jueves, 29 de mayo de 2008

La crisis del PP (III y final). Lo que vendrá...

Llegados a este punto, toca ver que puede pasar en el futuro, y que camino tomarán los acontecimientos dentro del PP.
Realmente es algo bastante impredecible, pero intentaré hacer un pequeño análisis de posibilidades y mi propio pronóstico.

En cuanto a las posibilidades, se contemplan los siguientes escenarios:

1. Rajoy capea el temporal y acalla las críticas. Consigue llegar al congreso de Junio y ser elegido sin problemas: Es una opción que resulta cada vez menos probable, dada la magnitud de las críticas que está recibiendo. En cualquier caso, de ser así, el PP mantendría una posición interna débil, pues los contrarios de Rajoy no se van a conformar y seguirán dando guerra. Quizás una guerra dormida, pero que estallaría sin duda como muy tarde en vísperas de las próximas elecciones, para intentar forzar un candidato diferente.
Sus rivales, en cualquier caso, harán un voto en blanco simbolico para presionar a Rajoy y demostrar su fuerza. El porcentaje que alcance pude ser muy significativo.

2. Se presenta una candidatura alternativa encabezada por Esperanza Aguirre: No es probable a no ser que consiga movilizar de tal manera a las bases que se llegué a la convocatoria de unas primarias donde se le dé voz a todos los afiliados. En cuyo caso podría ganar, pero seguiría teniéndolo difícil. Eso sí, de conseguirlo, mucho tendrían que ofrecer a Gallardón para no perderle como activo dentro del partido.

3. Se presenta una candidatura alternativa que auna las voluntades de los grupos enfrentados: También bastante improbable. En un partido como el PP, la aparición de sangre fresca que sea capaz de robar el protagonismo a las figuras consolidadas, como sucedió con Zapatero dentro del PSOE, resulta bastante inconcebible. Simplemente, no está diseñado para las alternativas drásticas. Como dije en otro momento, a fin de cuentas es un partido conservador.
Realmente, solo Rodrigo Rato estaría a la altura de conseguirlo, pero no parece dispuesto a dejar los suculentos beneficios que le proporcionan sus trabajos en el sector privado. Y sospecho que hay compañeros de partido que no verían con buenos ojos que una persona que ha decidido quedarse a un lado cuando había que dar la batalla (durante la última campaña, sin ir más lejos) venga ahora a situarse como líder del partido. A fin de cuentas, la guerra que se libra dentro del partido no es solo de ideas, también hay mucho de protagonismos y egos. También se habla de Juan Costa, que fue su segundo y es moderado, pero carece de entidad para encabezar una alternativa.

Si tuviese que decantarme por una de las tres posibilidades, casi lo haría por la segunda. Pero, repito, sin primarias Aguirre no se va a atrever.
Solo en el caso de que haya mucha actividad mediática (y la está habiendo) y empiecen a descolgarse compromisarios ya comprometidos con Rajoy, la presidenta de la comunidad de Madrid daría el paso. Ahora bien, con el cariz que están tomando los acontecimientos, no lo descartaría en absoluto. No en vano Aznar sigue siendo la figura más respetada dentro del partido, y su influencia puede acabar resultando decisiva.

Ocurra lo que ocurra, el PP no va a dejar de convulsionarse en los próximos tiempos. Un congreso ganado por Rajoy sin participación directa de las bases dará pie a los descontentos a criticar el sistema e intentar forzar otro extraordinario antes de las siguientes elecciones. Las luchas interinas pueden ser especialmente destructivas en el seno de un grupo nada habituado a gestionar voces discordantes en su interior.
Y si lo gana cualquier otro, la energía que tendrá que desarrollar para enfocar todo el desconcierto actual es posible que le haga perder mucha capacidad como oposición al gobierno. Eso sin contar que, según quién salga, igual no es capaz de volver a crear los lazos que el PP necesitará con otros partidos para volver al poder.


De todas maneras yo tengo una sensación muy personal que no he oído por ahí en ningún sitio, y es que Mariano Rajoy en realidad no tiene intención de presentarse a las próximas generales. No, la verdad es que no me cuadra que hayan desaparecido del mapa todas las antiguas figuras de Aznar y él en cambio vaya a ser el jefe de un grupo de jóvenes buscando el cambio en el partido. Mi idea, muy personal y por tanto quizás muy equivocada, es que pretende regenerar el partido desde dentro, aprovechando que él está en una situación actual de fuerza (menguante día a día, pero fuerza). Y mientras tanto preparará la salida de un delfín, que saldrá a la luz pasadas las próximas elecciones municipales, o directamente de cara a la próxima campaña electoral para las generales. Una persona del tipo de Gallardón o Camps.
Es muy complicado algo así, y cada día resulta más difícil, pero no se porque sospecho que en algún momento pasó por la cabeza de Rajoy, y aun está vigente. Y dado que no veo claro que le vayan a desbancar de cara al próximo congreso de junio, y que sus detractores seguirán intentando impulsar algún candidato alternativo aun después, creo que sería la forma perfecta de contraatacarles.
Todo está por ver, será entretenido.
¿Alguna opinión?


PS: Como esto va muy rápido, es imposible estar a todas las novedades. Estos días se viene hablando de un acuerdo Aguirre-Juan Costa para presentar una candidatura conjunta. Es una opción para plantar cara a Mariano Rajoy que tiene sentido de cara al congreso, pero ningún futuro.
Como digo en mi análisis, pese a que también hay una importante guerra de personas (como en el caso de Elorriaga, que no apoya a Rajoy, pero si es de ideas moderadas), para mí en esta guerra predominan las ideas (como en el caso de Álvarez Cascos, que apunta directamente a quitar la mención a que el PP es un partido de centro), y la estrategia que el partido vaya a tomar de cara a un futuro. Por mucho que diga San Gil, su problema no es con Rajoy, es con la idea de abrirse a los nacionalistas. Y la polarización a la que han derivado en los últimos años ha calado a fondo en muchos dirigentes y muchas personas del partido, para las que negociar determinadas cosas es, hoy en día, casi un pecado.
Y en ese sentido, Costa y Aguirre son bastante incompatibles. Quizás planteen algo común para este momento, pero llegado a las cercanías de las elecciones derivarían a un congreso extraordinario, probablemente con primarias, donde decidir quién iría como candidato del PP a presidente del gobierno.
Quizás una buena opción para el PP, pues rebajaría la opción de ruptura casi hasta anularla. Pero para mi gusto sería una mera huida hacia delante...

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