viernes, 13 de noviembre de 2009

La vida (2)

Retomando el tema de la vida, y una vez esbozadas las características básicas que definen a los organismos vivos, quiero continuar tratando algunos de los misterios que hacen que el hecho de la existencia de la vida me resulté tan impresionante.
Será la forma en la que continuaré narrando mis ideas, para evitar profundizar en arduas cuestiones que puedan ser muy pesadas y para centrarme en las cosas que de verdad me resultan más oscuras e interesantes.

En este caso trataré el comienzo, lo básico, aquello que nos unifica a todos los seres vivos. Materia, fundamentada sobre todo en carbono y agua, y energía, nuestro origen.

Como planteé en mi primer post, para mucha gente la vida es un paso casi necesario de relación de la materia entre si, ante unas determinadas condiciones. Como si con unos determinados ingredientes y con unos determinados pasos un guiso no pudiera salir mal.

Cualquiera que cocine sabe que eso no es cierto. Siempre hay variables que no se han tenido en cuenta y pueden tirar por tierra lo que estamos preparando. Pero eso no juega especialmente en contra de la idea, porque hay alguna variable más que ha de sumarse al planteamiento: sobre todo el tiempo y el número de experimentos.
En ese planteamiento de origen de la vida, pasaron muchos millones de años antes de que en la tierra surgiera algo que pudiera llamarse como tal.
De hecho, suponiéndole a la Tierra unos 4500 millones de años de historia, se cree que se dieron condiciones mínimas para algún tipo de vida similar a la actual a partir de los 4400-4300 millones de años, y que hay ciertas evidencias de presencia de formas de vida desde hace 3850 millones de años.
Eso supone un periodo de entre 550 y 450 millones de años de prueba y error que pudieron desembocar en la aparición de la vida. Tiempo suficiente para millones de experimentos fallidos, pero, quizás, también suficiente para alguno positivo que desembocase en el éxito que supone la existencia de bacterias, plantas, animales, hongos y demás organismos difíciles de clasificar.

No voy a explicar ideas actuales sobre el origen de la vida en la Tierra desde la materia inerte. Hay muchas, mucho más sofisticadas que las típicas que estudiábamos en mi época sobre los coacervados de Oparin y la sopa primitiva de Haldane. Y se pueden encontrar en la wikipedia de forma muy sencilla para después profundizar si se quiere.
Solo diré que, en esencia, hay dos tipos de teorías básicas: la abiogénica, que plantea un origen natural y espontáneo de los diferentes complejos moleculares necesarios para mantener la vida a partir de mecanismos físicos y químicos producidos en el planeta, y la panspérmica, que supone que esos complejos llovieron sobre la Tierra desde cometas (quizás incluso ya ensamblados en formas de vida primordiales).


Personalmente, creo que la panspermia no explica nada por si sola, solo lleva más lejos (unos cuantos años luz) la explicación. Pero al menos dice que no es capaz de explicar algunas cosas con los medios que tenemos a nuestro alcance.
Y las teorías abiogénicas siempre se pierden en un punto que es incapaz de explicar el ensamblaje de los primeros organismos más complejos.
Desde mi punto de vista, todas las teorías tienen puntos débiles, y es más que probable que algún día se llegue a la conclusión de que la forma más sencilla de explicar la vida sea a través de un cóctel bien mezclado de multitud de propuestas anteriores. Por ahora, sin embargo, ninguna es lo suficientemente convincente como para haberse estandarizado en la mente de los biólogos.

Pero de los últimas ideas sugeridas, me parece muy interesante una que plantea la posibilidad de que se generen colonias de organismos que no mantienen un mismo genoma, sino que contienen cada uno partes de un genoma combinable que permita generar estructuras diferentes.
Es una idea que suena muy difícil, muy rara, como si de alguna manera en el origen de nuestra naturaleza hubiera un Frankenstein compuesto de multitud de mínimos pedazos capaces de funcionar bien juntos. Pero que precisamente es interesante por basarse en la agregación de elementos más simples para dar organismos de orden superior, una idea ya bastante aceptada en otros aspectos de la evolución biológica.

Voy a concluir este post haciendo hincapié en algo que es posible que se nos esté perdiendo en toda esta explicación. Que sea cual sea el origen de la vida, es bastante coherente.
Es decir, que si bien no se puede aceptar sin más que toda la vida de la Tierra tenga un origen común, y existen de hecho ramas variadas con bastantes diferencias, la verdad es que todos los seres vivos nos parecemos en muchas cosas, y compartimos bases comunes que fácilmente podrían decidirnos por ese posible origen común. O bien, en diferentes orígenes muy parecidos, y no muy lejanos en el tiempo.

Continuaré, en algún momento...

3 comentarios:

Samsa dijo...

que bueno, nunca había escuchado nada sobre la panspermia, es muy interesante...eso querría decir que somos extraterrestres todos lo cual es una idea que pongo en barbecho para algún relato. Saludoss

Olendariwin dijo...

mmm, con hambre de más...

oligoqueto dijo...

Bueno, todavía quedan algunas cosas interesantes por contar.
Poco a poco, cuando encuentre tiempo.

Saludos.