viernes, 22 de agosto de 2008

El coleccionista de chocolatinas.

Esta semana pasada era difícil no encontrárselo por todas partes. Que si Michael Phelps por aquí, que si Michael Phelps por allá... un verdadero coñazo...
De todas formas, por si no has vivido en la Tierra en la última semana y no sabes quien es, aquí tienes unos pocos datos:

Michael Phelps es un joven de Baltimore, en los EEUU, que nació con un pequeño desorden de hiperactividad. Debía ser un poco cansino, por lo que a su madre no se le ocurrió otra cosa que intentar ahogar su energía en una piscina. Pero con eso de ser hiperactivo, agitó mucho los brazos y las piernas, y alguien le vió y pensó que tenía potencial como nadador.

Tras esta forma tan húmeda de enfrentar su hiperactividad nació el mejor nadador de todos los tiempos.
Con 15 años acudió a Sidney, a sus primeros Juegos Olímpicos. Y aunque aquí no hizo nada de especial interés, poco después explotó como nadador y empezó a batir todos los récords de sus pruebas favoritas: estilos, mariposa y libres, en distancias medias. Y tras ganar 6 oros y 2 bronces en Atenas 2004, esta semana pasada ha ganado otras 8 de oro en Pekin 2008, lo que le convierte, de largo, en el que más medallas de oro ha ganado en toda la historia de los Juegos Olímpicos (hasta ahora 9, compartido por 4 competidores) y, de corto, en el que más ha ganado en un único ciclo (antes el récord lo tenía Mark Spitz, con 7, desde Munich 1972).

Michael Phelps me cae muy bien (de veras, me parece un tipo simpático y humilde), pero confieso que me jode tanta repercusión y tanto jaleo con sus medallas.
Porque sí, es evidente que lo que ha hecho es muy, muy grande.
Pero la verdad es que compite en una disciplina que favorece conseguir tantísimas preseas. Y que si se ha convertido en el mayor acaparador de la historia es, en buena medida, gracias a que la natación, como deporte, dispone de una colección de estilos que facilita conseguir muchísimos premios a una única persona (no en vano Mark Spitz también era nadador). Y la trascendencia que ha ganado es mucho mayor de la que, en mi humilde opinión, merece.

Aunque habrá quien no comparta mi parecer, yo, que procedo del fútbol y el atletismo, entiendo que una carrera trata de cubrir una distancia en el menor tiempo posible. Y, en competición, en hacerlo más rápido que los contrarios.
Por eso nunca entendí muy bien la marcha, que sigue pareciéndome bastante ridícula y más lenta que la carrera (aunque a la gran mayoría de los que la ven por la tele les sorprendería saber la velocidad a la que van los marchadores). Y por eso no veo muy claro que se valore tanto competir en el agua en diferentes estilos, siendo únicamente uno el más rápido. Ya puestos, hagamos en tierra los 100 m lisos a estilo cangrejo o a la pata coja, con nuevas carreras de relevos incluyendo los diferentes estilos, aumentando las posibilidades de que salga por ahí un crack capaz de ganar 18 medallas de una sola tirada.

Lo que quiero decir es que lo que ha hecho Phelps es impresionante, pero no puede ser comparado en absoluto con otros grandes de la historia de los Juegos Olímpicos que hicieron cosas increíbles. Gente como Al Oerter, que ganó cuatro oros consecutivos en su especialidad, lanzamiento de disco. O Adebe Bikila, que ganó el maratón dos olimpiadas seguidas (Roma 1960 y Tokio 1964), la primera de ellas descalzo. O, sin ir tan lejos, como Carl Lewis, que también ganó cuatro oros consecutivos en salto de longitud y además consiguió ganar en otras pruebas como los 100 m y los 200 m lisos.
Y puestos a buscarnos al mejor, para mí no hay duda que sería Emil Zátopek, único ser humano que ha sido capaz de conseguir en una misma olimpiada el oro en 5000 m, 10000 m y maratón (Helsinki 1952). Zátopek sumó a sus éxitos el hecho de lograrlos en pruebas de resistencia, que precisan de mayores tiempos de recuperación, corriéndolas en menos de una semana. Y especialmente el maratón, que corrió en aquella ocasión por primera vez en su vida (merece la pena bucear un poco por su existencia, porque en su vida no deportiva también tuvo algunas experiencias interesantes).

Gente con muchísima más épica que Michael Phelps, al que le reconozco un enorme mérito, pero que, simplemente, aun no está a la altura (aunque igual, si sigue esa estela, algún día lo esté).

Así que, por favor, dejen de aburrirme con Michael Phelps y sus 14 oros, que aunque ya sea un mito por una simple cuestión de cantidad, aun le falta clase para situarse por derecho entre los más grande de la historia...

4 comentarios:

Rara Avis dijo...

Para mi que alguien sea capaz de conseguir lo que éste nadador ha conseguido me parece de un mérito impresionante, de una capacidad de superación admirable y si alguien se atreve a critirle por eso... sólo merece la peor de mis opiniones...

besitos guapo!!!

oligoqueto dijo...

Merito todo el del mundo. Y no le criticaré por lo que ha hecho, pero sí criticaré todo el circo que se ha montado a su alrededor, y discutiré con cualquiera si merece el reconocimiento de mejor deportista olímpico de todos los tiempos.

Sin más, no estoy dispuesto a medirlo en medallas, hay otras cosas que hacen de los deportistas algo mayor que sus éxitos deportivos y los convierte en mitos.

Espero no merecer la peor de tus opiniones ;-P.

Saludos.

Luna Carmesi dijo...

Es un fenomeno sin duda.
Aunque tambien hay gente en otros deportes que con menos medallas son igual de grandes.
La septima medalla ha sido un poco...
por los pelos... dejemoslo así...

Ya ando por aquí...
:-/

oligoqueto dijo...

Siento que se te hayan acabado las vacaciones Luna, pero me alegro de volver a verte por aquí, la verdad.

Yo me iré algunos días en septiembre, y bajaré mi ritmo de producción mientras no esté en casa. Pero para los que estabais de vacaciones os he dejado un buen puñado de posts para leer ;-P.
Es broma, claro, no pienso examinaros ni obligaros a presentaros a recuperación (pero sí digo que este agosto me he tomado el blog con bastante humor). Es un honor tener algunos lectores frecuentes, como para presionarles para leerme (eso solo lo hago con mis amigos de toda la vida, que ya empiezan a odiarme por ello).

Un saludo, y muchos ánimos para tu reentré...