viernes, 22 de febrero de 2008

Último testigo.

Esta entrada solo podía tener dos títulos: el que le he puesto, o bien "El último gran héroe". Me he decidio por el primero para introducir mejor lo sucedido, pero el segundo era casi mejor. Y paradójicamente, no es un post que trate de cine, ni nada por el estilo...

En realidad quería comentar aquí la historia de un muy buen amigo mío, que se ha encontrado en una situación más bien extraña por intentar ser fiel a sus convicciones.

Mi amigo ha estado trabajando un tiempo en uno de esos sitios estatales donde se abusa de los jóvenes ansiosos por investigar para aprovechar su trabajo de forma gratuita. En su caso, tenía una beca para desarrollar su tesis doctoral, pero ha convivido con gente que trabajaba allí de forma "desinteresada", cobrando bajo la mesa en negro o conformándose con hacer currículo y aparecer en publicaciones.

El caso es que en su antiguo lugar de trabajo, alguna de estas personas que había estado un tiempo explotada, después de asesorarse adecuadamente por un buen abogado sindical, ha denunciado la situación, y ha llevado a juicio a la institución para la que trabajaban. Y en estos juicios es necesario demostrar que se ha sufrido explotación laboral, para lo cual son imprescindibles los testimonios de personas que puedan confirmar los hechos denunciados.

Aquí entra mi amigo. Cuando le preguntaron si estaba dispuesto a declarar, él, movido por su buena fe, decidio acudir al juicio, y prestó declaración. Y el resultado fue que se declaró culpable a la institución, y se le obligó a contratar a la personas explotada.

Pues bien, con ese resultado, cundió el ejemplo, y surgieron nuevas demandas. Y viendo que mi amigo estaba dispuesto a testificar, han seguido pidiéndole su voz. Así que pasó lo que tenía que pasar: tras declarar en otros juicios, se ha convertido en persona non grata para la institución, textualmente, y le han prohibido la entrada en el edificio.

Me cuenta mi amigo que ahora, cuando sus excompañeros le ven, le tratan como a un héroe, y le dan palmaditas de reconocimiento en la espalda. Pero que no hay otros que se presten a seguir su ejemplo, y que empieza a detectar que si en algun momento se niega a declarar, van a renegar de él como si de un ciminal se tratase.

Además, considera que es posible que le den plazas fijas a personas que lo merecen menos que otros que llevan tiempo trabajándoselas en el mismo sitio, y le molesta como se ha deteriorado su relación con algunas personas, como los encargados de la seguridad del edificio o los de administración, con los que mantenía muy buen trato, por que el simple hecho de decir la verdad ha levantado sus fallos.

Lo más curioso de todo es que mi amigo está ahora en una situación en la que, por haber hecho lo correcto (decir la verdad), se encuentra en un punto en el que cualquier cosa que haga va a generar odio hacia él.

Es paradójico y terrible, ser considerado un héroe por algo que deberían hacer todos sus compañeros por su propio bien, y a la vez estar en el filo de ser considerado un traidor por algunos excompañeros de otros departamentos y por la dirección del centro. Y encima, tener la certeza de que si decide hacer lo que hace el resto, callar y no mostrarse, se va a convertir en un repudiado...


Creo que ser un héroe es algo así, una terrible carga de responsabilidad adquirida por la calidad de tus propios actos, y una fama entre gente que no te conoce lo suficiente, y que igual que te encumbra puede tirarte por los suelos.


En realidad la única solución para mi amigo es seguir fiel a si mismo y no preocuparse de lo que digan a su alrededor. Porque los que le conocemos bien y no le juzgamos por lo que haga en un tribunal, sabemos que es un héroe desde hace mucho tiempo. Por ser él mismo y por luchar con todas sus fuerzas por un objetivo que, por cierto, acaba de lograr, en un mundo donde la gente como él no abunda, pero la competencia por conseguir lo que busca es inmensa.


Así que solo puedo decirle enhorabuena, amigo, por lo que has logrado y lo que queda por venir. Y desearle lo mejor donde quiera que vaya. Te buscaremos allí a donde llegues...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Juzgando y siendo juzgados. Constantemente. Así es este mundo.

Gracias, amigo.