viernes, 27 de junio de 2008

Una semana rara...

Esta semana he estado algo más silencioso que de costumbre.

El martes por la noche se me estropeó el ordenador, y no he sido capaz de sacarlo adelante. Así que no podía escribir, y decidí no meter ningún post de los que tenía ya escritos, pues no sabía cuando podría volver a escribir otro.

Ahora tengo ordenador nuevo. Llevaba un tiempo pensando en cambiarlo, pero me tiraba atrás el tener que reinstalar el sistema y todo el software. Pero lo que se me ha roto del viejo ha sido el disco duro, así que iba a tener que hacerlo sí o sí. Por si os lo estabais preguntando, o tenéis algo de empatía por este tipo de desastres, tenía un sistema de mirroring de mis datos (un backup online, instantáneo), así que creo que no he perdido nada. Eso que me ahorro.

El nuevo ordenador está temporalmente en marcha. Temporalmente porque no me gusta nada el Vista, y estoy recopilando drivers para volver a mi XP. Espero no tener problemas, aunque seguro que alguno habrá... ya os iré contando, porque espero darle matarile este fin de semana.

El caso es que hacía tiempo que tenía la idea de hacer un post sobre mi rutina; sobre esa especie de estructura sin adornos de la vida de cada uno, de la que algunos reniegan aunque sea tan necesaria para encontrar equilibrios. Pero esta semana ha sido poco rutinaria y no es la apropiada. Aun así, os contaré un poquillo como ha sido.

El comienzo de la semana estuvo marcado por la visita de mi hermana, la de Granada, con su pareja y mi sobrino (¿hay una forma de llamar a una pareja de hecho con una palabra que no haga parecer que me cae mal? Que en realidad me cae bien, pero dicho así da una sensación rara de desapego. Porque no están casados, pero como si lo estuvieran, ¿como llamarle?).

Mi sobrino es un terremoto que cumplirá 3 años dentro de unos días, y que cuando le regañan por hacer algo malo dice que "quiere ser un papá" que no tenga que preocuparse por nada. Muy grande para su edad (en tamaño), muy coordinado, incontrolable. Y muy divertido cuando se junta con sus otros primos.

Sus otros primos son una niña de 4 años que querría ser una princesa de cuento (y por la que se nos cae la baba a todos) y su hermano de año y medio, que va diciendo "hola" al mundo (seguro que acaba como programador). Y que, como apenas sabe otras palabras, se hace entender a base de onomatopeyas del tipo "uh, uh" o "¡yuju!". Otro con vocación de terremoto.
Tenerles a los tres juntos es como participar en una película de acción, aunque lo bueno es que nunca les he visto pegarse o llevarse mal, parece que disfrutan jugando entre ellos. Es divertido verles, sobre todo al pequeño, que parece que no se entera de nada y se dedica a agitarse y corretear sin que se le entienda mucho...




El miércoles se me estropeó el ordenador. Parezco Enjuto Mojamuto, pero ya os he contado la historia. Solo añadiré que intenté reparar el disco duro con un programa que, a las dos horas de lanzarlo, llevaba consultados 10 MB de los 1.200.000 que tiene el disco. Lo dejé correr, y al día siguiente, por la mañana, estaba en 13 MB analizados, y tenía más de 600 fallos corregidos. Decidí que daba el disco por perdido. Compré un ordenador nuevo, y lo monté ayer.

Por la tarde quedé con unos amigos a ver el fútbol. España -Rusia. Llegué tarde al partido, porque me di una ducha de última hora antes de salir de casa después del trabajo y de haber estado montando el equipo nuevo. No suelo quedar para verlo, aunque en esta ocasión era en casa de uno de ellos, y en plan tranquilo. No me gusta verlo con gente porque a mí el fútbol me gusta mucho como deporte y con cierto conocimiento de la táctica y la estrategia. Y odio verme metido en un ambiente de apasionamiento alocado. Pero así, tranquilo, merece la pena. Ya os lo conté antes... Al final salió todo perfecto. Uno de los mejores partidos que he visto de España. Y además, mis anfitriones me regalaron un disco estupendo, así que me salió la noche redonda.

Después del partido y tras mucha Coca Cola, decidí ir al baño, a vaciar la vejiga. Descubrí que, con las prisas de vestirme después de la ducha, llevaba puestos los calzoncillos al revés. He de admitir que era muy cómodo por delante, y en cierta forma me dejaba un buen tipín por detrás, pero resultaba poco útil a la hora de orinar.

Y hoy es viernes y estoy deseando que termine la jornada para que llegue el reposo del fin de semana. Esta noche iré invitado al Rock in Rio, y el domingo tengo un bautizo antes del partido. Aun no sé si quedaré con alguien para verlo, pero os prometo que volveré a ponerme los calzoncillos mirando hacia donde la espalda pierde su buen nombre. Lo haré por el bien de todos los españoles que desean que la selección gane la Eurocopa... ya sabéis, si ganamos, será gracias a mis calzoncillos.
Feliz fin de semana...

4 comentarios:

Alberto dijo...

Qué bueno leerte de nuevo, amigo. Y qué envidia el Rock in Rio, ya nos contarás. Buen fin de semana!

Anónimo dijo...

Las parejas de los hermanos/as son y serán siempre CUÑAAAAAAAAAAOOOOOOOOS

Luna Carmesi dijo...

Mi ordenador al cabo de unas horas encendido va terriblemente lento...
Me temo algo relacionado con la ventilación...
Lo quiero desmontar y limpiar por dentro...

Del Vista ni que se acerque...

Jove Kovic dijo...

Magnífico post. Siento por los ordenares un odio razonable, sin estridencias ni excesos...todavía.