiración por Kevin Smith como creador de diálogos, y decía de él que me parece un tipo de lo más divertido.

El caso es que llevaba ya un tiempo sin ir a ver nada suyo en el cine. Poco a poco dejó de ser tan rompedor, se convirtió en un tipo algo repetitivo para mi gusto, y dejó de apetecerme ir a ver sus películas. Pero en esta ocasión, no sé porque (quizás porque mi amigo el "Crítico sin criterio" lleve meses anunciando su crítica a la película en su blog) me apeteció ver "¿Hacemos una porno?", la traducción española de "Zack and Miri Make a Porno".

La película es, sin ninguna duda, una película Kevin Smith. Contiene sus típicos diálogos fluidos e ingeniosos, los personajes callejeros con sus expresiones macarra y su ya casi inevitable inclinación hacia el romanticismo, que se intenta esconder detrás de todo lo anterior para no resultar cursi.
Pero contiene también sus fallos más típicos: cierta dificultad para desarrollar la historia de forma ajena a esos diálogos, de manera que no se pierda el ritmo y el interés fuera de ellos, y una preocupante pérdida de frescura y naturalidad que posiblemente derive del hecho de que, como todos, se va haciendo mayor.

Aun así me gustó la película.
Me había planteado ir a ver "Pagafantas" en su lugar, sorprendido por la valoración de alguna de sus críticas, y me hizo gracia encontrarme en la película de Smith con dos personajes cercanos al concepto. Porque no es que Zack esté detrás de Miri y eso le convierta una pobre marioneta de los gustos de una agasajada Miri, pero sí que son dos mejores amigos de diferente sexo.
Es cierto que se alejan totalmente de la idea cuando se analizan los diferentes intereses de cada uno sobre el otro, y se ve que básicamente son dos amigotes que viven juntos, como podrían serlo dos mejores amigos chicos. Pero también es verdad que al final el fondo de la cuestión es el mismo, la dificultad de mantener una relación de amistad así, y de que cuando no hay un equilibrio entre lo que uno espera del otro, o ese equilibrio se rompe, la tensión sexual puede cambiar totalmente la amistad inicial.

En cuanto a los actores, confieso que Seth Rogen me resulta un tipo bastante divertido y entrañable, aunque sea solo por su físico. Pero que también tiene cierta capacidad para dejar de ser un osito y parecer un tipo retorcido. Es decir, que me gusta como actúa.
Y Elisabeth Banks fue todo un descubrimiento de la película, pues, aunque tiene un rostro de rubia guapa estándar y no pueda decir que la recuerde de ninguna película anterior, salí de la sala pensando que era "algo diferente".
El resto de actores y actrices del reparto tiene menos peso en la película, pero se ven recompensados por el hecho de que sus personajes tienen todos un toque "extraño" que les hace especiales y, pienso, más fáciles de interpretar. Personalmente, todos me resultaron graciosos en su papel.

Lo peor de la película es que sabemos exactamente lo que va a suceder. Y que pese a todas las burradas que puedan soltar por sus bocas los personajes, hay momentos que quedan demasiado edulcorados, casi increíbles.
Pero pese a ello, teniendo en cuenta que es una película sin grandes pretensiones, sigue siendo bastante divertida.

En definitiva, resulta una película muy entretenida que posiblemente decepcione a los fans de Kevin Smith más partidarios de "Clerks", y que seguramente no parezca muy mala a los que lo somos más de "Persiguiendo a Amy".
Quizás no merezca pagar la entrada de cine y sea mejor esperar a verla en la tele o en vídeo. Pero tampco dejaría de verla si la oferta contraria fuera una serie como, por ejemplo, "Hospital Central", no se si me entendéis.
Aceptablemente interesante...

martes, 7 de julio de 2009

Monstruos S.A.

El otro día pusieron en televisión "Monstruos S.A.". No había vuelto a verla desde que la vi en el cine hace unos años, cuando la estrenaron, y ya entonces me pareció muy buena. Pero al verla de nuevo he visto cosas que se me pasaron por alto la primera vez, así que me ha apetecido hacer un post sobre ella.

Tengo un compañero de trabajo al que también le gustan mucho las películas de animación. De hecho es un tío muy creativo, con mucha imaginación y bastante talento para pasar sus ideas a imágenes, y está haciendo un máster en animación. Empieza a hacer cosas verdaderamente buenas y antes ya hacía maquetas y disfraces muy trabajados y conseguidos (algún día os pondré alguna foto de sus gremlins, espectaculares).
El caso es que, en su opinión, "Monstruos S.A." es la mejor película de animación de la historia. Yo tengo otras tendencias, y desde el año pasado mi favorita es "WALL-E", aunque antes me tiraba más hacia las obras maestras de Miyazaki. Pero he de reconocerle el buen gusto, porque realmente "Monstruos S.A." es una grandísima película.
Aparte de lo más obvio, de lo divertida que es, con esa colección de monstruos imposibles, y de lo imaginativo que resulta su argumento, lo que más me ha gustado de mi segundo visionado de la película son sus ideas de fondo. Como se tratan el miedo y la risa de los niños como si fueran lo más valioso del mundo, y la idea de encontrar una energía renovable para impedir que la sociedad pueda seguir funcionando.
La primera idea hace que la película sea especialmente entrañable. Es fácil captar la empatía de cualquiera cuando se trata de hacer reír o llorar a un niño. Y hace que llegue especialmente la escena en la que Boo descubre que Sulley es un monstruo, cuando le obligan a rugir en la sala de prácticas. Mientras que la segunda me parece una forma muy buena de meter una idea importante en la cabeza de los niños. No es ninguna coincidencia que, al final, la risa se relacione con un sistema sostenible de mantener los requerimientos energéticos del mundo de los monstruos.

