lunes, 1 de junio de 2009

A toda velocidad y contra un muro.

Últimamente me cuesta encontrar un equilibrio en el tipo de cosas de las que escribo.
Me he acostumbrado a escribir cada semana una crítica de las películas que voy a ver, y luego otro par de posts que casi siempre suelen incluir uno sobre música y otro de opinión o sobre algo personal. Y la verdad es que, con la ofensiva católica contra el aborto, me parece que llevo un tiempo que solo hablo del mismo tipo de cosas...

Pero no puedo evitarlo. Es un tema que me llega por mis propias convicciones y por mis estudios. Y hoy voy a volver a a hacerlo.
La semana pasada aparecieron en "El País" un par de artículos (1 y 2) de esos que te molestan con solo leer el titular, y casi lo primero que hice fue apuntarme los links para escribir sobre ello. Uno comentaba las declaraciones del cardenal Antonio Cañizares (no me gusta demasiada la puesta en escena del enlace, pero son éstas), en las que venía a decir que abortar era más grave que los abusos pederastas cometidos durante los últimos decenios del siglo pasado por los religiosos católicos educadores en escuelas irlandesas. Y el otro comentaba el artículo de opinión del redactor jefe de la revista "Alfa y Omega", que publica el Arzobispado de Madrid, en el que se preguntaba textualmente: "reducido el sexo a simple entretenimiento, ¿qué sentido tiene mantener la violación en el Código Penal?".

No escribí antes al respecto, como sí hizo un bloguero amigo, porque no disponía de las fuentes originales, y quería verlo por mí mismo antes de emitir un juicio. Pero una vez que lo he hecho, solo puedo expresar indignación.
Y he de confesar que es menor en lo relativo a las declaraciones de Cañizares, del que ya se sabe todo en cuanto a sus posicionamientos, que en el caso de Ricardo Benjumea, el mencionado redactor jefe de "Alfa y Omega", cuya propuesta es un absoluto disparate.

Cañizares tiene una postura y de ella no se puede esperar otra cosa que lo que ha dicho. Si en su escala de valores sitúa acabar con la vida de un feto al mismo nivel que el asesinato, puedo entender que piense que abusar sexualmente de niños sobre los que se tiene responsabilidades formativas esté por debajo.
No estoy de acuerdo, claro, porque no comparto su escala de valores y porqué aun así muchas veces dudo sobre si me parece peor matar que violar niños.
Pero asumo que es su idea, sin más. Simplemente, cuando se decida a crear su propio partido político, desde el que participar adecuadamente en la legislación vigente, no le votaré. Y, por supuesto, luchare para evitar que se me impongan sus planteamientos morales.

Ahora bien, el señor Benjumea dice en su artículo ciertas barbaridades que se escapan de toda lógica y que, prefiero creer, solo pretendan crear revuelo (os sugiero leerlas, su escrito ocupa apenas unas líneas y no os llevará más de dos minutos). Algo que, por cierto, se choca de frente con su primera frase ("Nada más lejos de mi intención que frivolizar con la violación") o con su afirmación de que sus planteamientos "no son demagogia".

El caso es que el señor Benjumea dice que si el sexo solo es diversión, a nadie se le debería juzgar con mucha gravedad por obligar a otro a divertirse. Es decir, que o no comprende lo que es un violación o simplemente frivoliza con ella.

Y para justificar que su planteamiento no es demagógico, refiere un caso en el que, por lo que cuenta, se ha cometido una injusticia por parte de los poderes públicos al rebajar las penas a un violador. Como si esa comparación rebajara en algo lo burdo de su frivolización y su intento de rebajarse a los sentimientos más profundos para darle crédito a sus palabras.

Por último, dando el giro con el que pretende enfocar su razonamiento hacia lo equivocado de nuestra sociedad, nos insinúa que sí, que todo lo dicho es un absurdo, el absurdo al que nos llevan nuestras leyes y nuestra equivocación al "deshumanizar" la sexualidad.
Pero ¿cómo lo hace? Lo hace viniendo a decir que el sexo solo tiene sentido dentro del matrimonio y como medida procreativa porque, si no, se banaliza y por tanto deja de tener sentido que sea delito la violación.

