lunes, 9 de febrero de 2009

El curioso caso de Benjamin Button.

Inspirada por una historia de F. Scott Fitzgerald (que puedes leer en internet en inglés o español), de la que se separa enseguida, "El curioso caso de Benjamin Button" se ha confirmado como la gran aspirante a los premios Oscar de este año, a la que concurre con 13 nominaciones. Y como ya sucedió con "Forrest Gump", película que también obtuvo 13 nominaciones y a la que recuerda en su estructura y en algunos pasajes de su historia, bien podría pasar que acabe llevándose muchas estatuillas.

(A partir de aquí, mejor leelo otro día si quieres evitar que te desvele partes de la película. No soy demasiado descriptivo, pero puede que prefieras no saber tanto).

Sus semejanzas con "Forrest Gump" comienzan en situar a Benjamin, un personaje de circunstancias excepcionales, en un mundo de asfixiante realidad, provocando un primer choque que acaba siendo aceptado con naturalidad por el espectador. Y, posteriormente, en desplazar el centro de la historia desde las vivencias de ese personaje principal, narrada en pequeños capítulos igual que la vida de Forrest, hacia una relación de dos, convirtiendo la película en una verdadera historia de amor que, por motivos obvios, acaba siendo imposible.
Además, el personaje femenino de ambas películas no resulta ser solo un accesorio del protagonista, sino que aporta mucha fuerza y es el motor de buena parte de las acciones del mismo, dándole un carácter fuerte que le viene muy bien a la historia.

La película deja un montón de buenas ideas para reflexionar. Hay una que me gustó mucho en otra película, "El Hombre Bicentenario", que es la angustia que provoca en los personajes la imposibilidad de vivir su amor de una forma completa, por el diferente modo de vivir el paso del tiempo. En aquella, protagonizada por Robin Williams, el hecho de ser un robot hace que no envejezca, lo cual provoca una situación terrible ante el deterioro de su esposa. Y al final se resuelve con el desarrollo de un sistema para envejecer y morir que otorga un gran romanticismo a la situación, pues se llega a la conclusión de que el amor es más fuerte que la muerte.


En ésta película suceda algo parecido. La relación de amor va más allá de lo humanamente posible, y Benjamin decide que, si quiere darle a su mujer una vida adecuada, es mejor desaparecer antes de que él sea un niño y ella una anciana. Y eso acaba desencadenando el final trágico que la película necesita.

Por otro lado, la película tiene también otra moraleja romántica que se deriva de la vivencia de Daisy, ella.
Daisy es una mujer fuerte y liberada, al menos para su época, muy independiente, que acaba, como todos de una forma u otra, golpeada por la vida. Daisy aprende de forma traumática que la vida es mejor si se comparte y que no debe rechazar a Benjamin como si él fuera a coartar su libertad, sino aceptar que a su lado se va a sentir más libre, y con ello más fuerte.
"Prometo nunca más perderme y sentir pena por mi misma", dice cuando todo se vuelve más difícil. Y lo consigue gracias en parte a Benjamin y gracias sobre todo a comprender que "uno nunca sabe lo que le espera", que más vale vivir sin miedo y sin lamentarse por las ocasiones pasadas. Y que desprenderse de deseos innecesarios evita frustraciones estúpidas.

Porque esa es otra de las ideas que deja la película. El hecho de que la vida de Benjamin vaya al revés y su final sea tan predecible, no hace en realidad que su existencia sea tan diferente de la del resto. Porque nada cambia lo anterior, que nunca sabes lo que te sucederá, y una vida que comenzó mísera y salvada del desastre por la humanidad de la madre de Benjamin, desemboca en una serie vivencias maravillosas.
El destino, en ese sentido, es casi un personaje más de la historia, y se hace patente a lo largo de toda la narración, con especial énfasis en una escena que, narrada desde la imaginación por el personaje de Benjamin, describe la concatenación de sucesos que derivan en un accidente de tráfico que provoca un giro en la película.

En cuanto a aspectos técnicos, empezaré por los actores, que se benefician de la calidad de la historia para disfrutar de muchas escenas donde demostrar su capacidad en distintos registros. Lo hacen muy bien tanto Cate Blanchett (guapísima) como la nominada Taraji P. Henson, la poco explotada Tilda Swinton y, por supuesto, Brad Pitt. No creo que éste último sea merecedor del oscar, aunque sea muy posible que acaben dándoselo. Y no porque no haga un buen trabajo, sino porque, en buena parte de la película, tiene demasiado maquillaje para mostrar una gesticulación facial verdaderamente apreciable, y eso mina su buen trabajo corporal; muy convincente, eso sí, cuando hace de anciano.
El guión esta muy bien, trabajando los personajes y las situaciones clave de la película, aunque tengo también mis dudas de que sea merecedor de un oscar como mejor guión adaptado. Más que nada porque su base en el relato de Scott Fitzgerald es más que somera, y quizás estaría mejor en la categoría de guión original (donde, personalmente, tampoco se lo daría, pues prefiero la perfecta sencillez del guión de "Wall-E"). Pero casi seguro que se lo llevará, y no deja de ser muy bueno, con mucho sentido del humor, y también mucha tragedia, en diversas situaciones en las que se confronta la edad mental de Benjamin con su edad real. Cómo pierde la virginidad, su primera borrachera o su rebeldía en cuerpo de viejo resultan situaciones bastante graciosas. Pero los achaques de su mente cuando en realidad tiene un cuerpo de niño, o la frustración de ser un anciano y querer salir a jugar a la calle también forman parte de la vida de Benjamin.


En la dirección , David Fincher hace un buen trabajo, conduciendo perfectamente la historia y el trabajo de los actores. Hay algunas imágenes en las que se recrea demasiado en cierta ñoñería, como las diferentes de los colibríes, pero he de confesar que fueron sensiblerías que me gustaron bastante. Toda la película tiene un tono lírico muy alto que hace que despierten fácilmente los sentimientos, y se disfrute como una gran experiencia cinematográfica.

Para concluir este largo post, solo comentaré que, aunque quede un poco forzado como símil y parezca un largo pegote dentro de la película, ésta comienza con la preciosa narración de la historia de un reloj que marcha hacia atrás y cuya existencia queda en ese momento entrelazada con la vida de Benjamin.
Y lo comento porque en cierta forma representa lo que la propia película me pareció, algo muy bonito, aunque fuera de sitio y época.
No se explicarlo mejor, pero esa fue mi sensación: de extrañeza dentro del panorama cinematográfico actual.
Y es por eso que me parece una obra muy recomendable para ir a ver, preferiblemente antes de la entrega de los oscar, para poder comparar así con sus competidoras.
Que tendrán que ser muy buenas para mejorar a la presente...

4 comentarios:

Cyllan dijo...

La voy a ver esta tarde ;) así que te hago caso y no leo, que los destripes de pelis me repatean. Gracias por avisar.
Nos vemosss.

Anónimo dijo...

Guión basado en una obra de Francis Scott Fitzgerald???
Documéntese mejor hombre, que parece usted de Intereconomía TV...
Esta es la verdadera historia de Ana Rosa Quintana.
Alguien la ha visto en las últimas portadas de su celebérrima revista AR???
Ma'salaama!

Cyllan dijo...

No coincido contigo para nada esta vez coleguilla. A ver si tengo tiempo de escribir algo de ella en WS y me despacho a gusto, aaarrggg, hace tiempo que no me sentía tan timada.
Ya he visto varias de las que van a los oscars y me parece que las nominaciones están tan mal dadas, atendiendo a la calidad, como siempre. Para no variar.

oligoqueto dijo...

Me alegro de que haya una opinión alejada, y estoy deseando ver que escribes en Whistle Stop.
Los oscar suelen ser decepcionantes, sí.

Saludos.