Por otro lado, los personajes de Mike y Sulley tienen bastante gracia, pese a que sus dobladores no sean especialmente de mi agrado. Creo que le pediré la película original a mi amigo para ver que tal queda en su idioma, pues no creo que en inglés haya ninguna expresión traducible por "ande andará". Pero el personaje de Boo es casi mejor, habiendo conseguido la dobladora original crear una niña especialmente creíble, motivo por el cual imagino que no se preocuparon de doblarla posteriormente en su versión en castellano. Es de admirar además como consiguen los animadores trasladar sus sentimientos a imágenes de una forma tan realista, mejorando si cabe al personaje.

Por lo demás, la película se ve con mucha facilidad, manteniendo el ritmo sin problemas al ser tan cortita. Que el final esté tan azucarado es más que perdonable, teniendo en cuenta que se trata de una película para niños. Pero lo que sí resulta bastante imperdonable es que las televisiones en España sean incapaces de respetar los títulos de crédito, y que nadie se moleste en hacérselos respetar. En este caso, además, porque las tomas falsas que se supone que hay al final de la película son bastante graciosas, y en la tele se los cargaron con el resto de los créditos.
Os las pongo aquí, por si no las recordabais.



Disfrutadla, si tenéis otra ocasión.

lunes, 6 de julio de 2009

Te quiero, tío.

Sí, tú, ese que me lees...

No, en serio, que este post no va de un tipo medio borracho, abrazando por los cuellos a un tercio de cerveza y a un sufrido amigo que le lleva a casa. Que va de una película más...

Fui a verla porque, aunque no sea de la factoría Apatow (del cual empiezo a ser fan convencido), había oído que era una película muy de su estilo. Así que suponía que tenía que ser divertida.
Además, mi amigo el humorista me la había recomendado diciéndome que le parecía una obra maestra, y tiendo a fiarme de su gusto en lo referente a la comedia. No solo porque sea su profesión (lo cual, viendo a muchos comediantes españoles, no dice mucho), sino porque me gusta y comparto su sentido del humor, así que la película tenía que gustarme.
Y aunque me la vendió como mejor que "Paso de ti", comedia que me encantó en su momento (por cierto, repasando lo que escribí en julio del año pasado, me ha entrado cierto complejo por lo que escribo hoy en día; era mucho mejor), y ahora que la he visto no puedo estar de acuerdo, he de reconocer que la disfruté mucho.

Coprotagonizada por un actor como Paul Rudd, que me parece bastante soso pese a estar labrándose una buena carrera dentro del campo del humor, y por un genial Jason Segel, al que tengo en un pedestal desde que le empecé a ver en "Como conocí a vuestra madre" y, posteriormente, desde que escribió el propio guión de "Paso de ti", la película es una reflexión en tono de comedia sobre lo que supone la amistad, como nos ayuda y a lo que nos obliga, y como se compagina por otro lado con una relación de pareja. Pareja que, por cierto, en la película es interpretada por Rashida Jones, hija del productor Quincy Jones.
Es profundizando en sus matices, en el tipo de cosas que se comparte con parejas y amigos, y en como se transforma nuestra personalidad cuando estamos con unos y con otros, cuando la película obtiene sus mejores resultados. En cierta forma, sin parecerse demasiado en la base de la historia, coincide con otra comedia que me gustó bastante, "Lío Embarazoso", del mencionado Apatow, que también enfocaba parte de su argumento en como influyen las amistades en las relaciones de pareja, y en como a veces las usamos para evitar crecer y madurar.

La película tiene grandes momentos de humor, casi todos relacionados con el personaje de Segel, y aunque acaba en el final que cualquiera podría esperar, lo cierto es que la falta de intriga y previsibilidad no importan demasiado. Como en un monólogo, la importancia estriba en las escenas y los chistes que hay entre medias, y esas funcionan, así que en ese aspecto tampoco merece mucha crítica.
Lo único que le eche en falta fue, en algunos momentos, un poco más de transgresión, pues quizás todo transcurre demasiado plácidamente y hace que el ritmo pueda resultar un poco monótono, pero es innegable que resulta una película divertida y fácil de disfrutar.

Ésta no es de las imprescindibles para ver en el cine. De hecho, entra como una mano en un guante en la categoría de las que uno vería alquiladas.
Pero no supone ninguna decepción, ni la meto en ese saco por no haberme gustado y no merecer gastarse el dinero en ella, a mi me dejó muy satisfecho. Es, simplemente, que por el tipo de película resulta de esas fáciles que se dejan ver en cualquier momento para animar un poco, entra directamente en el cajón del puro entretenimiento.
Recomendable, sea como sea.

jueves, 4 de junio de 2009

Me gusta la publicidad...

