Como algunos ya sabéis, y en alguna ocasión anterior fue mencionado en este blog, mi apellido tiene un claro acento extranjero que se pierde en la lejanía de la ciudad natal de Goethe.
Y supongo que no será una novedad para nadie que las relaciones entre Francia y Alemania nunca han sido excelentes, por lo que no sorprenderá que me resulte poco afín el país de Dumas (algo relativamente común en España, por otro lado)...
Esta mañana, en el trabajo, un compañero mío ha recibido un email de una tal Marilyne, solicitando información sobre algo que está fallando entre su empresa y la mía (y que, por lo que hemos investigado, tiene toda la pinta de fallar por su lado, aunque seguimos mirándolo y les damos buenas palabras para ser educados y cordiales).
El asunto lleva coleando un tiempo, semanas, pero habitualmente lo tratamos con su compañero Boris, que además estaba en copia tanto del email de Marilyne como en el de la respuesta de mi compañero. Así que nos ha sorprendido recibir un email de Boris veinte minutos después del de Marilyne, pidiendo básicamente lo mismo que ella e indicando si lo habíamos podido mirar...
Mi compañero es un tipo elegante y educado. Pero cuando le he hecho ver el email de Boris, del que aun no se había percatado, su contestación ha sido algo parecido a: "Es que no sé si responderle, porque si lo hago voy a tener que decirle 'Te acabamos de decir que lo seguimos mirando aunque nos parece que todo está bien por nuestro lado, francés hijo de puta'".
Dado el exabrupto y las connotaciones xenófobas, he decidido indicarle a mi compañero que mi apellido es francés (algo falso que él ya sabía), sólo por chinchar.
Su respuesta ha sido "Tan francés como las salchichas de Frankfurt".
Ante lo cual sólo he podido decirle "Exactamente", dado el acierto con la ciudad en cuestión de la que viene el apellido.
Y aquí es cuando hemos empezado a darle una nueva vuelta a la etimología...
Evidentemente, me ha dicho mi compañero, el frank de Frankfurt viene de franco, francés. Y yo le he dicho que sí, y que el furt venía de furcia, luego era de cajón que la ciudad la habían tenido que fundar un grupo de furcias francesas, seguramente llevadas allí en una de esas caravanas de solteras que se organizaban hace siglos, que al final las francesas siempre han tenido mucho predicamento por el resto de Europa. Y, por cierto, que seguramente de ahí venga el gusto por el cabaret subido de tono que había en la Alemania pre-nazi...
Todo ello hacía que ese "francés hijo de puta" que había soltado antes mi compañero, en mi caso no resultara un insulto, sino casi una descripción de la localidad de origen de mi apellido...
Esto no es que me dejara en un muy buen lugar, pero tampoco voy a decir que me preocupe demasiado. Recuerdo que una prima mía, que estudió historia, tuvo que buscar la genealogía completa de mi familia por la parte de mi segundo apellido, muy español ese. Y descubrió en el camino alguna que otra mujer de mala vida que se remontaba en nuestra historia, unos siglos atrás. Así que tampoco me preocupa demasiado que haya unas cuantas putas más en lo más profundo de mis raíces genealógicas. Al final dicen que los perros más listos son los que salen de cruces callejeros, y yo estoy seguro de que entre muchas casas reales se da cierta polaridad por la que o tienes raíces similares a las mías y un nivel intelectual decente, o tienes una sangre más pura que el agua de Evian y tu intelecto está por los suelos...
Pero sí que se puede apreciar una vez más la importante moraleja: lo esencial que resulta la etimología a la hora de contarnos significados en las palabras que en principio ignoramos, y en casos como este, incluso partes de la historia oscurecidas por el devenir de los acontecimientos (por si no lo sabéis, el Banco Central Europeo tiene su sede en Frankfurt; la cabra tira al monte y los banqueros a sus orígenes, los muy...).
Es muy fácil, si sabes aplicar adecuadamente la etimología, sacar una gran información de las palabras a partir de ella. Y si no, de qué iba a tener yo todo este conocimiento que he compartido con vosotros...
martes, 8 de marzo de 2011
Etimología básica II
viernes, 31 de diciembre de 2010
Un año más
Como muchos sabréis, ejerzo de informático.
Esta mañana, cuando llegaba al trabajo, me he encontrado a un compañero que estaba trajinando con su equipo. Cuando le he preguntado que hacía, me ha dicho que estaba haciendo un backup, porque estaba a punto de lanzar unos procesos de cierre de año de una aplicación y quería tener un punto de recuperación, no fuera que algo saliera mal.
Y no sé porque, quizás porque era el último día del año, me ha hecho gracia y le he comentado que no estaría mal poder hacer eso con la vida, establecer puntos de restauración en días determinados, por si algo nos va mal echar marcha atrás y cambiar las cosas...
Este año no ha sido el mejor año de mi vida, la verdad.
No tanto por mí, que al final en mi estancamiento estoy tan estándar como siempre (puede que ese sea el fallo, ¿verdad?). Pero últimamente en mi entorno cosas malas que suceden aquí y allá, gente que se va, gente que no se ha ido pero ha desaparecido, no todo huele bien, y se nota...
Aun así, no sabría donde poner un punto de recuperación, al menos no en este año, por lo que no debe haber sido tan terrible. Y lo cierto es que confío en que las cosas cambien a mejor y el próximo año seamos todos mucho más felices.
Así que quiero desearos a todos un maravilloso año 2011. Que se lleve lo malo y todo aquello que nos está dejando paralizados, y que nos traiga un montón de cosas buenas. Sé que alguna viene en camino, que sólo queda esperar, y confío que alguna más la acompañe.
Pero más que nada espero que lleguen las buenas que nos sorprendan, las que generan más ilusión por ser inesperadas, que creo que ahora hacen mucha falta.
Y sobre todo, ojalá que nadie cercano termine el año deseando poder volver atrás a un punto de restauración. Que sea lo que sea lo que nos toque vivir, no nos arrepintamos.
Sed muy felices.
martes, 6 de octubre de 2009
La mochila
Hace unos meses un tipo intento darle un tirón a un compañero mío de trabajo.
Fue un desastre. Como acción sin más, siempre estará mal intentar robarle una funda de ordenador a alguien, contenga lo que contenga (y en este caso además iba sin ordenador). Pero es que además, como acción profesional, dejó mucho que desear.
El ladrón en cuestión era de tamaño reducido, pero mi compañero es un tipo de más de 1,90 m., con una constitución natural de cazador de osos canadiense y unas espaldas de estilo estantería de Ikea. Cuando se dio cuenta de que le querían robar, hizo fuerza y tiró del maletín, con el resultado de que el ladrón, enganchado, casi dio una voltereta en el aire. Luego el caco debió mirar para atrás extrañado, preguntándose que narices había pasado, y salió corriendo al entender que si le alcanzaban igual iba a entender demasiado...
