jueves, 17 de abril de 2008

Alfredo's Barbacoa

Como le dije a David, amigo y lector esporádico de éste blog, aparte de el Knight'n Square, por la zona de Plaza de Castilla, hay alguna otra hamburguesería digna de ser mencionada. Y entre ellas la más conocida y seguramente la mejor es Alfredo's Barbacoa.

Para algunos paladares, Alfredo's Barbacoa sirve las mejores hamburguesas de Madrid. Yo, la verdad, no conozco suficientes hamburgueserías ni soy un fan fatal de esos platos, pero si he de confesar que allí me he comido la mejor hamburguesa de mi vida. Y, pese a lo cutre del local, lo apretado que te sitúan y las colas interminables, sigo repitiendo de vez en cuando con mis amigos.


El secreto de sus hamburguesas está en la carne, que no es la típica apegotonada de otros sitios y sabe a vacuno de verdad. Y en la parrilla en las que las preparan, a la vista del público en la planta superior del local. El conjunto de ambas las convierte en un alimento exquisito, pese a lo poco respetado que resulta el plato.

Como ya he dicho antes, el local no es muy grande, y suelen juntar demasiado las mesas. Amenizan la comida con imágenes de deportes americanos y música country, y es habitual ver pasar a Alfredo, con su barba, su gorra o sombrero y su chaquetilla vaquera, como el tejano fuera de lugar que representa. Y si después de cenar te pasas por uno de los bares de alrededor, también es fácil encontrarle tomándose algún que otro bourbon. Las paredes de la zona de entrada tienen algunos cuadros con recortes de periódico, a través de los cuales puedes leer algunas críticas, conocer un poco más a Alfredo o descubrir que incluso el príncipe Felipe celebro allí un cumpleaños (fíjate).

En lo referente a otras comidas, la carta es más bien parca. Pero creo que no conozco a nadie que vaya allí y no coma hamburguesa, la verdad. Y dudo que en realidad merezca la pena. No están mal los postres, y la ensalada de col es casera, pero uno va al Alfredo's a lo que va, así que si lo visitáis os recomiendo no complicaros con cosas raras. Eso sí, también os recomiendo reservar, porque es habitual descubrir colas larguísimas a la entrada.

Lo dicho, un gran lugar para comerse una magnifica hamburguesa, que merece la pena visitar aunque solo sea para juzgar por uno mismo su fama. Te echa un poco para atrás al entrar, pero te convence desde el primer bocado.

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