Sí, incluso podría decir que, últimamente, algunos anuncios me han gustado más que los propios programas a los que envuelven y atraviesan...

Bueno, en realidad quería centrarme en unos pocos anuncios que he visto últimamente y que, no puedo evitarlo, me gustan especialmente.
Son los anuncios de "Mixta", el de "Bancaja" con Bud Spencer y los de "Trina" con el "Yo soy aquel" de Raphael.

Entiendo que no les gusten a todo el mundo, o que haya mucha gente que no aprecie el humor absurdo como medio para vender un producto. No soy experto en marketing ni soy publicitario, así que no intentaré explicarlos ni decir si son buenos o no. Solo puedo decir que, a mí, me llegan. Me hacen mucha gracia, me divierten, y agradezco anuncios así tan fuera de lo común, porque, cuando no son de mal gusto, se me queda en la cabeza una buena idea de la marca.

Os voy a poner aquí la colección que he ido encontrando sobre ellos para que os echéis unas risas a su costa. Y espero que opinéis, que al buscar información sobre los anuncios en internet he encontrado visiones encontradas sobre este tipo de cosas, y siempre está bien conocer la opinión de la gente.

"Mixta":
Los gatos...


El avestruz...


Grandes Éxitos...


Peces...


Pingüinos...


Y, terminando con "Mixta", el viral que crearon para difundir por internet la campaña. Glorioso:


"Bancaja":
Born to be alive...


"Trina":
Soy natural...


Sigo siendo natural...


Por último, quería recordar algún anuncio de radio. Recomiendo a cualquier oyente prestar atención a cualquier anuncio que haga Gomaespuma, son unos genios. Y además, es posible que os hayáis dado cuenta de que los anuncios de "Mixta" más graciosos están narrados por el mismo tipo que narraba los anuncios de "Cadena SER" para los Juegos Olímpicos de Beijing. Me ha costado encontrarlos, pero al final he dado con ellos en la propia página de "Cadena SER". Y también son buenísimos...

"SER":
El barco va...


Marchadores...

Gimnastas...

Ping Pong...


Me encantan.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Ni uno más.

Más allá de sus errores políticos y algunos excesos que cometen, los chinos me parecen un pueblo admirable. Capaz de lo mejor y con un espíritu comunitario que ya lo quisieran para ellas las hormigas.

En parte fruto de ese espíritu surge el vídeo que os voy a poner ahora. Por favor, vedlo antes de continuar:



Es posible que no entendáis a que me refiero hasta que leáis también la noticia que lo acompañaba, que os dejo aquí (por favor, leedlo antes de continuar, merece la pena).
Pero yo he de confesar que admiro a Lian, el chino que trepa. Porque, tal y como nos cuentan la noticia, parece que es el único que ha comprendido la forma más correcta y definitiva de atacar ciertos problemas. Y porque, por su explicación, nos quedan bien claras las motivaciones altruistas de sus actos, aunque esos actos impliquen arrojar chinos al vacío...

Yo me pregunto si no nos iría mejor a todos que alguien tomase ese tipo de decisiones por nosotros. Alguien muy loco y muy agotado, en plan "Un día de furia", que llevase a la acción sus fantasías de liberación y arrojase por la barandilla sus tensiones reprimidas llevándose por delante a alguno de esos que no dejan de molestar...

Posiblemente sería un mundo más violento y, paradójicamente, más relajado, al menos a nivel global, aunque hubiese que ir con mil ojos para no cruzarse con el venado de turno. Pero lo que seguro que sí tendríamos es un telediario mucho más entretenido. Que parece, que últimamente, no haya en el mundo más que fútbol...

Un brindis al cielo por Lian Jiansheng...

lunes, 25 de mayo de 2009

Psssssssssss...

¿Os ha pasado alguna vez que estáis casi meándoos y llegáis al baño a la carrera?
Bueno, pues confieso que yo, a veces, cuando me encuentro en esa situación y estoy en un lugar en el que tengo confianza, como mi humilde hogar por ejemplo, tengo la costumbre de desabrocharme la cremallera según voy llegando.

El caso es que el otro día, sin darme cuenta, lo hice en el trabajo. Para cuando abrí la puerta del baño, ya me había desabrochado la cremallera y se podían ver mis estupendos calzoncillos al otro lado del pantalón. Genial. Y cuando me metí en el retrete caí en la cuenta de lo que acababa de hacer, y me puse a pensar hasta que punto podía haber metido la pata.

A ver, para que os hagáis una idea, en mi oficina el cuarto de baño queda al lado de lo que llamamos "el office", una especie de cocina donde se dejan al principio de la mañana la bollería y los bocadillos con los que alimentan nuestras ganas de trabajar. Y donde, además, se encuentran un fregadero, la nevera, el microondas, la máquina de las bebidas y la despensa donde quedan las galletas y otros comestibles. Es decir, posiblemente el lugar más frecuentado de toda la planta, por encima de los propios puestos de trabajo en algunos casos.
Y no es que me la saque y haga el helicóptero, claro, pero lo cierto es que bajarse la cremallera antes de entrar al cuarto de baño en un sitio que queda justo a la entrada del office es arriesgarse a ser descubierto en una situación bastante difícil de explicar...