Yo, aunque no sea débil, soy más bien pequeñajo, así que no me puedo permitir ese tipo de protección natural.
Pero tengo una costumbre ahorrativa que me ha dado una solución.
El caso es que llevo mucho tiempo guardando las monedas sueltas que me quedan en la cartera cada día. La idea es guardar las monedas e ir empaquetándolas en las cajitas de plástico que, con ese fin, te dan en los bancos. Y algún día gastármelo en un capricho.
Pero la idea se ha transformado en una pequeña obsesión. Me voy descubriendo pagando con billetes cualquier cosa para que me devuelvan monedas que empaquetar. Y cuando quiero un capricho al final acabo tirando de tarjeta en vez de cambiar las monedas. El resultado es que, después de más de dos años guardando monedas, tengo en mi posesión una bolsa que pesa más de 21 kilos...
El otro día, moviéndola para hacer limpieza, me di cuenta de que la bolsa pesa como un muerto, que no hay quien la mueva y que si algún día quiero cambiarla por billetes en el banco, me va a dar más de un quebradero. Y no de cabeza precisamente, la espalda me preocupa más.
Y me acordé de mi amigo y su tirón frustrado, y me di cuenta de que podía llevar siempre unos cuantos kilos de monedas en mis mochilas para evitar que me robaran. Porque estoy seguro de que el efecto del peso de las monedas iba a ser tan grande como el de mi amigo haciendo fuerza.
Al final toda esta idea absurda me ha llevado a una reflexión mucho más profunda. Por lo menos más profunda de lo que debería ser una reflexión en pleno reposo dominical...
Es la reflexión metafórica sobre como todos vamos cargando con una mochila en la que metemos peso poco a poco. Y en como ese peso nos hace sentirnos seguros y, a la vez, va coartando nuestros movimientos como si fuese una cárcel particular.
En realidad ese peso no es malo, siempre y cuando sea deseado y sirva para arraigarnos a algo bueno en vez de para limitarnos.
Pero requiere encontrar el equilibrio entre el peso que nos da seguridad y el que nos ata sin más, sino queremos acabar convirtiéndonos en esclavos de nuestras propias decisiones, los pesos acumulados.
La idea (que no voy a desarrollar más aquí porque tiene suficiente fuerza como para que cada cual la masque personalmente. Y porque en realidad, con distintas formas, es tan vieja como el ser humano) me ha estado dando vueltas todo el verano pasado. En esa idea sigo y, posiblemente, me lleve a algunos cambios profundos.
De hecho, casi seguramente, me lleve a desprenderme de algo de peso.
Y para empezar, es más que posible que en los próximos días visite mi banco y salga con unos cuantos billetes más en la cartera...
Aunque creo que nunca dejaré de recolectar esas moneditas que tanto pesan ya en la bolsa...
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lunes, 28 de septiembre de 2009
Hazme reir.
El actual gran nombre de la comedia estadounidense es, casi sin ninguna duda, Jude Apatow. Tanto por su trabajo como director como por las películas que escribe y las que produce, se ha convertido en el mayor filón comercial del Hollywood más payaso. Y a mí me divierte bastante.
La última película que ha dirigido es "Hazme reir", "Funny People". Como el mismo declara, solo dirige aquellas películas que le tocan más íntimamente, aquellas cuya historia le implica de una manera personal. Y esta película, centrada en el tema de la amistad y en el del mundo de los humoristas, a él le toca muy directamente. No en vano el vídeo con el que comienza la película, en el que se muestra una broma telefónica de Adam Sandler, lo grabó el propio Apatow allá por los primeros 90's, y las voces de fondo pertenecen a él mismo, a Jeneane Garofalo y a Ben Stiller.
Apatow intentó ser cómico en su juventud. Concretamente, intentó dedicarse a la "Stand Up Comedy", eso que aquí llamamos hacer monólogos. Pero descubrió pronto que, pese a ser un buen escritor, no daba del todo bien delante del público. Así que pronto derivó su carrera hacia la escritura y la producción, y en los últimos años ha alcanzado el éxito en la dirección, con películas como "Virgen a los 40" o "Lío embarazoso".
Esa experiencia le permitió convivir con humoristas y vivir el mundo desde dentro. Y eso es, en buena parte, lo que ha reflejado en la película.
Como ya he comentado por aquí en alguna ocasión, uno de mis mejores amigos es humorista, monologuista, hace stand up comedy. Ni mucho menos tengo la implicación que él o Apatow tienen con este tema, pero de alguna manera sí que he podido estar, a través suyo, más cerca del mundo del negocio del humor de lo que suelen estar la mayoría de las personas. Y lo cierto es que la película me mostró muchas de las cosas de las que él me ha hablado: los excesos de protagonismo, los egos disparados, la relativización de la amistad y la búsqueda del éxito. Esas cosas tan extremadamente humanas que distraen del éxito artístico (el qué te distancia de la mediocridad humana), que también muchos persiguen, algunos por encima de cualquier otra cosa.
Vista con esa perspectiva es difícil ser objetivo. La película me gustó mucho, me sentí en cierta forma partícipe de muchas de las situaciones que se narraban, pese a no ser más que un espectador más cercano. Y aunque es posiblemente la menos divertida de las películas de Apatow, me reí con ganas de muchas de las situaciones menos graciosas.
Seguramente se trata de una película demasiado larga, con ciertos desequilibrios entre sus partes más cómicas y las más dramáticas que le hacen perder ritmo. Y aunque en otras ocasiones Apatow ha narrado temas profundos (como el embarazo no deseado de "Lío embarazoso"), en esta película lo hace dando demasiadas vueltas, dotándole de quizás demasiada complejidad para una comedia.
Pero lo pasé muy bien viéndola, y creo que podría repetirla sin dejar de reirme.
Los actores están todos bastante bien con un Seth Rogen en vías de adelgazamiento que pierde con ello parte de su vis cómica, pero gana en desencasillamiento, y un Adam Sandler que, a base de interpretar en parte algo que conoce a la perfección, parece menos vulgar que en otras películas. Además se acompañan con mucha credibilidad del resto de cómicos noveles en proceso de crecimiento, y de un Eric Bana que da muy bien el papel de machote triunfador. Y la esposa de Apatow y sus hijas también cumplen perfectamente, aunque haya situaciones en las que participan más por el capricho de su padre que por otro motivo.
No diré que no es una película de videoclub, porque sin duda lo es. De esas que uno puede ver o no, dejar puesta para dejarse entretener o dedicarse a cosas más importantes. No es una película esencial en una filmografía moderna.
