domingo, 28 de octubre de 2007

Halloween.

El otro día, buscando en una página de esas con regalos y cosas raras, vi un disfraz que me pareció estupendo. Uno de esos que no me importaría nada vestir, al contrario. Uno que me apetecía de verdad ponerme en una fiesta.

Y dado que Halloween se acerca, empecé a dejar caer entre mis amigos que "a ver si hacíamos una fiestecilla de disfraces", así, como el que no quiere la cosa, a ver si alguno de los emancipados recogía el guante y se decidía a montar algo en su casa.

La verdad es que no tengo ninguna esperanza en que nadie se lance a ello. Para ser sinceros, si en mi grupo de amigos, después de tantos años, nunca nadie ha montado una fiesta de disfraces, igual es un poco iluso pensar que ahora vamos a empezar a hacerlas. Pero lo cierto es que aquel traje me parecía tan... yo...

Ya me imaginaba todo tuneado, triunfando entre mis amigos con mi recién estrenado disfraz, pasándonoslo en grande con las diferentes propuestas de estilo de cada uno. Empezaba a animarme, y lo veía tan posible y cercano...


Hasta que el otro día un compañero de trabajo me envió un vídeo.

Un vídeo con una fiesta temática y disfraces automanufacturados. Disfraces que, aunque no me pondría jamás, me han hecho darme cuenta de que yo jugaba en otra liga. Una liga menor...
A veces es más fácil quitarle la ilusión a un iluso que el chupete a un bebé.
El vídeo de marras:



Ya digo que no es un disfraz muy de mi estilo, pero vaya, ¿un Transformers que se transforma? Coño, si yo a lo máximo que he llegado es a hacerme un disfraz de araña con globos, bolsas de basura y cinta aislante...

Que triste es esta falta de imaginación...


Para los que lo vayáis a celebrar, feliz Halloween, aprovechad para ser otro por una noche, y ¡¡disfrutad!!

No hay comentarios: