martes, 1 de septiembre de 2009

El sexo de los ángeles.

El otro día venía en "El País" un artículo muy interesante que trataba sobre le definición del género en las competiciones deportivas.
El artículo tomaba el caso de Caster Semenya, la campeona de 800 metros en los últimos campeonatos de atletismo de Berlín, de cuya identidad sexual se duda, para narrar como ha evolucionado la percepción del sexo de los atletas desde la perspectiva de las reglas deportivas. Y trataba de explicar una serie de nociones sobre la diferenciación sexual cuya base biológica resulta especialmente interesante (algo estudié al respecto)...

El caso es que hay cosas que no mucha gente sabe. Por ejemplo, que el ser un hombre o una mujer no es una cuestión genotípica (determinada exclusivamente por lo que marcan los genes) sino fenotípica (determinada por lo que finalmente expresan los genes).
Así, aunque para el común de los mortales que saben un poco de genética la mujer es XX y el hombre XY, lo cierto es que se dan casos de hombres XX y mujeres XY. Muy raros, sí, pero se dan.
Y eso se debe a que en realidad que una persona se desarrolle como hombre o como mujer se debe a una conjunción de procesos que, en su desarrollo, no siempre conduce a un único resultado. De hecho, hay resultados intermedios (estados intersexuales) que realmente no entran ni en una ni en otra categoría.


En base a esto, el artículo venía a decir que decidir quién puede o no competir como hombre o como mujer es mucho más complicado de lo que parece.
No basta con hacer una simple prueba para ver si se tiene o no cromosoma Y. No solo porque, por ejemplo, se puedan dar casos de mujeres muy femeninas con genotipo XY (no hay más que buscar rumorología relacionada con el Síndrome de Insensibilidad a Andrógenos, SIA, o Síndrome de Morris para encontrarse con personas no solo muy bellas, sino muy famosas), sino porque en muchos casos, y especialmente en los intersexuales, es el individuo en cuestión quién decide su propia identidad.
Y parece que hoy en día es precisamente el argumento de la identidad el que más pesa a la hora de decidir si una persona puede o no competir como mujer.

Resultaba muy interesante leer el debate encendido que se daba en los comentarios del artículo, entre personas incapaces de aceptar ese argumento de la identidad personal y los que en cambio lo defendían. Muchos daban argumentaciones muy perdidas, en las que el simplismo del XY suponía todo lo necesario para calificar a una persona como hombre. Y algunos simplificaban en el sentido contrario, indicando que "sentirse" mujer e identificarse como una era suficiente.

Pero personalmente me resulta muy difícil dar una opinión definida. Siendo tan amante del deporte, me parece casi imposible decir si la posibilidad de que se adultere la competición ha de limitar las verdadera sensación identitaria de una persona.
Pero entiendo que es injusto para otras competidoras el verse luchando con una persona cuya identidad quede confusa y pueda obtener ventaja de ello. Y, sin embargo, me queda el regusto amargo de que a a la señorita Semenya se le juzga con demasiada dureza para la falta de pruebas que rodea el caso...

Son estas imperfecciones las que hacen que nos planteemos las cosas, los detalles que se salen de lo normal y ante los que nuestra mente no sabe exactamente como reaccionar.
Es una lástima que no se pueda quedar la pregunta en el aire, pues al final en una carrera ha de haber un vencedor. Pero aunque al final se dé una respuesta determinante al caso de Caster Semenya, y a cualquiera que se produzca en el futuro, estoy convencido de que los debates y las novedades continuaran siempre.

3 comentarios:

Alice_Gould dijo...

No me veo en la posición mas adecuada para poder opinar sobre identidad de genero.

Creo que tener que definir a alguien como hombre o mujer es de principio injusto, porque esto lleva consigo unas serie de pesos que la sociedad impone para el desarrollo de las personas como hombre o mujeres...cosa que me interesa mas que las consecuencias que esto pueda tener para el deporte, pero esta claro que negar el genero lleva al caos en este y muchos otros ambitos donde la diferenciacion es parte de su base.

No niego la biologia y las diferencias que existen entre unas personas y otras por motivos geneticos...pero como se explica el articulo de El Pais (yo me lo lei en el mundo, pero la explicacion es la misma), no se puede ser simplista porque resulta que los cosas no son blancas o negras.


Y sobretodo, Carter Semanyeva ha sido tratada de manera inhumana e indigna de cualquier persona, no ha aparecido de la nada y esto se podia haber resuelto antes de una manera menos mediatica,menos insultante y mas humana

oligoqueto dijo...

Está claro que el ser hombre o mujer lleva implicitos cierta forma de ser tratado por la sociedad. Y es verdad que mucho de ello es puro prejuicio, machismos y feminismos.
También estoy de acuerdo en que el tema es mucho más interesante que esto que ciño al deporte (pero eso es porque me gusta hilar temas en los posts, y en este caso la actualidad me lo ha puesto a huevo.)

Si las cosas no son blanco o negro es porque en el ser humano, por nuestra especial autoconciencia y por eso que nos diferencia de otros animales, prima el querer ser sobre la asunción de la propia existencia. Y podemos dar gracias a ello...
Nuestra biología no es tan diferente de la de otros animales, hasta que te topas con el margen de la conciencia y de lo que subyace neurologicamente.
Y efectivamente, no tiene nada de simple.

Para terminar, tienes razón con lo de Semenya. Por cierto, me hace gracia tu errata con su nombre. La versión original ya daba para algún juego de palabra, y la última que has usado casi más.

Saludos.

Alice_Gould dijo...

Jajajaja!!! es verdad, no me habia dado cuenta de mi errata, estoy feliz de haberla inventado!