Pero personalmente no dejaría de verla, sobre todo si de alguna forma se conoce en parte el mundo de la actuación y la comedia. Recomendable, divertida y con cierto trasfondo. No es la mejor, pero es otra buena producción del señor Apatow.
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viernes, 4 de septiembre de 2009
Cruzando el Gran Canal.
Este verano un amigo me preguntó si tenía un determinado disco.
Y sí, lo tengo. Uno de un grupo que recuerdo con mucho cariño por un par de canciones prodigiosas pero que, posteriormente, no se prodigó demasiado y cayó en el olvido...
Había pensado en ellos como grupo para poner en el blog en más de una ocasión. No os van a sorprender a estas alturas, son pop y del bueno, y con eso suele bastarme. Pero me había olvidado de ellos hasta que mi amigo me recordó que me gustaban.
Os quiero poner aquí esos dos grandes hitazos, sobre todo porque me cuesta decidirme entre uno u otro. El primero resulta poéticamente triste, la narración lánguida de la infidelidad que se recibe y la definitiva asunción de que es el final, a eso de las seis de la mañana, cuando por fin la encuentra. Preciosa.
La segunda canción, de ritmo más rápido, es casi como ver pasar de lejos una diosa y quedarse así, lejos, con la úlcera explotando por no saber como acercarse a la perfección, intocable.
Me he tenido que ir a Japón para encontrar el vídeo original, pero merecía la pena aprender el idioma solo para saber como embeberlo en el post...
Y que más decir, que son Rialto, que dejaron de hacer música juntos aunque el cantante, Louis Eliot, heredero de una saga de Lords británicos de esos que se dedican a ser rentistas y vivir, ha hecho algo más alguna vez, y que aquel su primer disco homónimo fue verdaderamente bueno.
Si me lo pide mi amigo tendré que dejárselo, pero pobre de él como lo pierda...
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viernes, 28 de agosto de 2009
Enemigos Públicos.
La verdad es que fui llevado a verla sin resistencia.
Había disfrutado mucho el trailer y parecía una película más que apetecible, así que acepte sin dudar y cai en la trampa. Y sí, disfruté de un buen rato de acción de la buena, enmarcada en esa peculiar forma de expresarse de Michael Mann, que tanto tira de la fotografía y el empleo del color, y de sus protagonistas tan peculiares...
Pero al final...
Pero al final la película, de repente, muta y se transfigura. Y se vuelve introspectiva y pretenciosa, y lenta, demasiado lenta. Y toda la acción que habíamos disfrutado antes, todos esos robos y tiroteos que trufan la historia de Dillinger y que habían conducido a la película al momento de definirse y completarse con el fin que todos sabíamos aunque no conociéramos la historia de uno de los ladrones más famosos de la historia de los EEUU, se olvidan, se dan de lado y se nos "obsequia" con media horita más de película en la que no pasa nada más que la nada, muy bien contada, eso sí, muy bonita, pero la nada... todos esos momentos se pierden en el tiempo, como lágrimas en la lluvia... y casi dan ganas de que sea la hora de morir...
No, no es tan mala como lo pinto.
Seguramente sea al revés, bastante buena. Y seguramente quien vaya a verla la disfrute mucho. La fotografía es preciosa, las interpretaciones son muy buenas, sobre todo las de Johnny Depp y Christian Bale, sin olvidar a Marion Cotillard, que sale muy guapa, y hay quién la vio conmigo y le pareció entretenida. Pero es que ese final taaaaaaaaaan largo me superó, me rompió totalmente el ritmo, me dejó KO. Y salí del cine más cabreado por ello que otra cosa. Aunque también es posible que haberme pasado casi 9 horas en un parque de atracciones justo antes, y haber dormido menos de 3 horas esa noche tuvieran parte de culpa. No sé, no es que me encontrara cansado, pero igual estaba ya irascible...
Así que si te van mucho los gangsters, o Michael Mann o algun actor, y estas de buen humor y puedes perdonar el bajón de ritmo final, ya sabes, no dejes de verla. Te recomiendo una consola de bolsillo para el final, pero seguro que te gusta.
Pero si te afecta la crisis y prefieres no gastarte el dinero en verla en una sala, no te molestes demasiado. Seguro que dentro de no mucho acabarán poniéndola en la tele, y allí con eso del zapping, el final te resultará mucho más entretenido...
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miércoles, 15 de julio de 2009
Pagafantas.
A ver, una película con un título así, con ese cartel... no invita a tener grandes expectativas. Encima protagonizada por Gorka Otxoa, que no se puede decir que sea mi actor televisivo favorito... no sé... últimamente el cine español de orientación juvenil es un verdadero desastre.
Bueno, la dirige Borja Cobeaga, así que no puede ser tan mala. Y sí, puede que la palabra "pagafantas" asuste, pero cuando se conoce cual es el concepto detrás del sonido, uno no puede evitar sentir cierto cariño por él. Cariño y complicidad, claro...
Y coño, resulta que las críticas no son malas, mi amigo el cómico me la recomienda y, seamos sinceros, la chica protagonista está más que bien, así que... vayamos a verla.
No me arrepiento, en absoluto.
No es la mejor película del mundo, pero sí es divertida y contiene muchas escenas reconocibles. Casi todos llevamos un pagafantas dentro y, por trillado que esté el tema del amigo enamorado al que la amiga no puede ver como algo más, la verdad es que el punto de vista "hispano" convierte a la película en algo que, al menos, parece diferente.
Cobeaga hace un buen trabajo, con referencias a grandes clásicos muy bien empleadas. E incluso Gorka Otxoa me gustó como protagonista, dentro de un gran reparto en el que destacan Óscar Ladoire y Kiti Manver (injustamente olvidada en el cartel) pero en el que todos sacan su papel adelante con muy buena nota. Así que no puedo quejarme del resultado...
Lo cual no quiere decir que no contuviese algunos fallos. Parte de lo mejor que tiene es que transita por un espacio en el que es muy fácil caer en el peor chabacanismo humorístico español, y consigue esquivarlo con bastante gracia y estilo. Pero sí que es cierto que algunos chistes, puntualmente, se llevan hasta un extremo en el que se salen del tono general de la película, y parecen fuera de sitio. Y que, aunque no llegue a cansar nunca, hay momentos en los que el desarrollo de la idea del pagafantas parece un poco escaso para una película entera.
Pero vamos, que es una obra más que decente para ser la opera prima de nadie, demostrando buen estilo en su director. Y que es divertida sin resultar convencional ni vulgar, un gran mérito. Soy de los que opinan que hacer una buena comedia es bastante complicado, y está me pareció al menos por encima de la media.
Así que os voy a recomendar que vayáis al cine a verla, pues aunque parece un producto perfecto para el vídeo, siempre conviene apoyar a directores noveles que resultan así de prometedores, y más nos vale proteger el talento.
Que os divirtáis...
lunes, 13 de julio de 2009
Zack & Miri
Hace un tiempo puse en el blog un vídeo de parte de una conferencia de Kevin Smith, en la que narraba su experiencia como guionista. En aquel post expresaba mi admiración por Kevin Smith como creador de diálogos, y decía de él que me parece un tipo de lo más divertido.
El caso es que llevaba ya un tiempo sin ir a ver nada suyo en el cine. Poco a poco dejó de ser tan rompedor, se convirtió en un tipo algo repetitivo para mi gusto, y dejó de apetecerme ir a ver sus películas. Pero en esta ocasión, no sé porque (quizás porque mi amigo el "Crítico sin criterio" lleve meses anunciando su crítica a la película en su blog) me apeteció ver "¿Hacemos una porno?", la traducción española de "Zack and Miri Make a Porno".
La película es, sin ninguna duda, una película Kevin Smith. Contiene sus típicos diálogos fluidos e ingeniosos, los personajes callejeros con sus expresiones macarra y su ya casi inevitable inclinación hacia el romanticismo, que se intenta esconder detrás de todo lo anterior para no resultar cursi.
Pero contiene también sus fallos más típicos: cierta dificultad para desarrollar la historia de forma ajena a esos diálogos, de manera que no se pierda el ritmo y el interés fuera de ellos, y una preocupante pérdida de frescura y naturalidad que posiblemente derive del hecho de que, como todos, se va haciendo mayor.
Aun así me gustó la película.
Me había planteado ir a ver "Pagafantas" en su lugar, sorprendido por la valoración de alguna de sus críticas, y me hizo gracia encontrarme en la película de Smith con dos personajes cercanos al concepto. Porque no es que Zack esté detrás de Miri y eso le convierta una pobre marioneta de los gustos de una agasajada Miri, pero sí que son dos mejores amigos de diferente sexo.
Es cierto que se alejan totalmente de la idea cuando se analizan los diferentes intereses de cada uno sobre el otro, y se ve que básicamente son dos amigotes que viven juntos, como podrían serlo dos mejores amigos chicos. Pero también es verdad que al final el fondo de la cuestión es el mismo, la dificultad de mantener una relación de amistad así, y de que cuando no hay un equilibrio entre lo que uno espera del otro, o ese equilibrio se rompe, la tensión sexual puede cambiar totalmente la amistad inicial.En cuanto a los actores, confieso que Seth Rogen me resulta un tipo bastante divertido y entrañable, aunque sea solo por su físico. Pero que también tiene cierta capacidad para dejar de ser un osito y parecer un tipo retorcido. Es decir, que me gusta como actúa.
Y Elisabeth Banks fue todo un descubrimiento de la película, pues, aunque tiene un rostro de rubia guapa estándar y no pueda decir que la recuerde de ninguna película anterior, salí de la sala pensando que era "algo diferente".
El resto de actores y actrices del reparto tiene menos peso en la película, pero se ven recompensados por el hecho de que sus personajes tienen todos un toque "extraño" que les hace especiales y, pienso, más fáciles de interpretar. Personalmente, todos me resultaron graciosos en su papel.
Lo peor de la película es que sabemos exactamente lo que va a suceder. Y que pese a todas las burradas que puedan soltar por sus bocas los personajes, hay momentos que quedan demasiado edulcorados, casi increíbles.
Pero pese a ello, teniendo en cuenta que es una película sin grandes pretensiones, sigue siendo bastante divertida.
En definitiva, resulta una película muy entretenida que posiblemente decepcione a los fans de Kevin Smith más partidarios de "Clerks", y que seguramente no parezca muy mala a los que lo somos más de "Persiguiendo a Amy".
Quizás no merezca pagar la entrada de cine y sea mejor esperar a verla en la tele o en vídeo. Pero tampco dejaría de verla si la oferta contraria fuera una serie como, por ejemplo, "Hospital Central", no se si me entendéis.
Aceptablemente interesante...
lunes, 6 de julio de 2009
Te quiero, tío.
Sí, tú, ese que me lees...
No, en serio, que este post no va de un tipo medio borracho, abrazando por los cuellos a un tercio de cerveza y a un sufrido amigo que le lleva a casa. Que va de una película más...Fui a verla porque, aunque no sea de la factoría Apatow (del cual empiezo a ser fan convencido), había oído que era una película muy de su estilo. Así que suponía que tenía que ser divertida.
Además, mi amigo el humorista me la había recomendado diciéndome que le parecía una obra maestra, y tiendo a fiarme de su gusto en lo referente a la comedia. No solo porque sea su profesión (lo cual, viendo a muchos comediantes españoles, no dice mucho), sino porque me gusta y comparto su sentido del humor, así que la película tenía que gustarme.
Y aunque me la vendió como mejor que "Paso de ti", comedia que me encantó en su momento (por cierto, repasando lo que escribí en julio del año pasado, me ha entrado cierto complejo por lo que escribo hoy en día; era mucho mejor), y ahora que la he visto no puedo estar de acuerdo, he de reconocer que la disfruté mucho.
Coprotagonizada por un actor como Paul Rudd, que me parece bastante soso pese a estar labrándose una buena carrera dentro del campo del humor, y por un genial Jason Segel, al que tengo en un pedestal desde que le empecé a ver en "Como conocí a vuestra madre" y, posteriormente, desde que escribió el propio guión de "Paso de ti", la película es una reflexión en tono de comedia sobre lo que supone la amistad, como nos ayuda y a lo que nos obliga, y como se compagina por otro lado con una relación de pareja. Pareja que, por cierto, en la película es interpretada por Rashida Jones, hija del productor Quincy Jones.
Es profundizando en sus matices, en el tipo de cosas que se comparte con parejas y amigos, y en como se transforma nuestra personalidad cuando estamos con unos y con otros, cuando la película obtiene sus mejores resultados. En cierta forma, sin parecerse demasiado en la base de la historia, coincide con otra comedia que me gustó bastante, "Lío Embarazoso", del mencionado Apatow, que también enfocaba parte de su argumento en como influyen las amistades en las relaciones de pareja, y en como a veces las usamos para evitar crecer y madurar.
La película tiene grandes momentos de humor, casi todos relacionados con el personaje de Segel, y aunque acaba en el final que cualquiera podría esperar, lo cierto es que la falta de intriga y previsibilidad no importan demasiado. Como en un monólogo, la importancia estriba en las escenas y los chistes que hay entre medias, y esas funcionan, así que en ese aspecto tampoco merece mucha crítica.
