miércoles, 3 de diciembre de 2008

La protegida.

Sí, ya sé, no resulto muy original. De hecho, el día de los atentados de Bombay el mismo diario El Mundo ya salió con el titular para hablar de doña Esperanza. Pero no puedo evitar el plagio; me pareció un titular perfecto y además hacía mención a mi película favorita de Shyamalan.

El caso es que una vez más doña Esperanza ha vuelto a dar muestras de una capacidad de supervivencia admirable al salir ilesa, arrastrándose, de los atentados del miércoles 26 de Noviembre (¿les llamarán el 26 N a partir de ahora?). Unos atentados terribles y muy violentos, empleando tácticas de guerrilla para sembrar el caos y el miedo, y que seguramente perseguían sobre todo a occidentales rubios como ella. Pero unos atentados insuficientes para superar las resistencias de la presidenta de Madrid.


He de confesar que no me gusta nada, pero estas demostraciones de... ¿fortaleza? ¿suerte?... lo que sea, da igual, el caso es que estas demostraciones son impresionantes. Y el caso es que no es la primera vez que las lleva a cabo.
Recuerdo cuando, como Ministra de Cultura, metía la pata en las entrevistas del "Caiga Quien Caiga". Parecía que estuviese allí menos por sus capacidades que para dar una imagen bucólica del gobierno Aznar. Un poco como las ovejas que se ponen en el Belén, solo para decorar. Por aquel entonces podría haber sido despedazada por sus errores al comentar el cine español, pero sobrevivió y, poco a poco, ha ido demostrando que es un verdadero lobo. De hecho, por Madrid se cuentan numerosos compañeros y enemigos con las cicatrices de sus dentelladas.

Después, al sustituir a Gallardón como candidato del PP, pareció por unas semanas que perdería la mayoría ganada en años por el carisma sosegado de aquel. Pero supo reponerse rápidamente aprovechando los desmanes de unos tránsfugas que pasaban por allí. Bueno pasaban, o fueron pasados, no se puede afirmar nada; alguien que buscó puntos débiles y encontró a otro dispuesto a todo y a otra que no sabía a que indisponerse. El caso es que transformó una derrota en victoria y desde entonces no ha habido quién la mueva un centímetro de su silla (aunque quizás a ella le encantaría levantarse para ocupar otra, como en el juego de las sillas, tu te levantas, yo me siento, y alguien pierde el sitio).

Pero lo que vino después fue superior, por lo físico del asunto. Un helicóptero demasiado lleno que no consigue suficiente sustentación cae al suelo desde 20 metros y todos sus pasajeros excepto doña Esperanza se ven obligados a pasar por el hospital. Rajoy, el eterno candidato, viajaba con ella en su caída (lo cual, bien visto, puede ser una metáfora de toda la pasada legislatura en la oposición), pero ella quedó como la auténtica protagonista, con cierto aire de indestructibilidad.

Y ya solo quedaba ser capaz de salir ilesa de un atentado en el que fallecen al menos 172 personas para que su aura de superviviente se alargue lánguida como una sombra al atardecer. Y para reforzar esa figura, sus amigos diciendo que su entereza en la situación no tuvo comparación con ningún otro de la expedición, y algún rival político de lo más cretino le critica salir escopetada de una ciudad en la que, como poco, simplemente estar era un riesgo para ella y sus subalternos.

La Supervivencia es una palabra de orden mayor en biología. Desde que Darwin expuso su teoría de la evolución, es algo así como una piedra angular en el sistema. Pues si yo fuese productor de televisión estaría desde ya proponiéndole burradas de dinero para hacerla participar en el próximo concurso de "Supervivientes", y preparando pruebas de alto riesgo para la presidenta de los madrileños. Porque no cabe duda de que tiene madera de ganadora. Y ya se sabe lo que dicen, que la "esperanza es lo último que se pierde".
Aunque por ahora prefiero quedarme con otra dosis del refranero, que tiene leña para todos y de todos los colores, y decir que "mala hierba nunca muere". Que leído en un sentido biológico podría llevarnos a la conclusión inevitable de que los seres vivos son cada vez más malos. Y que estudiado en este caso concreto no se aleja demasiado de mi propia opinión.

Larga vida a todos...

2 comentarios:

Samsa dijo...

jajajaja, ¡pedazo de post!, la verdad es que Esperanza nos sobrevivirá a todos, o lo que es peor, sus ideas...y subrayo lo de cretino respecto al señor Blanco...habría que ver que hacemos cada uno de nosotros en una situación tan límite...

oligoqueto dijo...

¿Te querrás creer que aun no he oido lo que dijo Pepiño?
En realidad me refería a Ignasi Guardans, pero por lo que he oido es aplicable también al señor Blanco, sí.
En general, una clase política que asusta de demagogica...

Saludos.