Lo hace incidiendo en su error al no querer comprender el tipo de agresión que supone una violación, por mucho que se pueda disfrutar del sexo cuando es consentido y deseado.
Lo hace pensando que la razón única del sexo es la procreación. Y no comprendiendo que, además de lo que significa en el acercamiento de sentimientos entre personas que se aman, es una fuente preciosa de placer, algo nada desdeñable.
Y lo hace, en definitiva, asimilando la contradicción que supone concebir que la humanización de la sexualidad está en comportarse como los animales, con simples instintos reproductivos, en vez de asumir que el sexo en las personas tiene muchas más dimensiones, va mucho más allá.
Mucho más de lo que significa solo procrear y mucho más de lo que está dispuesta a comprender la jerarquía de la Iglesia Católica.

Lo dicho, un disparate.

10 comentarios:

Samsa dijo...

Lo indignante es que sus palabras puedan desquiciarnos aún hoy en día y que intenten regular las costumbres de la gente que no pertenece a su club...,manda huevos!!

Roberto Marchán dijo...

a palabras necias, oídos sordos. lo gordo no es lo que dicen, que al fin y al cabo es lo que corresponde a una intitución tan anacrónica y trasnochada y que no convence ni a la cuarta parte de sus fieles, sino el trato de favor que reciben de un estado supuestamente laico y aconfesional. y encima hay que aguantar continuamente quejas por la persecución a que les somete el laicismo,...

Cyllan dijo...

Yo también veo que Infinito está cada vez más a saco en contra de la iglesia. También puse lo de los curas irlandeses y me pensé lo del troglodita Cañizares. Y no dejo de poner viñetas aludiendo al tema. Pero es que es lógico, la puñetera iglesia está ahora más pesada de lo normal intentando jodernos la vida y nos revolvemos. Acabáramos!
Como bien dices, en cuanto a sexo, más que con ningún otro tema, la iglesia es una nulidad absoluta, no tienen ni idea, lo único que saben es cometer aberraciones y delitos.
A veces pienso en un mundo sin religiones entrometidas metomentodos manipuladoras poderosas y castrantes... y disfruto tanto sólo imaginándolo, uuff. De ilusiones también se vive.

C. dijo...

A mi me indigna más todavía que me obliguen a pertenecer al club del Estado español (aunque podría cambiarme de país, ciertamente). Nadie me obliga a pertenecer a la Iglesia, por suerte. En fin, entiendo que encontrar un culpable de los males del mundo es muy tentador, y la Iglesia es fácilmente demonizable.

El texto de Benjumea es un disparate, está mal razonado y pone ejemplos que no tienen sentido (por cierto gracias porque no lo encontraba). Parece que alude a un texto anterior suyo, pero aún así. En todo caso, Oligoqueto, no es cierto que asocie el sexo exclusivamente con la procreación; también con el matrimonio, que es la manera que tiene la Iglesia de entender el amor.

Y aún así, al fondo del todo del texto, hay un argumento interesante. Lo comento en el blog de Samsa.

C. dijo...

Por cierto, entiendo la confusión. La Iglesia ha dicho durante mucho tiempo que el único fin del matrimonio era la procreación. Ahora dice que no sólo eso, que también es darse amor mutuo, y justifica el sexo en la fase no reproductiva de la mujer. En fin, los malabares que hacen para ir cambiando el discurso y que parezca que siguen fieles al discurso de San Pablo son asombrosos. En cualquier caso que conste que ni siquiera la Iglesia cree que el sexo deba ser sólo para procrear...

Olendariwin dijo...

Estoy de acuerdo con casi todo lo expuesto por Oligoqueto... es una barbaridad que a alguien se le ocurra realizar semejantes comparaciones. Con lo unico que no estoy de acuerdo es que la jerarquia de la Iglesia piense que el sexo solo es reproductivo, a veces su discurso resulta un poco contradictorio y sin embargo, pocas veces he leido textos que hablen del sexo de una forma bella, pongo extractos del Catecismo, cosas que dicen del sexo:

"no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal"

"la intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de comunión espiritual."