Lo único que le eche en falta fue, en algunos momentos, un poco más de transgresión, pues quizás todo transcurre demasiado plácidamente y hace que el ritmo pueda resultar un poco monótono, pero es innegable que resulta una película divertida y fácil de disfrutar.
Ésta no es de las imprescindibles para ver en el cine. De hecho, entra como una mano en un guante en la categoría de las que uno vería alquiladas.
Pero no supone ninguna decepción, ni la meto en ese saco por no haberme gustado y no merecer gastarse el dinero en ella, a mi me dejó muy satisfecho. Es, simplemente, que por el tipo de película resulta de esas fáciles que se dejan ver en cualquier momento para animar un poco, entra directamente en el cajón del puro entretenimiento.
Recomendable, sea como sea.
miércoles, 10 de junio de 2009
Japón, solitario Japón...
Ya sabéis que me gusta comentar noticias. Alguna vez solo porque el titular me llama la atención, aunque luego el contenido sea poco atractivo. Pero normalmente porque cuentan cosas curiosas o, directamente, graciosas.
Con las noticias que vienen de Japón, en cambio, suelen mezclarse los motivos. También son cosas que me llaman la atención, pero el sentimiento suele ser algo superior. Suele tener que ver con la maravilla que me produce la forma de actuar de los japoneses. Con el desconcierto que me provoca, en realidad, la idiosincrasia de un país que me llama tanto la atención y me parece tan diferente, moderno y, a la vez, absurdamente desfasado.

Lo cierto es que el titular esta vez es que ni siquiera me llamó la atención. Cuando vi en la sección de "Gente y TV" algo así sobre "una boda llena de desconocidos", lo que pensé es que se refería a la boda de algún rico o famoso que había invitado a tanta gente que a la mayoría ni los conocía. Y ese tipo de cosas no me son interesantes.Pero algo hizo que, ya tarde, me metiera en aquella persistente noticia y descubriera incrédulo a que se refería exactamente:
"Una boda llena de desconocidos"
Como imagino que casi nadie se lee los artículos que enlazo, os lo explicaré:
Al parecer hay una empresa en Japón que se está dedicando a proveer de personas para todo tipo de acontecimientos sociales para los que, por el motivo que sea, no tengas gente suficiente. Algo que se puede entender si te dedicas a organizar eventos o mítines, pero que cuando se trata de un bautizo o una boda, ya es más raro. Y que es precisamente lo que pasa en Japón.
Esta idea, que tanto me recuerda a la que mostró Fernando León de Aranoa en "Familia", a mí me resulta muy chocante. En aquella película, todo se debía a la necesidad de cubrir carencias afectivas, comprándose una familia ficticia.
Aquí es algo parecido, aunque las necesidades que se cubren son más bien publicitarias. Se busca hacer creer al resto que se tienen amigos y que se es un tipo querido. Aunque precisamente a los que se pretende engañar es a los más cercanos, lo cual hace que sea especialmente retorcido, y dice muy poco de quién recurre a tales tretas.
En Hollywood han llevado la idea al cine en su versión "novia/o ficticia/o". Servicio que, por cierto, también cubre la empresa japonesa. Suelen ser películas más o menos graciosas, comedias en las que un retoño que no quiere que su familia crea que está solo o en las que necesita que crea que está acompañado para cubrir alguna mentira aun mayor, contrata a algún acompañante temporal del que, inevitablemente, se enamora.
Aquí, en cambio, los invitados y novios falsos se buscan discretos, poco llamativos, corrientes, supongo que para dar imagen de normalidad. Si se les paga más, pueden cantar o dar discursos, saliéndose de esa normalidad, pero haciendo que el ego suba...

Es curioso como en España lo habitual es tener que reducir las listas de boda para ajustarse al presupuesto, mientras en Japón hay quién puede permitirse pagar el doble solo por tener la fiesta llena de desconocidos que le hagan ser respetado de cara a los pocos conocidos que acudan al banquete.
Es muy triste, la verdad, que se tenga que hacer algo así, y habla "raro" de lo que es Japón y el tipo de desquiciados que cuenta como ciudadanos.
Pero confieso que no deja de admirarme el pragmatismo de conseguirse los invitados aunque haya que pagarlos. Otra de esas curiosidades niponas que siempre me sorprenden...
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lunes, 11 de mayo de 2009
Lobezno...
Como casi siempre que sale una película basada en un personaje de cómic, allí que me fui a ver "X-Men Orígenens: Lobezno". Sospecho que, más que nada, por la influencia de mis amigos más comicófilos, pues nunca he sido muy de superhéroes. Pero es casi matemático, ponen una y la veo.
Además, en este caso iba con ciertas esperanzas, por lo entretenidas que me habían parecido las películas anteriores centradas en los X-Men. Porque en ellas, el personaje de Lobezno era casi el que me resultaba más interesante. Y porque, aunque no puedo decir que Hugh Jackman me guste en todas sus actuaciones ni mucho menos, le cogí cariño tras su presentación de los Oscar de este año.
Pero la verdad es que salí decepcionado de la película. Me resultó confusa. Y no solo porque empleen los habituales trucos de moverlo todo muy rápido cuando se dan escenas de acción, difuminando las coreografías de lucha para hacerlo todo mucho más rápido y ficticio de lo necesario. Sino, sobre todo, por los defectos de su guión, que convierte a hermanos en enemigos y posteriormente en compañeros de lucha sin dejarnos muy claro a que se debe tanto cambio. Y que diluye las motivaciones de sus personajes de tal manera que acaba siendo bastante complicado entenderles.La película me sirvió más que nada para conocer algo más al personaje de Lobezno, su origen. Algo que en realidad podría haber entresacado simplemente de ver el trailer y conocer el título de la película. Porque nada de lo que cuenta llegó a interesarme demasiado. Para eso y para recrearme con muchas de las localizaciones escogidas. Pero bueno, es como una muesca más en la culata de mis películas de cómics, así que no le daré demasiadas vueltas.
Espero que no le den más continuación al tema, y que, si acaso, continúen con la saga sobre los X-Men, si surge alguna buena idea. Porque esta no deja de ser un producto de relleno para aprovechar tanto el tirón del personaje de Lobezno como el del propio Jackman, que está viviendo una época de éxito personal que Hollywood no podía dejar de aprovechar.
Para el vídeo-club, si acaso...
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lunes, 27 de abril de 2009
Déjame entrar.
Hace unos meses hicieron la versión cinematográfica de la novela juvenil sobre vampiros "Crepúsculo". No llegué a verla, pero la referencia que recibí sobre ella es que era una película bastante romántica, más de amor que de señores de la noche...
