martes, 30 de octubre de 2007

Laca para el pelo y musiquitas.

Este fin de semana estuve viendo la película "Hairspray" (por cierto, toda la sala para mí. Unas 15 filas, en graderío, vacías para mi disfrute).


Para quién no lo sepa, esta es una versión de la película del mismo nombre que John Waters escribió y rodó en 1988. Y si se ha realizado una versión tan temprana es más que nada porque hace unos años se decidió llevar a Broadway una adaptación de la misma que fue un bombazo tanto en taquilla como en premios, así que nuestro carente de ideas Hollywood ha decidido aprovechar el tirón.




<-- La obra, en Las Vegas.



Dicho lo cual, he de confesar que la película me ha encantado (ya me gustó la original, que era algo mas rara, pero esta también es muy buena). Me ha parecido muy divertida y entretenida, pese a los problemillas de ritmo que van siempre asociados a las películas musicales. Todos los actores hacen un buen papel, sobre todo Christopher Walken, y los números están muy bien logrados, tanto en lo referente a sus coreografías como en las melodías y las canciones. Por cierto, que se agradece que últimamente no hagan esfuerzos para hacer versiones traducidas de estas, porque disfrutarlas en su versión original es una gozada.


La historia combina por un lado el típico sueño americano y la lucha por la aceptación de los diferentes por otro. La búsqueda de la fama y el éxito por encima de cualquier dificultad, aprovechando las oportunidades que ese "gran país" brinda, y la autoaceptación de su propio físico en el caso de Edna, o de las diferencias raciales en la trama principal. No se complica la vida en ningún momento con dudas sobre lo que pueda estar bien o mal, queda claro desde el principio, así que resulta una película amable sin más, sin mayores pretensiones. Pero no da más que lo que promete, así que no engaña, corresponde con lo buscado por el espectador.




La mayor curiosidad de la película estriba en el personaje de Edna, la madre de Tracy, la protagonista, interpretado por un John Travolta enfundado en uno de esos trajes de luchador de sumo que puso de moda Eddie Murphy en "El profesor chiflado". No lo hace mal, y no chirría dentro de la película, aunque no sé si era necesario recurrir al transformismo. Tampoco destaca, así que la extravagancia no desentona ni molesta. Pero igual con una mujer gorda de verdad el mensaje de aceptación de las propias características hubiese sido más creíble.


Por último, cabe destacar la calidad de la banda sonora, en la que las voces reales de los protagonistas, tras pasar por los estudios de grabación, no desentonan con lo que se exige en este tipo de producciones (bueno, Travolta, quizás sí, pero se acepta como parte de la caricatura de su personaje). Especialmente apreciables resultan las voces de los cantantes de color de la película, pero Nikki Blonsky (Tracy) aprueba con buena nota.


Lo dicho, una buena película si no eres de los que se llevan mal con los musicales y si no estás de humor para tramas profundas o no las necesitas para apreciar un film. Si te sirve de algo, yo me lo pasé en grande, o en gordo en este caso, y estoy deseando hacerme con la banda sonora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo es que no soy muy de musicales, no sé, para mí le quitan mucho ritmo al "flim" pero bueno, reconozco toda su valía y calidad, por supuesto.
Te recomiendo una peli de finales de los 40, que sin considerarlo musical, tiene grandes momentos "sonoros y rítmicos" de swing, jazz, boogie boogie, blues...seguro que la conoces y la has visto y se llama "Nace una canción", con Virginia Mayo, dirigida por el genial Howard Hawks y que es un remake de "Bola de fuego", que es suya también. A mi me parece más divertida y animada la primera pero en "Bola de fuego" nada menos que actúan Gary Cooper y Barbara Stanwyck, una garantía...
Repito que seguro las conoces con lo que queda la recomendación para los que lean esto.
Con Dios.