lunes, 20 de julio de 2009

Bruno.

Recuerdo muy pocas películas en las que me haya encontrado con gente que sale de la sala. Realmente, si me pongo a pensarlo, solo recuerdo dos: "Borat" y "Bruno".


Lo de "Bruno" tiene trampa, porque la vi hace unos días y porque las personas que abandonaron la sala lo hicieron porque, obviamente, no sabían que iban a ver. Eran una familia con niños pequeños que, posiblemente, dado que era un estreno y aun no se habían oído muchos comentarios, pensarían que se trataba de una comedia normal. Y "Bruno" no tiene nada de normal.
Lo de "Borat" en cambio me dejó marcado. Fuí a verla solo, después de varias semanas en cartel y con muchos comentarios sobre ella en todos lados, y en total creo que entramos 7 personas en la sala, pero al terminar la película quedábamos 3. El resto fueron saliendo a medida que la obra se iba haciendo más y más difícil...

No creo que sea una coincidencia que ambas películas sean del mismo tipo, ni que sean tan parecidas en cuanto a su forma de entender el humor y a su estructura. Simplemente Sacha Baron Cohen ha conseguido tocar una tecla de esas duras que hacen que su trabajo despierte pasiones. Se le odia o se le adora. Y generar esos sentimientos tan enfrentados y apasionados es muy difícil...

Confieso que a mi me gusta. No puedo decir que sea un fan, pero me río con sus animaladas. Y me sonroja y me hace retirar la mirada con algunas cosas, y me produce bastante vergüenza ajena con algunas otras. Pero me divierto viendo sus películas, y eso es suficiente para seguir yendo a verle.

Decía antes que provocar ese tipo de pasiones es difícil, y hay quien puede creer que eso no es verdad. Quien pueda pensar Baron Cohen simplemente hace el ganso y lo lleva al límite para provocar la hilaridad, y que eso es fácil. Pero no lo es.
Y no lo es no solo porque no sea nada fácil encontrar un humor salvaje con el que mucha gente esté dispuesta a implicarse y disfrutarlo, sino también porque, a lo largo de la película, Bruno, el personaje en el que Baron Cohen se convierte en esta ocasión, se la juega en más de una ocasión. Y cuando digo que se la juega me refiero a un plano físico. Hay agresiones que le pasan muy cerca...

Prefiero no contar demasiado sobre lo que sucede en la película. Entre otras cosas, porque es muy difícil de "contar".
Digamos que se parece mucho a "Borat" en muchos aspectos, pero que es suficientemente diferente como para que se disfrute sin recordarla. Digamos también que me resultó mucho más salvaje y políticamente incorrecta, lo cual debería servir para que los que vierais la primera os hagáis una idea. Y digamos por último que yo me reí más con "Bruno".


En cuanto al señor Baron Cohen, poco que decir. Que me parece un genio complicado del que difícilmente disfrutaré mucho tiempo, pues si repite sus técnicas acabaré cansado. Pero que no dudo que tiene un mérito tremendo, y que hoy en día me parece el mayor provocador del mundo del humor.
De su habilidad para reinventarse y seguir rompiendo con todos los esquemas de la educación y la corrección dependerá en gran medida su futuro. Y de su capacidad para hacerlo sin caer de lleno en la chabacanería más simplona, algo a lo que se arriesga en muchos gags.
Hoy por hoy su película es de lo más divertido que he visto en mucho tiempo, admitiendo en cualquier caso que es muy posible que alguien vaya a verla y solo tenga ganas de vomitar.
No es para cualquiera, y resulta totalmente desaconsejable para niños y para muchos adultos.

Pero solo puedo recomendarla para aquellos que sepan quien es Sacha Baron Cohen...

1 comentario:

Samsa dijo...

A mi Borat me divirtió mucho, sobre todo con las escenas más surrealistas!