Y este fin de semana, viendo que la estrenaban en muy pocos cines e igual me quedaba sin verla, me decidí por ver "Déjame entrar", otra de vampiros de la que había leído una crítica que venía a decir que también era romántica, y de la que un amigo me había hablado muy bien por sus propias referencias fraternas.
Y efectivamente, me pareció una magnífica película, y efectivamente me pareció especialmente romántica. Con el añadido de que, encima, me creí su interpretación de la figura del vampiro mucho más de lo que me lo he creído jamás en ninguna otra película...
"Déjame entrar" es una historia que se sitúa en Suecia, en un ambiente frío en el que la nieve se convierte en algo más que paisaje y con unos personajes circundantes que, personalmente, me resultaron algo lejanos. Como si la distancia entre los suecos de la película y los españoles de por aquí fuese mucho mayor de lo que suponía en un principio. Pero lejos de alejarme de la historia, esa circunstancia me mejoró la experiencia, produciendo un mayor contraste con respecto a la extraña pasión de los protagonistas que hizo que el desenlace final resultara mucho más redondo.La película cuenta una historia de amor entre dos niños, Eli y Oskar, de, digamos 12 años. Dos niños con vidas difíciles que encuentran el uno en el otro la comprensión y el cariño que no obtienen del resto de su entorno. Y la protección y la seguridad que necesitan.
Y dos figuras con un lado oscuro fascinante que viene a demostrarnos que los niños pueden ser a la vez personajes especialmente tiernos y criaturas terriblemente siniestras, con nociones menos marcadas de lo que significa el bien y el mal, haciendo equilibrios entre uno y otro.
Durante la película me surgió cierto pensamiento del que ahora no estoy muy seguro: que el autor había pretendido plantear la idea de que uno no escoge cuando y como se enamora, y de que en cierta forma el vampiro representa ese momento, que se convierte en algo atemporal. Como si su propia vida detenida se identificase con el enamoramiento, y que al final resultara un amor imposible por las diferencias entre los protagonistas. O en un profundo amor desdichado por lo inviable que es mantenerlo en el tiempo, dado el inevitable envejecimiento del humano. Los caminos que se alejan si el vampiro no rompe su amor convirtiendo y condenando a quien ama.
Pero si bien la verdad es que la película no ofrece lo suficiente para llegar a esa conclusión, y es más la percepción que tuve en un momento dado, al analizar la relación entre el vampiro y su aparente padre, lo cierto es que el enamoramiento se aprecia como algo muy real, que permite a cada uno de los protagonistas enfrentar sus mayores miedos. Enfrentamientos que los sitúan a ambos a punto de su destrucción, de la que no se hubieran librado sin la ayuda del otro. Y que acaban reforzando su unión, a través de sus propios sacrificios, convirtiéndoles en una pareja fuerte para la que, aunque resulte complicado imaginar un futuro, tampoco se vislumbra un final.Cuidado con ella aquellos que necesiten de ritmos altos, o los que esperen que se les cuente todo como si fuese un ejercicio de descripción narrativa. Porque lo que cuenta la historia va mucho más allá del cómo y el porqué de los vampiros, o del principio y el fin de cualquier historia al uso. "Déjame entrar" es una historia de amor, de un primer amor que permanece en el aire al terminar la película, y a cuyo comienzo no se le debe buscar más explicación que la amistad y el cariño. Y puede decepcionar a quién espere mucha acción o un ritmo más vivo.
Pero creo que gustará, y mucho, a quienes tengan la suficiente sensibilidad como para meterse en el juego, y vean en Eli y Oskar la oscura inocencia que emanan, de la que parten tanto su amor como su vena más asesina.
Una indudable recomendación para el cine, antes de que se escape de la cartelera...
viernes, 17 de abril de 2009
Soko.
Hoy quiero darle un poco de publicidad a una canción que me mostró hace unos días un compañero de trabajo. Una canción que llama la atención no por su calidad musical (aunque no esté mal) ni por su intérprete (que tiene una voz interesante), sino por una letra bastante divertida.
Para que resulte más sencillo cogerlo he decidido poneros por aquí en una traducción libre del vídeo en directo, aunque podéis consultar la versión original enlazada aquí (si bien esa versión difiere un poco de la del vídeo):
Soko - I'll kill her.
"Y, claro, se suponía que me ibas a llamar esta noche...
se suponía que me ibas a llamar esta noche,
hubiésemos ido al cine.
Y, después, a un restaurante; ese que te gusta en tu calle...
Hubiésemos dormido juntos, tomado un buen desayuno juntos
y después un paseo juntos por el parque, ¡es todo tan hermoso allí!
Me hubieses dicho "te quiero" en el sitio más bonito del mundo,
en el que algunas nanas bailan con las hadas...
Te hubiese esperado como una semana o dos,
pero tú nunca intentaste ponerte en contacto conmigo.
No, tú nunca volviste a llamar,
tú estabas viendo a esa rubia de bote.
Si la encuentro juro, juro que...
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro cuando te alejó de mí.
Hubiese conocido a tus amigos, hubiésemos tomado una copa o dos,
les hubiese gustado porque a veces soy divertida.
Hubiese conocido a tu padre, hubiese conocido a tu madre...
Ella hubiese dicho "por favor, ¿podéis tener unos preciosos bebés?"...
Así que hubiésemos tenido un niño llamado Tom
y una niña llamada Susan, nacida en Japón...
Creí que era una historia de amor, pero tú no quieres comprometerte,
creí que era una historia de amor, pero tú no estás preparado para eso...
Yo tampoco. La mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robo mi futuro cuando te alejó de mí.
Es una perra, ya sabes, lo único que tiene es el pelo rubio.
Ni siquiera ternura, sí, es idiota.
Te dará la patada por un modelo llamado Brendan
que le pagará la cirugía estética porque está forrado...
Yo te hubiese esperado como una semana o dos,
pero nunca intentaste ponerte en contacto conmigo.
No, no, tu nunca volviste a llamar,
tú estabas viendo a esa rubia de bote.
La encontraré, lo juro, ya sabes, lo juro, lo juro...
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro cuando te alejó de mí.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro, destruyó mi sueño.
La mataré, la mataré.
Robó mi futuro cuando te alejó de mí.
Tío, te lo digo, si la encuentro
Voy a buscar algo, cualquier cosa,
una pistola si puedo, lo que sea...
Y soy suficientemente fuerte, lo haré.
La mataré."
Espero que os guste, a mí me ha encantado.
Aunque la verdad es que ahora que leo la letra sin ver el vídeo veo que pierde un poco de ironía y parece más tétrica...
Disfrutadla.
viernes, 20 de marzo de 2009
Por desear que no quede...
