lunes, 23 de febrero de 2009

Milk

Otra de las películas nominadas a los Oscar que me he tragado para estar preparado de cara a la gala, es "Mi nombre es Harvey Milk", o simplemente "Milk", que tiene tantas como 8 nominaciones y que es muy probable que al final no se lleve ninguna, pese a la magnífica interpretación de Sean Penn.

El señor Harvey Milk fue un activista gay que pasó a la historia por su acceso a la concejalía de la ciudad de San Francisco y su lucha por defender los derechos de los homosexuales.
Un tipo que decidió no solo salir del armario, sino pelear en campo abierto contra todos los prejuicios que producía su forma de vivir su sexualidad, orgulloso de ello y sin intentar ocultarlo o pasar desapercibido. Y que fruto de su pelea se convirtió a su muerte en un mártir por la causa gay, lo cual facilitó, aun más si cabe, que San Francisco se convirtiera en la capital del mundo homosexual.

La película está dirigida por un director como Gus Van Sant, habituado a trabajar con historias de crecimiento personal (vease por ejemplo "El indomable Will Hunting" o "Descubriendo a Forrester"). No es una dirección que llame especialmente la atención, pero consigue conducir al espectador hacia donde él busca, permitiéndole ver tanto las grandezas como las miserias del personaje, lo cual se agradece en este tipo de películas. Y si bien en este caso la historia real de Harvey Milk se lo da casi todo hecho, no es menos cierto que el guión está muy bien cerrado, conjugando las vivencias privadas de Milk con su ámbito público de una forma muy natural y creíble.

Pero lo mejor de la película está sin duda en la labor de Sena Penn, que si el mundo fuese justo con esta película debería llevarse un nuevo Oscar. Este año parece que todo se decanta hacia Micky Rourke, al que aun no he visto su interpretación, pero me cuesta creer que pueda resultar más creíble en su papel de lo que Penn ha conseguido ser con el suyo. Y es que a uno, que le ha visto interpretar a personajes tan diversos como al asesino de "Pena de muerte" o al discapacitado de "I am Sam", le resulta bastante inexplicable no haberse dado cuenta hasta ahora de lo alocadamente homosexual que es Sean Penn...


Por lo demás, la película es más interesante que entretenida. Me gustó por que me pareció curioso conocer como había evolucionado el movimiento gay en San Francisco, y el tipo de luchas que tuvo que afrontar. Pero la verdad es que todo queda en manos de la capacidad para transmitir de Sean Penn, porque en ese aspecto lo cierto es que la película podría ser un simple documental y el resultado hubiese sido el mismo.
No apta para personas con prejuicios ante los homosexuales ni para aquellos que, sin ser homófobos, prefieran no ver besarse a personas del mismo sexo. Que, aunque no hay nada especialmente subido de tono, tampoco es plan de ir al cine a pasarlo mal con según que escenas.

Ineludible para fanes de Sean Penn y para cualquiera que sea capaz de ver cualquier película solo por una buena interpretación. Para los demás, una película para pasar el rato y aprender un poco de historia actual, con pocos atractivos más...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es de mis peliculas preferidas de este año.
Perfectamente definida por ti como "mas interesante que entretenida"...es tan interesante que casi me hubiera gustado mas que fuera un documental (en el sentido estricto del termino), pero sabiendo que probablemente si hubiera sido un documental nunca la hubiera visto, asi que mejor como es.

oligoqueto dijo...

Sí, totalmente de acuerdo.
Me alegro de que al final le dieran el Oscar a Penn.

Saludos.

Oz Vega dijo...

Un oscar mas... no la he visto... despues de leerte tengo ganas