miércoles, 4 de junio de 2008

Evolución.

Para un biólogo como yo, hablar del creacionismo es algo así como hablar del mayor anatema posible (en su acepción de cosa maldita). Casi casi como comparar la ciencia con las supersticiones y la magia.
No en vano, Theodosius Dobzhansky, uno de los más importantes genetistas del siglo XX y codesarrollador de la Teoría Sintética de la Evolución, tituló uno de sus artículos más famosos de la siguiente manera: "Nada tiene sentido en biología si no es visto a través del prisma de la Evolución". Una verdad que se ha convertido en una especie de tantra para muchos evolucionistas.


El caso es que el creacionismo es, sin más, la negación de la Evolución (nótese el distinto tratamiento que le doy a cada una, el que merecen). Una idea inaceptable para cualquier cerebro mínimamente abierto a la ciencia y, mucho más, para cualquiera que tenga ciertas nociones de biología y sepa lo que es una secuencia fósil.

Eso no quiere decir, ni mucho menos, que se sepa todo en relación a la Evolución. De hecho, han ido a dar con un biólogo especialmente reacio a aceptar el Neodarwinismo (asimilable a la Teoría Sintética) como la teoría definitiva de la Evolución. Uno que cree que nos quedan muchas cosas por conocer para explicar determinados procesos de especiación masiva como la explosión cámbrica o la aparición de algunas estructuras corporales cuyo origen dudo que pueda ser interpretado como un cambio secuencial y progresivo.
Sospecho que nos quedan cosas por saber en el campo de la genética, en la expresión de los caracteres genéticos en los organismos (lo que viene a ser el fenotipo) y en el papel de otras estructuras diferentes de los genes propiamente dichos, para obtener una versión más definitiva de la Evolución. Y creo también que se encontraran mecanismos puntuales que hayan servido para la evolución de especies concretas, que supondrán excepciones a la norma absolutamente válidas.

Pero en los últimos tiempos, impulsado por erróneos preceptos religiosos, el creacionismo está misteriosamente creciendo en algunos lugares científicamente muy desarrollados, envuelto en el concepto del diseño inteligente (de nuevo, obsérvese el tratamiento dado a la teoría). Y es por ello que, sin olvidar del todo mi ateísmo, estoy dispuesto a abrazar la fe de manos de la religión del "Pastafarianismo". Y me proclamo determinado a adorar al "Flying Spaghetti Monster" (FSM) como único dios en el que poder creer (algún día os enseñaré mi Ipod).
Para quién no lo sepa, la iglesia Pastafariana fue fundada en el año 2005 por Bobby Henderson, como protesta ante la decisión de la Comisión Escolar de Kansas de impartir el diseño inteligente como teoría de la Evolución. Lo hizo a través de una estupenda carta, en la que postula las bases de su iglesia, y explica como diferentes hechos se relacionan entre si de maneras que a veces no podemos comprender, todo gracias a los designios del FSM (el poder de su "Tallarinoso Apéndice" - Noodly Appendage - es, simplemente, omnímodo) . Cosas como, por ejemplo, la relación directa entre el descenso de piratas en los océanos y el aumento de la temperatura del globo (lo cual demuestra que si hubiese más piratas resolveríamos cualquier atisbo de cambio climático), de una linearidad tal que parece mentira que no nos hubiésemos percatado antes.

En cualquier caso, sea cual sea la teoría de la Evolución escogida, el camino que llevará el hombre en su transcurso hacia la extinción parece, hoy por hoy, que vendrá determinado por sus propias obras. Hemos conseguido llegar a tal nivel de control de nuestro entorno que tenemos la capacidad de destruirlo totalmente. Y es más que posible que lo logremos.
Por eso quiero haceros la última recomendación de hoy, una suministrada por mi compañero franastor y que no sé si tomarme como invitación para desaparecer de este mundo, pero seguro que haría las delicias de Siniestro Total : el VHEMT (The Voluntary Human Extinction Movement, los vehementes), un movimiento sin líderes que propone que los humanos dejemos de procrear (que no de copular, no se preocupen) para ir extinguiéndonos poco a poco y liberar así al resto de la naturaleza del yugo que suponemos. Una idea cuanto menos interesante...

Ya saben, no dejen de evolucionar pero no se creen malas ideas...

3 comentarios:

Alberto dijo...

VHEMT, probablemente la única solución posible a los problemas que tenemos encima. Yo creo, sinceramente, que la explosión demográfica es el problema raíz. En cualquier caso, a pesar de todo lo que dicen en la página a la que nos remites, me huele un poco a secta...

Luna Carmesi dijo...

Ah,,, que tema de los ST!!!
Y estos de los tallarines???
Solo faltan por aqui aquel movimiento de liberacion de Enanos de jardin!!

:-O

oligoqueto dijo...

Alberto, no sé si el problema raiz es la explosión demográfica o simplemente la incapacidad del hombre para estarse tranquilito.

Somos seres inquietos, que evolucionamos mucho más científicamente de lo que somos capaces de hacerlo emocional y socialmente. Y eso produce desajustes y tensiones que nos desequilibran en nuestro entorno. Nos queda mucho que aprender en el campo de la filosofía, de las ideas para ser mejores sin cargarnos lo que nos rodea...

Y usted, señorita Carmesí, mucho cuidado con el tratamiento que le da al único e incomparable FSM. Le recomiendo investigar mínimamente el Pastafarianismo como alternativa religiosa...