lunes, 14 de enero de 2008

Ewa y Miroslav.

Me imagino la escena.
Él con sus amigotes, a la salida del trabajo, a relajar tensiones, algo que celebrar.
Ella entrando a trabajar:
"- ¿Como estás hoy Ewa?"
"- Bien, ya sabes, un poco irritada..."
"- ¿Tu marido?"
"- No, no, con el bien..."

Miroslav no suele irse de putas por ahí, pero de vez en cuando echa una canita al aire. Hoy es la despedida de soltero del joven Tadeusz, y han decidido irse todos al club de Zaborow, que lo abrieron hace no mucho y queda lo suficientemente lejos como para que nadie pregunte.

Al entrar, Józef pide para todos, y se meten en una sala donde una mujer muy bien dotada se contonea y realiza equilibrios en una barra de striptease. Poco a poco, según se van animando, los hombres desaparecen por una puerta al fondo, hacia una sala llena de mujeres que conduce al pasillo de los reservados. A Tadeusz le reservan una sorpresa; la puta más vieja del puticlub, una rolliza mujer de 45 años llamada Helena pero que con el tiempo se ha ganado el apelativo de Mimí, le atrapa y acalla sus quejas entre sus pechos, al más puro estilo "Amarcord".
Y llegado el momento, también Miroslav se levanta y acude a la sala.

Allí se encuentra con Ewa. La mira. Hace años, nada más verla se enamoró de ella, y hoy... Se sorprende, pero disimula. La escoge, y se van al reservado:

"- ¿Que haces aquí, cariño?"

El resto... ya es historia...

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