Nunca he sido muy fan de Pink Floyd. Es más, casi podría decir que no me gustan más que algunas canciones y que, por lo demás, me cansan. Me pasa en general con el rock sinfónico y el progresivo...
Aun así, dentro de mi grupo de amigos, es una banda muy apreciada, y se han convertido habituales en los conciertos que la banda tributo "Australian Pink Floyd" da de vez en cuando en Madrid.
Como ya he dicho la lista de canciones del grupo que me gustan es corta. Casi solo me quedo con las más clásicas "Another Brick in The Wall" y "Money", posiblemente por repetición. Pero la que de verdad me gusta por encima de cualquiera, y tengo bien aprendida, es "Wish you were here", una obra que aprecio sobre todo por su fantástica letra, aunque no puede desdeñarse su estupenda guitarra.
El vídeo que os pongo está sacado del concierto Live 8, del 2005, en el que todos los miembros de Pink Floyd se reencontraron tras su disgregación en 1985.
Que ustedes lo disfruten.
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martes, 3 de marzo de 2009
Grafos.
Hace unas semanas, viendo la película Valkiria, con ese comienzo en el que Tom Cruise escribe en un cuaderno con una preciosa letra, me quedé pensando en como han cambiado las cosas con el avanzar de los tiempos, y hasta que punto la caligrafía ha dejado de ser algo importante.
Por mi casa aun quedan restos de manuscritos familiares, de mis abuelos y bisabuelos, en los que se observa la perfección de los trazos, y una calidad de letra que casi parece salida de un molde de imprenta. Letras que además, pese a ser perfectamente reconocibles, no tienen mucho que ver con las que yo aprendí en la escuela, y son ricas en rizos y ornamentaciones que nunca usaría, pero que son inequívocamente distintivas y mucho más estilosas de lo que jamás serán mis pobres rayas y curvas malamente garabateadas.
Mi letra es pequeña y rápida, como si la hiciera para que nadie pudiera leerla. Yo la entiendo, pero desde que no me hace falta que la entienda nadie más, me he decuidado mucho, y poco me importa si las diferentes letras se colapsan sobre si mismas o si no hay quién sea capaz de identificar una frase de diez palabras sin estar yo mismo traduciendo.
Y la verdad es que, en mi entorno, abundan las letras poco legibles. Hay puntuales y magníficas excepciones, incluso artistas de la caligrafía, pero es más habitual encontrarse con aquellas que parecen un electrocardiograma, el gráfico de un medidor de terremotos o la línea indecisa de una máquina de la verdad. Y la mía, es de las peores.
Imagino que no soy un caso único, y que hoy por hoy debe ser difícil encontrar a gente que tenga una muy buena caligrafía. La gente cada vez se ve menos forzada a escribir a mano, y la profusión de ordenadores hace que se pierda la práctica. Seguro que hoy en día los niños no tienen buena o mala letra, tienen Arial o Times New Roman, o una informal Comic Sans...
Pero viendo esas maravillosas firmas de antaño, y esas enrevesadas vueltas en las ges y las zetas de mis antepasados, no puedo evitar pensar que hemos perdido con el avance, por muy claro que quede ahora escrito todo...
Ahora, eso sí. Menos mal que existen letras de imprenta, porque si no todas estas tonterías que os cuento se perderían para siempre. Y no como lágrimas en la lluvia, sino más bien como rayajos de lana en un desordenado ovillo...
viernes, 6 de febrero de 2009
Rien ne va plus!
Una de las cosas que siempre se debe tener muy claro al ir a un casino es que la banca siempre gana. Que la suerte que uno pueda tener no deja de ser una concatenación de sucesos exitosos en una serie que, como hecho estadístico, siempre suma más fracasos. Y que más vale ir a divertirse e imponerse un límite de pérdidas, o retirarse cuando se está ganando, que dejarse llevar por la codicia y la mala sangre, buscando vencer a quien, por norma matemática, siempre va a sacar beneficios.
Y en la vida fuera del casino pasa casi exactamente lo mismo, que la banca siempre gana. Y en un año de comienzo de crisis, en el que los bancos se acorazan para que sus balances no se descuadren y no poner en riesgo su existencia, vemos como el Banco de Santander acumula beneficios de 8.876 millones de euros, tan solo un 2% menos que el año pasado, y eso tras descontar los 1300 millones en acciones que va a dar a sus timados por el caso Madoff. Nada mal si tenemos en cuenta que su índice de morosidad ha subido del 0,95% con que cerró el 2007 a un 2,04% del año pasado, con lo que eso implica en provisiones para cumplir con el Banco de España.
El otro día discutía con un amigo si los bancos y cajas españolas tienen o no dinero, y porque no lo prestan. Según él, los bancos no prestan por falta de confianza en el cliente. Quieren asegurarse de que se les va a devolver ese dinero, y ahora mismo la situación no es propicia. Según mi hipótesis, a los bancos no les sobra el dinero, pues tienen que hacer frente a muchos vencimientos muy cercanos, y saben que el aumento de la morosidad les obliga a provisionar más. Sin más, creo que no tienen verdadera liquidez pues lo que les llega tal cual entra se va.
Y seguramente la realidad esté en un punto intermedio entre ambos.
Pero cuando uno ve determinadas cifras de beneficios y observa hasta que punto han restringido el acceso al crédito sin ningún tipo de discriminación (se ha acabado estudiar al cliente, los bancos no están bloqueando el crédito solo a los de más difícil pago, no, lo hacen casi a todos por igual), no puede dejar de indignarse con las entidades bancarias que han sido cómplices activos de la situación económica actual, y que no cumplen con cierto deber moral contraído con aquellos a los que ayudó a inflar.
Y, sobre todo, con el contraído con un país que, a través de su gobierno, les ha ayudado a deshacerse de activos que les sobraban en un momento para ellos crítico (por mucho que lo nieguen), facilitando su subsistencia. Y con el que ahora no mantienen ningún tipo de reciprocidad, condenando a un montón de empresas a un paulatino deterioro que puede desembocar en su quiebra.
Con ganancias como esas, claro que se pueden permitir dar más créditos, y por su propio futuro, más vale que lo hagan.
Me molesta la banca, me molesta escuchar esos tremendos beneficios, inmorales, cuando todos vamos hacia abajo. Y me duele constatar una vez más que el sistema bancario, por muy necesario que resulte en el tipo de sistema social que vivimos, no deja de ser un tremendo engaño en el que unos pocos siempre se benefician.
Y solo me hace sacar una sonrisa ácida, torciendo el gesto, pensar que somos como Remedios Amaya en Eurovisión, buscando unos puntos que nos dejen en un lugar digno, cantando "Ay, quien maneja mi banca quién... que a la deriva me lleva quién...".