No solo eso, tuve la suerte de que en el baño no había nadie, porque bien podría haber ocurrido que hubiera un par de tranquilos meandantes que hubieran podido ver en mi acto una provocación nada deseable. Y si alguno de aquellos hubiera sido mi jefe, o el jefe de mi jefe, que sé yo, ya no lo hubiese arreglado ni con la mejor verborrea de Jorge Valdano.
Por suerte no tenemos un baño compartido como tenían en Ally McBeal o incluso podrían haberme acusado de acoso...

Así que estoy ahora en profundo replanteamiento de hábitos preorinatorios, pues no solo son seguramente algo impúdicos y no del todo higiénicos, sino que cualquier día de estos me van a acabar llevando a una situación de más ardua explicación que la que afrontó el pobre Wilt para explicar que era exactamente lo que había arrojado al agujero de la obra de su instituto (si no habéis leído "Wilt", de Tom Sharpe, deberíais hacerlo).
A ver si no vuelvo a meter la pata.
Ni la mano en la cremallera...

(Por cierto, no tiene nada que ver... bueno, no mucho, pero buscando imágenes para alimentar este post me he encontrado con lo siguiente. Me ha podido el morbo, lo siento.
Solo para estómagos fuertes, sobre todo las imágenes linkadas)

viernes, 17 de abril de 2009

Soko.

Hoy quiero darle un poco de publicidad a una canción que me mostró hace unos días un compañero de trabajo. Una canción que llama la atención no por su calidad musical (aunque no esté mal) ni por su intérprete (que tiene una voz interesante), sino por una letra bastante divertida.
Para que resulte más sencillo cogerlo he decidido poneros por aquí en una traducción libre del vídeo en directo, aunque podéis consultar la versión original enlazada aquí (si bien esa versión difiere un poco de la del vídeo):

Soko - I'll kill her.



"Y, claro, se suponía que me ibas a llamar esta noche...
se suponía que me ibas a llamar esta noche,
hubiésemos ido al cine.
Y, después, a un restaurante; ese que te gusta en tu calle...

Hubiésemos dormido juntos, tomado un buen desayuno juntos
y después un paseo juntos por el parque, ¡es todo tan hermoso allí!
Me hubieses dicho "te quiero" en el sitio más bonito del mundo,
en el que algunas nanas bailan con las hadas...

Te hubiese esperado como una semana o dos,
pero tú nunca intentaste ponerte en contacto conmigo.
No, tú nunca volviste a llamar,
tú estabas viendo a esa rubia de bote.
Si la encuentro juro, juro que...

La mataré, la mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro cuando te alejó de mí.

Hubiese conocido a tus amigos, hubiésemos tomado una copa o dos,
les hubiese gustado porque a veces soy divertida.
Hubiese conocido a tu padre, hubiese conocido a tu madre...
Ella hubiese dicho "por favor, ¿podéis tener unos preciosos bebés?"...

Así que hubiésemos tenido un niño llamado Tom
y una niña llamada Susan, nacida en Japón...
Creí que era una historia de amor, pero tú no quieres comprometerte,
creí que era una historia de amor, pero tú no estás preparado para eso...

Yo tampoco. La mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robo mi futuro cuando te alejó de mí.

Es una perra, ya sabes, lo único que tiene es el pelo rubio.
Ni siquiera ternura, sí, es idiota.
Te dará la patada por un modelo llamado Brendan
que le pagará la cirugía estética porque está forrado...

Yo te hubiese esperado como una semana o dos,
pero nunca intentaste ponerte en contacto conmigo.
No, no, tu nunca volviste a llamar,
tú estabas viendo a esa rubia de bote.
La encontraré, lo juro, ya sabes, lo juro, lo juro...

La mataré, la mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro cuando te alejó de mí.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro cuando te alejó de mí.

Tío, te lo digo, si la encuentro
Voy a buscar algo, cualquier cosa,
una pistola si puedo, lo que sea...
Y soy suficientemente fuerte, lo haré.
La mataré."



Espero que os guste, a mí me ha encantado.
Aunque la verdad es que ahora que leo la letra sin ver el vídeo veo que pierde un poco de ironía y parece más tétrica...
Disfrutadla.

lunes, 6 de abril de 2009

Billar americano contra un único agujero.

Aquel año fue un gran año en mi casa. Tocó un buen premio en la lotería y la navidad se presentó casi con más regalos de los que había pedido en mis cartas más ambiciosas a los Reyes (bueno, como todos los niños de cierta edad me había llegado la hora de la República y ya no creía en los Reyes; pero los pedidos seguían ahí). Y las comidas navideñas resultaron más abundantes de lo habitual, que no es decir poco en un sitio donde se come tan poca mesura como mi humilde hogar.

