miércoles, 11 de junio de 2008

Monólogos.

Como ya he comentado por aquí alguna vez, uno de mis mejores amigos es humorista. Un humorista demasiado implicado con su concepción del arte como para tener éxito, pero un magnífico humorista. Que voy a decir yo, ¿no?, cuando llevas años desarrollando un determinado sentido del humor con los amigos y al final uno de ellos es capaz de ganarse la vida con él, te parece bueno sí o sí. Pero me fío de lo que le he oído a algún compañero suyo de profesión que llegó a ser alguien en el mundo de los guionistas de humor, y que le considera especialmente bueno. En realidad, el problema de mi amigo es que encuentra el humor alejándose de los estereotipos. Y eso no se premia...
El caso es que, a través de este amigo, de la gente que ha ido conociendo en el mundillo y que ahora son sus amigos y de tantos otros con los que ha compartido los escenarios, he acabado viendo una gran cantidad de monólogos, muchísimas actuaciones y muchas formas diferentes de afrontarlas.

Pero no fue hasta ayer que encontré un genial extracto de una conferencia de Kevin Smith, el director de películas tan divertidas como "Clerks", que me hizo reír como ningún monólogo que haya visto en vídeo (en directo las sensaciones cambian).
Kevin Smith es un tipo cuyo cine frecuentaba con disciplina hasta que hizo Dogma, y del que me quedo con "Persiguiendo a Amy" como mejor película, aunque en cualquiera de las suyas demuestra un indudable talento para los diálogos.
Era previsible que, con ese talento, tuviera también buena labia y capacidad para hacerse con el público en un escenario (Silent Bob es solo un personaje). Y en este speech que se echa, en relación a su frustrada participación como guionista en una nueva película de Supermán que la Warner estuvo preparando en 1997, y que se suponía que iba a protagonizar Nicolas Cage y a dirigir Tim Burton, demuestra unas tremendas dotes para la improvisación, el manejo de los tiempos en la narración de una historia y el control del ritmo para meter los chistes.

Dura 20 minutos, así que hay que buscar tiempo para verlo del tirón. Pero, si te gustan los cómics, el humor, el cine, Supermán y las historias de Hollywood, has de saber que sería un crimen no hacerlo:



Disfrutadlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El hombre es un crack, pero no me creo que el monólogo este fuera improvisado, sería demaisado bueno y demasiado del tirón. Él mismo lo confiesa al final, cuando dice que no se arrepiente de haber conocido al productor-peluquero de Barbra Streisand porque ahora tiene un montón de anécdotas para contar. Y seguro que ésta del vídeo no es la primera vez que lo cuenta.

En cualquier caso, cuando lo escuché en el trabajo con los cascos no pude evitar carcajearme provocando las miradas de recelo de mis compañeros, a quienes por cierto ya asusto cuando hablo solo. El trasfondo de todo esto es en realidad un poco triste, y no deja de tener relación con la entrada de ayer. Es la explicación a por qué ya no se hacen películas con un buen guión. Aunque suene un poco consparanoico, es un claro ejemplo de que estamos bajo el yugo de LOS COMERCIALES, esos seres perversos (como George Lucas, por cierto) capaces de hacernos creer que nos dan mierda porque queremos mierda. Ya sabeís, el reverso tenebroso, más fácil, más rápido, más seductor,...

Un abrazo "The Big O."

oligoqueto dijo...

Aunque no sea totalmente improvisado, seguro que tampoco lo ha ensayado e interpretado como si fuese su trabajo hacerlo. Por lo que no deja de tener un mérito enorme.
Hasta dentro de un rato.
Saludos.