Ahí les dejo una foto del diablo, con sus inconfundibles camisa blanca y corbata roja (sí, siempre usa la misma combinación, en cualquier foto que encuentren. JD me lo hizo saber)...
lunes, 2 de febrero de 2009
Los 300.
Me he vuelto a olvidar.
Llega una fecha importante, uno está más liado que de costumbre con sus cosas y se olvida de eventos a celebrar. Eventos que equivalen casi a cumplir años, y de los que no acordarse es un fallo grave...
Bueno, en realidad no es ni mucho menos grave, pero lo cierto es que me olvidé, y el día 23 de enero, al poner el post sobre "Heavy Metal", cumplí 300 posts publicados en el blog. Y como el 200 se me olvidó por completo avisarlo y solo lo comenté de pasada en el post sobre "Hulk 2", aquí quería hacerle una mención especial.
Es peor si lo que olvidas es referente a otra persona, claro. Olvidarse del cumpleaños de alguien o de un aniversario, o de cualquier fecha importante para otro y que debamos recordar no solo implica olvido sino que se ve como desinterés.
En este caso ha sido algo más personal y por lo tanto más perdonable. Aunque en cierta forma y pese a que algunos demasiado listos no sepan entenderlo, el blog es tanto mío como de sus lectores, y es posible que a vosotros también os guste saber que hemos llegado a esta cifra. Mis disculpas, y a seguir sumando todos.
Saludos.
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oligoqueto
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miércoles, 31 de diciembre de 2008
Fin de año.
Dicho así, parece un poco tonto, como si fuese el dictamen de un loco que pensara que sin él no podríamos pasar al 2009. Pero prefiero pensar que me tomaréis por cuerdo y que recogeréis la frase como lo que es, simplemente la constatación de que el tiempo pasa.
No sé a vosotros, pero a mí este año se me ha pasado muy rápido, sobre todo este último trimestre. Y es extraño comprobar como las cosas que me han sucedido desde octubre se agolpan en mi memoria como si apenas hubiesen ocurrido ayer. Viajes, conciertos, salidas, cines... una extraña sensación de velocidad.
Quizás me hago viejo y me parece que se me escapan los días, aunque sospecho que tiene más que ver con que ha sido un buen final de año, pese a que haya habido mucho trabajo y el próximo venga tan incierto. Y aunque esté viviendo un ritmo algo superior a lo que habitualmente prefiero, sobre todo entre semana, espero que el 2009 continúe por el mismo camino. Igual demasiada tranquilidad tampoco está bien.
El próximo año pinta feo para todo lo que queda en el mundo real, ese dominado por las cosas y el dinero. Seguramente sea más sensato esperar quedarse tal cual estamos, no retroceder, pero no puedo evitar sentir que es el mejor momento para soñar y desear cosas nuevas, cosas mejores. Al fin y al cabo, los periodos de crisis son periodos de oportunidades.
Así que haré mi lista (secreta) de deseos y propósitos y ya veremos como me ayuda el 2009 a llevarlos a efecto.
Pero para no ir muy deprisa, que demasiada velocidad tampoco es buena, mi primer deseo os lo voy a poner aquí:
Ojalá seamos todos mucho más felices cuando se acerque el 2010 y hagamos un recuento de lo vivido.
Sería más que suficiente, ¿no?
Y ya solo me queda meditar profundamente que hacer con ese segundo extra que nos regala el Observatorio Naval de los Estados Unidos, que aun no sé si destinaré a pedirle a la buena suerte alguno de mis sueños incumplidos o simplemente a masticar bien las uvas para no atragantarme. Pero del que sea como fuere daré buena cuenta, razonablemente contento, como espero que hagáis todos vosotros.
Un fuerte abrazo.
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domingo, 21 de diciembre de 2008
Por si las moscas...
Esta semana que entra me tocan de nuevo vacaciones, por lo que no sé con que ánimo publicaré, ni siquiera sé si pondré algo.
Así que, por si acaso, quiero desearos a todos una muy feliz Navidad.
Seguro que al final cuelgo algo, pero nunca se sabe...
Nos vemos...
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oligoqueto
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lunes, 1 de diciembre de 2008
De tierras lejanas...
Creo que a todo el mundo le pasa que a veces necesita delegar responsabilidades y liberarse de algunas cargas. Es tanto más liberador cuanto mayor es la responsabilidad, claro, pero hay ocasiones en las que no sentirse en absoluto responsable de un error muy acentuado, por intrascendente que sea ese error, te deja de lo más tranquilo.
Eso fue lo que me paso el viernes por la noche, que tuvimos que decidir entre ver una película u otra, dejamos la responsabilidad a un amigo y nos llevó a ver una soberana mierda, de la que os comentaré algo en esta pequeña crónica. Y ahora lo puedo contar sin el peso, que él siempre tendrá sobre sus hombros, de haberla propuesto y habernos convencido para verla, con la tranquilidad de que me iré a la cama sabiéndome inocente...
Lo cierto es que no hay mucho que contar. Por lo menos casi nada bueno. Se trata de una película que mezcla ciencia ficción con vikingos y dragones de palo, protagonizada por el hierático Jim Caviezel y con John Hurt como actor más destacado (¿quién le mandará meterse a hacer determinadas películas? Seguro que él también se lo pregunta...).
Una basura de la que sospecho que quiere mandar un encomiable mensaje ecologista al mundo, haciendo una sutil metáfora sobre como el hombre destruye la naturaleza y como la naturaleza se puede vengar de él (muy merecidamente). Pero una película cuyas ideas quedan totalmente ocultas tras el fracaso de una historia que aburre y cansa, embarullado todo en un conjunto de refriegas infumables contra unos pobres animalitos que parecen los hijos comunes de Alien y Predator.
Ni siquiera los efectos especiales son llamativos, y, no sé si por defecto de la película o de la sala de proyección (más probablemente), el sonido tiene unos molestos agudos cuando aparecen los monstruos que bien podrían ser eliminados para tranquilidad del espectador.
A favor de la película queda que hay muchas escenas oscuras en las que no se ve nada, así que no pueden ser criticadas en exceso, y que la protagonista femenina le han puesto los ojos muy azules, y han sido explotados hábilmente por el director. ¡Ah!, y los escudos, que son muy graciosos (no pretendáis entender esto último, tendríais que ver la película y creo que está desaconsejado por las autoridades sanitarias).
Vamos, que es prescindible totalmente, ni siquiera para descargarla y molestar a la SGAE. No digamos ya alquilarla o pagar por verla...
¿Que se me olvida decir el título?, posiblemente sea una defensa de mi subconsciente, pero por si acaso, para evitarle a alguien caer en un fatal error... "Outlander"...