El caso es que había pedido demasiado, como siempre, haciendo política de máximos para intentar quedarme satisfecho, pero me encontré con un sobre-stock de regalos impresionante. Hubo, siguiendo una tradición familiar, muchos clicks de esos que me permitían ponerle cuerpo a las historias de mi imaginación. También una caja con multitud de piezas de Tente, en su rama de barcos, que pronto se convirtieron en una preciosa flota llena con portaaviones y destructores incluidos. Un modernísimo Scalextric 4x4, que había salido hacía no mucho y era el no va más entre los niños de mi edad. Y un fantástico billar americano que, sin ser ni mucho menos de tamaño real, era lo suficientemente grande como para no caber en mi cuarto y se veía obligado a dormir en el pasillo, casi impidiendo el paso.

Con el paso de los meses se hizo patente que los clicks seguían siendo una magnífica opción, siempre baratos y socorridos. Los barcos de Tente dieron para muchas guerras navales, aunque dejaron de tener tanta gracia cuando se rompieron las hélices de los helicópteros y desaparecieron todos los aviones de guerra que incluía la caja. El flamante Scalextric terminó siendo lo menos empleado, sobre todo por lo cansado de su montaje y desmontaje. Pero el billar resistió mucho tiempo en pie, y me dio un montón de alegrías. Una vez dominado el juego, aprendí a realizar algunos trucos, y me dedicaba a buscar carambolas imposibles a un montón de bandas, solo por el gusto de conseguirlas.


Lo que ocurre es que todos nos hacemos mayores y, paradójicamente, aquel pobre billar iba pareciendo cada vez más pequeño. Casi solo me servía para hacer el cafre con sus tacos y divertirme golpeando entre sí con mucha fuerza sus bolas.
Y un día, en pleno ejercicio de cafrería, sucedió algo que casi supuso el fin de aquel pobre juguete ya medio olvidado. Estaba yo en pijama, uno de esos pijamas largos que tienen sisas muy amplias dejando mucho aire debajo, y no se me ocurrió nada mejor que intentar saltarme aquel taco. Por arriba, a horcajadas, como si jugase al churro...
El salto fue bueno, suficientemente alto. Pero el taco se enganchó con el pijama y el resultado fue que caí a plomo sobre el taco en punta. Por un par de centímetros no me ensarté de lleno en aquel palo de 1,35 m, lo que hubiese supuesto sin duda la perdida de mi virginidad anal. Pero lo que me llevé no dejó de ser doloroso, una fuerte herida que me produje cuando el peso de mi cuerpo cayó sobre el taco, rompiéndolo irremisiblemente.

Creo que cualquier posible flirteo con una homosexualidad, pasiva al menos, acabó en aquella traumática experiencia. Y mis años de jugador de billar también, pues luego al crecer comprendí que el tamaño de la mesa es decisivo, y que mi destreza con el taco no era más que una farsa.
La mesa dejó de tener ninguna utilidad y fue desguazada. Aunque el taco hermano de aquel aprendiz de violador debe andar todavía escondido en algún rincón de la casa.

Pero curiosamente recuerdo aquel juego de billar con mucho cariño, como esos amores juveniles que una vez te rompieron... ejem, el corazón... y luego pasado el tiempo recuerdas con felicidad por lo que llegaste a aprender...

viernes, 13 de febrero de 2009

Un Pingüino En Mi Ascensor

Inicialmente creado y compuesto únicamente por José Luis Moro, el Pingüino por excelencia, y después formado por el anteriormente citado y el ex "La Mode" Mario Gil, Un Pingüino En Mi Ascensor es un curioso grupo al que hoy he decidido traer aquí tanto por motivos musicales como personales.

Decir que te gusta el Pingüino es definirse mucho. Quiere decir que te gusta un determinado sentido del humor y que eres capaz de apreciar determinadas canciones más allá de que musicalmente sean algo pobres. Y que aprecias el humor de una letra irónica aunque esté envuelto de las palabras más ñoñas y el formato parezca sacado de una feria de pueblo.
Porque el Pingüino se hizo famoso tocando sus teclados casi Casiotone, con una música que hubiese producido vergüenza ajena a las cabras de las actuaciones callejeras. Pero con unas canciones grandiosas entre las que consiguió hacer destacar "Espiando a mi vecina" o "Atrapados en el ascensor", y entre las que yo, personalmente, siempre preferí "Juegas con mi corazón" o "Mi café".

En mi infancia y preadolescencia disfruté del Pingüino, sus canciones y sus Pingüinettes, gracias a los discos de mis hermanos, aunque casi le tenía medio olvidado. Pero entonces sucedió algo que volvió a encontrarme con él, y un día del que difícilmente se acordará nadie, me vi encima suyo, explotando globos, participando en nombre de mi colegio en un famoso concurso de televisión presentado por un conocido showman del que apenas sacamos casi nada más que esa imagen. Toda una extraña experiencia de la que aun no me he recuperado del todo...

Después el Pingüino casi desapareció, y durante muchísimo tiempo no volví a saber nada de su música. Pero un buen día alguien me invitó a un concierto de unos tipos que se dedicaban a hacer canciones en plan coña, algo parecido a Los Petersellers. Se llamaban Los Jumentos, y entre sus innumerables componentes, allí estaban Mario Gil y José Luis Moro, con unas letras mucho más salvajes pero inconfundibles. No he podido encontrar registros de esa actuación, pero no la he olvidado...