"La sexualidad es fuente de alegría y de agrado"

"los esposos no hacen nada malo procurando este placer y gozando de él"

Aunque si es muy claro que reducen al sexo a los esposos, pero creo que si se dan cuenta de esas otras dimensiones. Es una pena que demasiados representates de la Iglesia se "olviden" de ciertas partes... que francamente me llamaran mucho la atención cuando lo lei hace ya unos cuantos años... y con sorpresa (y tristeza) me encuentro muchos catolicos que no las conocen. En fin, saludos
Olen

oligoqueto dijo...

Anibal, uno pertenece a la Iglesia Católica desde que le bautizan, y luego no puede darse de baja. El derecho canónico ni siquiera establece un procedimiento para apostatar.
Y luego, cuando presumen de representar a millones de personas, nos están contando a muchos que de buen grado estaríamos borrados.

Por otro lado, yo no demonizo a la Iglesia. De hecho, tengo algún amigo cura. Entiendo que Iglesia son todos los feligreses que de muy buen grado y voluntad se reunen para compartir su fe, y que tambien es Iglesia aquellos que reunen donativos y trabajan por el bien de sus congeneres en nombre de Dios.
La jerarquía, en cambio, es otra cosa. Y la curia en general, también. En realidad son un organismo suprareligioso con un poder terrenal enorme y cuya simple existencia choca muchas veces con las propias enseñanzas de Jesús.
Una entidad que se supone transmisora directa de la palabra de Dios y que continuamente ha de reinterpretarse para pedir perdón por sus errores pasados, amoldándose a la sociedad para sobrevivir, tiene de por si poca credibilidad. Como para ser encima depositarios de la fuerza de la fe...

Olendariwin, Anibal, teneis razón, la curia tiene su propia versión del sexo, siempre y cuando se de en el matrimonio.
Olen, las frases son bonitas, estoy de acuerdo con ellas excepto en su límite a los matrimonios.
Pero resulta paradójico que se considere el sexo algo que afecta al nucleo íntimo de la persona y se vea como una fuente sana de alegría y agrado y en cambio se le "prohiba" al sacerdote y se le reproche al soltero. Como si el soltero fuese humano a medias...

Saludos.

C. dijo...

La verdad es que la Iglesia lo tiene bien montado. Le trae sin cuidado que no pagues la cuota, con tal de presumir de clientela.

Pero eso le dará fuerza de cara a Dios o a los políticos, que se lo creen todo. A mi me trae sin cuidado estar bautizado (que lo estoy). Con el Estado, por desgracia, encima de contarte como cliente te obligan a pagar la cuota. Bien es cierto que a cambio de servicios, pero podrían dejarme elegirlo a mi, ¿no? Además tampoco es fácil cambiarse de club.

(Yo creía que sí hay un procedimiento para apostatar, aunque complicado. Pero vamos, con la Iglesia nunca se sabe, porque todo es super-retorcido. En la Wikipedia abundan en el tema.

http://es.wikipedia.org/wiki/Cat%C3%B3licos_romanos#N.C3.BAmero_de_cat.C3.B3licos

C. dijo...

Por cierto, que seguro que la Iglesia tiene una estadística de confirmados, que es mucho más realista que la de bautizados, pero evidentemente no les interesa darla a conocer...

oligoqueto dijo...

Tienes razón, Anibal, por lo que veo sí que hay un mecanismo para darse de baja, definido en marzo del 2006. Antes no había ninguna sistemática concreta.
Busqué el dato y solo encontré referencias que me indicaban lo contrario.
Es curioso, porque ahora que he visto tu link me salen cosas parecidas por todos lados...

En cualquier caso, sí, parece ser muy complicado (ver este link), hay que pedirles que supriman nuestros datos como si fuesen cualquier otra entidad regida por la Ley Orgánica de Protección de Datos y además cursar la petición de apostatar según marca el derecho canónico.
Sino se hacen las dos cosas, siempre sumaras en sus cuentas, aunque sea con nombre X.

Saludos.

Saludos.