lunes, 29 de octubre de 2007

El primer lunes de la última semana de octubre.

Hoy ha sido el primer día después del cambio de horario. Y como todos los años, es un día raro, desagradable.
Odio llegar al trabajo recién amanecido y regresar a casa con la noche ya encima. Da la sensación de que no queda tiempo para vivir, de que se sale del trabajo para irse directamente a la cama y volver a empezar. De que llega el invierno y se escapan los días dejando todo por hacer. Y de que la luz se nos escapa por las rendijas de la ventana sin tener la posibilidad de salir a por ella a respirarla un poco como si fuera la mismísima libertad.
Este primer lunes es siempre uno de los peores del año. Porque después te habitúas y coges el ritmo, y aprendes a vivir en la noche. Pero el primero te coge desprevenido, te pilla a traición, a contrapié. Y se ha hecho largo como se hace largo siempre.
Bueno, tampoco me hagáis mucho caso. Probablemente mañana será mejor, y pasados unos meses me iré alegrando poco a poco con el avance de la luz... Y cada mes habrá una luna llena y parecerá menos de noche. Simplemente, hoy ha sido un día oscuro.

1 comentario:

Alberto dijo...

Lo bueno de un día oscuro es que otro mejor está por llegar. Es una inevitabilidad...