Tras aquello, he vuelto a ir a un par de conciertos del Pingüino, y he sabido de su éxito como publicitario extravagante en la agencia Remo. Pero la verdad es que para mí siempre será ese tipo curioso que destacó con una fórmula payasa y haciendo, aparentemente, justo lo que le apetecía. Algo que queda claro al ver este vídeo:



Y hoy por hoy, lo último que he sabido de él es que participaba en la nueva edición de Eurovisión, con una de sus canciones tontas y ninguna expectativa. Solo se puede disfrutar, está claro.
Espero que os guste.

lunes, 9 de febrero de 2009

El curioso caso de Benjamin Button.

Inspirada por una historia de F. Scott Fitzgerald (que puedes leer en internet en inglés o español), de la que se separa enseguida, "El curioso caso de Benjamin Button" se ha confirmado como la gran aspirante a los premios Oscar de este año, a la que concurre con 13 nominaciones. Y como ya sucedió con "Forrest Gump", película que también obtuvo 13 nominaciones y a la que recuerda en su estructura y en algunos pasajes de su historia, bien podría pasar que acabe llevándose muchas estatuillas.

(A partir de aquí, mejor leelo otro día si quieres evitar que te desvele partes de la película. No soy demasiado descriptivo, pero puede que prefieras no saber tanto).

Sus semejanzas con "Forrest Gump" comienzan en situar a Benjamin, un personaje de circunstancias excepcionales, en un mundo de asfixiante realidad, provocando un primer choque que acaba siendo aceptado con naturalidad por el espectador. Y, posteriormente, en desplazar el centro de la historia desde las vivencias de ese personaje principal, narrada en pequeños capítulos igual que la vida de Forrest, hacia una relación de dos, convirtiendo la película en una verdadera historia de amor que, por motivos obvios, acaba siendo imposible.
Además, el personaje femenino de ambas películas no resulta ser solo un accesorio del protagonista, sino que aporta mucha fuerza y es el motor de buena parte de las acciones del mismo, dándole un carácter fuerte que le viene muy bien a la historia.

La película deja un montón de buenas ideas para reflexionar. Hay una que me gustó mucho en otra película, "El Hombre Bicentenario", que es la angustia que provoca en los personajes la imposibilidad de vivir su amor de una forma completa, por el diferente modo de vivir el paso del tiempo. En aquella, protagonizada por Robin Williams, el hecho de ser un robot hace que no envejezca, lo cual provoca una situación terrible ante el deterioro de su esposa. Y al final se resuelve con el desarrollo de un sistema para envejecer y morir que otorga un gran romanticismo a la situación, pues se llega a la conclusión de que el amor es más fuerte que la muerte.


En ésta película suceda algo parecido. La relación de amor va más allá de lo humanamente posible, y Benjamin decide que, si quiere darle a su mujer una vida adecuada, es mejor desaparecer antes de que él sea un niño y ella una anciana. Y eso acaba desencadenando el final trágico que la película necesita.

Por otro lado, la película tiene también otra moraleja romántica que se deriva de la vivencia de Daisy, ella.
Daisy es una mujer fuerte y liberada, al menos para su época, muy independiente, que acaba, como todos de una forma u otra, golpeada por la vida. Daisy aprende de forma traumática que la vida es mejor si se comparte y que no debe rechazar a Benjamin como si él fuera a coartar su libertad, sino aceptar que a su lado se va a sentir más libre, y con ello más fuerte.
"Prometo nunca más perderme y sentir pena por mi misma", dice cuando todo se vuelve más difícil. Y lo consigue gracias en parte a Benjamin y gracias sobre todo a comprender que "uno nunca sabe lo que le espera", que más vale vivir sin miedo y sin lamentarse por las ocasiones pasadas. Y que desprenderse de deseos innecesarios evita frustraciones estúpidas.

Porque esa es otra de las ideas que deja la película. El hecho de que la vida de Benjamin vaya al revés y su final sea tan predecible, no hace en realidad que su existencia sea tan diferente de la del resto. Porque nada cambia lo anterior, que nunca sabes lo que te sucederá, y una vida que comenzó mísera y salvada del desastre por la humanidad de la madre de Benjamin, desemboca en una serie vivencias maravillosas.
El destino, en ese sentido, es casi un personaje más de la historia, y se hace patente a lo largo de toda la narración, con especial énfasis en una escena que, narrada desde la imaginación por el personaje de Benjamin, describe la concatenación de sucesos que derivan en un accidente de tráfico que provoca un giro en la película.

En cuanto a aspectos técnicos, empezaré por los actores, que se benefician de la calidad de la historia para disfrutar de muchas escenas donde demostrar su capacidad en distintos registros. Lo hacen muy bien tanto Cate Blanchett (guapísima) como la nominada Taraji P. Henson, la poco explotada Tilda Swinton y, por supuesto, Brad Pitt. No creo que éste último sea merecedor del oscar, aunque sea muy posible que acaben dándoselo. Y no porque no haga un buen trabajo, sino porque, en buena parte de la película, tiene demasiado maquillaje para mostrar una gesticulación facial verdaderamente apreciable, y eso mina su buen trabajo corporal; muy convincente, eso sí, cuando hace de anciano.
El guión esta muy bien, trabajando los personajes y las situaciones clave de la película, aunque tengo también mis dudas de que sea merecedor de un oscar como mejor guión adaptado. Más que nada porque su base en el relato de Scott Fitzgerald es más que somera, y quizás estaría mejor en la categoría de guión original (donde, personalmente, tampoco se lo daría, pues prefiero la perfecta sencillez del guión de "Wall-E"). Pero casi seguro que se lo llevará, y no deja de ser muy bueno, con mucho sentido del humor, y también mucha tragedia, en diversas situaciones en las que se confronta la edad mental de Benjamin con su edad real. Cómo pierde la virginidad, su primera borrachera o su rebeldía en cuerpo de viejo resultan situaciones bastante graciosas. Pero los achaques de su mente cuando en realidad tiene un cuerpo de niño, o la frustración de ser un anciano y querer salir a jugar a la calle también forman parte de la vida de Benjamin.


En la dirección , David Fincher hace un buen trabajo, conduciendo perfectamente la historia y el trabajo de los actores. Hay algunas imágenes en las que se recrea demasiado en cierta ñoñería, como las diferentes de los colibríes, pero he de confesar que fueron sensiblerías que me gustaron bastante. Toda la película tiene un tono lírico muy alto que hace que despierten fácilmente los sentimientos, y se disfrute como una gran experiencia cinematográfica.

Para concluir este largo post, solo comentaré que, aunque quede un poco forzado como símil y parezca un largo pegote dentro de la película, ésta comienza con la preciosa narración de la historia de un reloj que marcha hacia atrás y cuya existencia queda en ese momento entrelazada con la vida de Benjamin.
Y lo comento porque en cierta forma representa lo que la propia película me pareció, algo muy bonito, aunque fuera de sitio y época.
No se explicarlo mejor, pero esa fue mi sensación: de extrañeza dentro del panorama cinematográfico actual.
Y es por eso que me parece una obra muy recomendable para ir a ver, preferiblemente antes de la entrega de los oscar, para poder comparar así con sus competidoras.
Que tendrán que ser muy buenas para mejorar a la presente...

viernes, 23 de enero de 2009

Heavy Metal.

Heavy Metal es una película de animación de 1981, rodada por encargo de la revista de mismo nombre, y que se compone de varias historias de ciencia ficción entrelazadas a través de la narración sobre el Loc-Nar, una misteriosa bola verde que reune todo el mal y cuya historia sirve de nexo para todas las demás.

Recuerdo que andaba por casa cuando yo era niño, grabada en VHS de una vez que la pusieron en TV, y que alguna vez había intentado verla. Pero lo cierto es que esa estructura de historias sueltas me aburría, que el hecho de que cada una fuese dibujada con un estilo de animación diferente me confundía y que lo que me contaban me quedaba demasiado lejos para atraerme.
Aun así encontré el otro día una copia en DVD y decidí comprármelo para tener claro, con la perspectiva de los años si merecía o no la pena. Y la verdad es que, encontrándole algún que otro fallo, me resultó bastante entretenida.

Como decía, la película se compone de varias historias que se encadenan con el punto común del Loc-Nar. Las historias son, por este orden:
- "Soft Landing": Introducción de la película y comienzo de la historia sobre el Loc-Nar. El profesor Grimaldi encuentra la curiosa piedra verde y la conduce a su casa, donde su hija tendrá que enfrentarse al mal...
- "Harry Canyon": Una cínica historia sobre un taxista del futuro en un futuro Nueva York. Llena de violencia y sexo, me recordó en cierta forma a Philip Marlowe. No tiene la exquisitez narrativa de Raymond Chandler, claro, pero la historia está muy bien.
- "Den": Una historia muy graciosa sobre un típico geek, Dan, que es transportado a una dimensión alternativa donde se ve dentro de Den, una especie de supermachote invencible y conquistador. Se deshace de los malos, se liga a la buena y decide quedarse en esa realidad alternativa donde su realidad es mucho mejor de lo que es en la Tierra. Muy graciosa, una de las más irónicas de las historias.
- "Captain Stern": Cuenta la historia de un juicio contra el Capitan Stern, un militar corrupto de una estación espacial, y como se intenta librar de su pena. La historia es de las peores, pero el diseño de los personajes es de los más interesantes de la película: como poco el de apariencia más personal. A mi el personaje de Stern me recuerda muchísimo a Freddy Hardest, el protagonista de un juego que tuve en el Spectrum cuando era un niño...
- "B-17": Una narración de terror en el interior de un bombardero, que regresa a la base con casi toda su tripulación muerta tras un ataque. Cuando parece que el piloto ya se ha salvado, la historia da un giro... de muerte...
- "So Beautiful, So Dangerous": Esta es una historia bastante esquizofrénica en la que reina la típica proclama de Ian Dury: "Sex and Drugs and Rock and Roll"... Curiosamente, el protagonista más activo en el plano sexual es un pequeño robot que está bastante salido (nada, pero nada que ver con WALL-E). El final me recuerda, en cierta forma, a la canción "Paradise By The Dashboard Light", de Meat Loaf (solo que al revés), cuando la mujer de la historia acepta casarse con el robot ante su insistencia (eso sí, solo si lo hace por el rito judío). Delirante.


