martes, 9 de diciembre de 2008

Bolt.

Es curioso como hay cosas que se conjuntan perfectamente en el tiempo, como si un demiurgo nos controlara y provocara coincidencias tan idílicas. Porque para mí es una coincidencia que el más rápido corredor de todos los tiempos se llame Usain Bolt (una de las acepciones de bolt es rayo), y que precisamente el año en que se hace archiconocido la película animada escogida por Disney para sus navidades sea también "Bolt".

Claro que la película no tiene nada que ver con el velocista, y que comparar a este con el perro protagonista del film puede ser incluso ofensivo. Así que me voy a centrar en la crítica, que es a lo que había venido...

Bolt es una nueva obra de arte del cine animado. No tanto porque lo que cuente sea muy especial como porque, año a año, los prodigios técnicos que alcanzan estas películas van en aumento, y llega a un punto en el que uno se plantea hasta donde llegará la calidad de las animaciones. Aquellos detalles como las rebabas de plástico de los juguetes de "Toy Story", que observaba admirado de la credibilidad que otorgaban a los propios dibujos, son hoy una constante que hace que se puedan ver este tipo de películas en repetidas ocasiones encontrando nuevas sorpresas en cada visionado. Y la perfección de los movimientos, la física de todos los objetos y la textura de las superficies es tan buena que uno se pregunta como es posible que luego otros hagan bazofias como "Beowulf".

En cuanto a su guión, lo habitual en las películas Disney que esperan encontrar también acomodo entre los adultos. Algo ñoña en algunos aspectos, pero más que correcta en general, distribuyendo muy bien las risas, y dejando que la historia transcurra por cauces lo suficientemente livianos como para que los niños mantengan el interés.
Los dramas no son tales, no hay traumas al descubrirse las debilidades, pero tampoco chirría nada llamativamente, pues en todo momento se sabe que se está ante una película para niños. Hay personajes destinados a hacer reir como el hamster Rhino y otros a hacer llorar, como la desesperada Mittens. Y Bolt es un héroe muy clásico, obligado a enfrentarse a sus propias debilidades para alcanzar su objetivo.

Así que, en resumen, la película es lo suficientemente agradable como para ir a verla, y es de esas que dejarán contentos a pedres e hijos. No es ni mucho menos una seria candidata a destronar a "WALL-E" como mejor película de animación del año, porque a "WALL-E" hay pocas películas que puedan discutirle el premio a la mejor sin más. Pero es más que satisfactoria, y seguramente sería la ganadora del oscar en cualquier año normal (pendiente de ver la última de Miyazaki, eso sí).
Recomendable para gastarse el dinero.

Que la disfruteis.

1 comentario:

Cyllan dijo...

De acuerdo en todo, hasta en eso de que si no fuera por Wall-e y en espera de la del mago Miyazaki podría ganar cualquier premio ;)