lunes, 12 de mayo de 2008

Algo pasa en Las Vegas

Otra vez Las Vegas y otra vez una película tontorrona para empezar el fin de semana rompiendo con la rutina. Va a convertirse en una rutina más, y quizás acabe en un bucle del que no sepa salir, pero alguna paradoja tendremos que buscarnos para darle gracia al blog...

Lo cierto es que me gustan las comedias románticas. No había querido admitirlo hasta el momento para darme un aura de tipo duro, pero que se le va a hacer, soy una nenaza. Y los fines de semana, cuando no tengo claro que hacer, me voy al cine de madrugada y me veo cualquier peliculita ligera que no me haga pensar mucho y que me pueda dar alguna alegría. Y si me puede descubrir algún buen grupo de música del que seguir la pista, mejor que mejor (y la verdad es que para eso las comedias románticas de Hollywood son como una enciclopedia).

En esas andaba el viernes cuando decidí meterme a ver "Algo pasa en Las Vegas". Como resulta evidente, los que le pusieron el título en español habían hecho un master CCC en mercadotecnia y, como la cara importante de la película es Cameron Diaz, tiraron de su película más famosa para hacer una asociación de ideas positivas. Aunque, por una vez, hay que reconocer que se acerca bastante al original "What happens in Vegas", si bien los matices dejan claro la intencionalidad del título.

Y nada, que allí me encontré, riéndole las gracias a Cameron Diaz y Ashton Kutcher. Y meditando, durante los 100 minutos de película, qué es lo que me lleva a maltratar mi antaño bien trabajado cerebro con semejantes idioteces. Porque prácticamente todas las comedias del marido de Demi Moore son igual de estúpidas, y está claro que él debe tener parte de culpa. Y porque desde el trailer que vi hace algo así como un mes, sabía exactamente que iba a suceder, cómo y porqué, así que acercarme al cine a verla era bastante prescindible. Si ni siquiera Cameron Diaz me atrae (¿han visto bien sus primeros planos?, su cara es más rugosa que la piedra pómez, me asusta ligeramente).
La conclusión a la que llegué es que soy tan vago que prefiero que lo que me cuenta la película pase desde los ojos hasta la memoria reciente sin hacer ningún esfuerzo de procesamiento de la información. Ni me planteo algo más complicado, no sea que tenga una idea perturbadora que haga girar los engranajes de mi cabecita. Y lo peor es que, aunque lo sé, no pienso hacer nada para evitarlo, y volveré a meterme en un cine un viernes de madrugada a ver la película más simplona y tonta que pueda encontrar. Puro agotamiento intelectual, supongo...

Y esto es todo lo que os puedo decir de la película. Si queréis saber más, leed la sinopsis y lo sabréis todo. Todo, pues, de verdad, no da para más.
Y si os gustan las gracias tontas de ese tipo de cine, o necesitáis que alguien pulse vuestro botoncito de "On/Off" para evitar pensar, id a verla y disfrutarla. Seguramente os pasará como a mí, que salí del cine con lo mismo con lo que entré, pero en parte el entretenimiento es eso, rellenar tiempo sin sentirse aburrido, ¿no? No engaña a nadie...
Lo único que recordaré dentro de un par de semanas es que había imágenes de Las Vegas y que, confío, dentro de unos meses podré conocerla en vivo y en directo. Lo demás... "todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvía". Es hora de acabar.

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