- "Taarna": La historia de la lucha contra el Loc-Nar por parte de una raza especial, los Taarakianos. En un mundo asolado por unos mutantes seguidores del Loc-Nar, Taarna, la última taarakiana viva ha de cumplir la venganza que sus genes exigen ante la masacre del pueblo humano. La más larga y seria de todas las historias, que conduce al final de la película.

Y el final desemboca en la derrota del Loc-Nar, continuando y completando la historia iniciada en "Soft Landing".

Tanto la música como la banda sonora de la película están muy bien, enlazando muy eficientemente con las escenas, aunque no siempre combinan perfectamente con el título de la obra (¿que hace Devo ahí en medio?). Y en conjunto, se podría decir que la obra es una muy entretenida y libre interpretación de lo que supone la liberación de todo tipo de prejuicios, y destila un humor más que atractivo.

En cuanto a los fallos, lo cierto es que son sobre todo achacables al tipo de película escogida. El hecho de estar formada por diferentes partes, con diferentes estilos narrativos, diferentes tonos y diferentes dibujantes hace que le falte un poco de sentido de unidad a la obra. El hilo conductor es escaso y difuso, y solo está bien trenzado entre "Soft Landing" y "Taarna". Y eso provoca bajadas de ritmo y perdidas de atención, aunque también permite ver la película de poco en poco sin perderse nada.
Y por otro lado, no hubiese estado de más alargar algunas de las historias, dotándoles de una mayor coherencia, pues algunas resultan tan cortas que parecen retazos perdidos de algo mayor.

Pero por lo demás, la película resulta muy divertida y se ve con bastante facilidad, así que os la voy a recomendar a todos (a todos aquellos que tengan más de 18 años, pues algunas escenas están algo subidas de tono).
Disfrutadla si la encontráis.

jueves, 22 de enero de 2009

Atila.

Se llamaba Clotilde, aunque por su forma de trabajar podría haberse llamado Atila y a nadie le habría sorprendido que a su paso no volviera a crecer nada. Y no porque fuera esparciendo sal, no, no le hacía falta. Simplemente era tan virtuosa en su proceso de destrucción que muy poco escapaba a su arte...

No recuerdo bien como llegó a mi casa, quién la recomendaría o qué miembro de mi familia la encontraría. Simplemente sé que llegó y estuvo un par de años trabajando de asistenta, cuando mi madre tuvo ocasión de ponerse a trabajar, mis hermanos estaban todos en el instituto o la universidad y necesitábamos a alguien que ayudara con las tareas del hogar. Y si no menciono a mi padre en esta relación es porque, efectivamente, mi casa está algo chapada a la antigua, y esos asuntos no le corresponden. Aunque, además, él también trabajaba en aquella época.

De cuerpo pequeño pero robusto, era humilde y buena persona, inculta y demasiado impetuosa. Tenía el pelo muy rizado, de un color negro oscuro, la piel morena y cierta pinta de bruja de cuento, aunque era un pedazo de pan.
Ahora bien, a la hora de hacer limpieza lo hacía al modo de la mafia. Eliminaba todo lo que había que eliminar, pero también un montón de cosas que acababan como víctimas colaterales de sus esfuerzos, como si hubiese empleado la táctica de ametrallar a ráfagas al pasar con un coche.
Y, rompiera lo que rompiera, siempre parecía un accidente.
Hasta el punto de que, cuando se cargaba una figurilla o un cristal, cualquier elemento decorativo de los que le gustaba tener a mi madre, nunca desaparecían sin más. No, quedaban en su sitio, rotos pero en un equilibrio inestable que mantenía su forma original, hasta que cualquier miembro de la familia lo rozaba y la pequeña obra de ingeniería que ella había construido para sostener la pieza se desmoronaba. Lo cual, por otro lado, diluía las posibles responsabilidades del delito, claro...

Aparte de esa capacidad destructiva, lo cierto es que Clotilde trabajaba relativamente bien. Tenía sus defectos, como por ejemplo freír la carne en profundidad. Es decir, no demasiado hecha, sino en varios dedos de profundidad de aceite, lo cual le otorgaba sabores y texturas muy características... Pero lo cierto es que planchaba rápido y bien, mantenía la casa muy limpia y era de confianza con los dineros y las cosas de valor.

Ahora bien, el motivo por el que no olvidaré jamás a Clotilde es una frase mítica que pronunció el día que, oyendo la radio según hacía sus tareas, escuchamos que había fallecido Freddie Mercury. La noticia fue bastante explícita, indicando que había fallecido de SIDA, lo cual en aquellos días se relacionaba directa e ineludiblemente con la homosexualidad y las drogas. Y a la pobre mujer, afectada como estaba por aquel fatídico deceso, solo se le ocurrió decir:

- ¡Que pena! ¡Era tan varonil!

Ante lo cual lo único que se me vino a la mente fue una imagen parecida a ésta:


No sé que fue de Cloti una vez que se fue de casa. Espero que le fuera bien allí donde fuera, y que mejorara sus dotes de limpieza para mantener su efectividad sin sus destructivos efectos secundarios. Pero el otro día escuche algo en la radio y me acordé de ella, y no podía dejar de escribir este post.
Va por ella...