Aunque habitualmente se ha adoptado a Sun Tzu como un general chino procedente del estado Ch’i, y se le ha conocido como el autor de “El Arte de la Guerra”, lo cierto es que no hay referencias históricas suficientemente fiables sobre su procedencia ni existencia real, y es probable que no existiese más que como escritor y nunca llegara a ser un guerrero.
Ahora bien, sea como fuere, el propio estilo y desarrollo del libro hacen pensar que fue escrito por una única persona, como un conjunto y una obra completa. Por lo que el mérito del personaje no deja de ser muy grande, al contemplar lo avanzado de su compendio de ideas sobre las confrontaciones.
Como obra, se puede datar “El Arte de la Guerra” entre el 400 a.C y el 320 a.C, basándose en sus referencias y en algunas de sus ausencias (la falta de un capítulo específico para la caballería siempre se ha interpretado como prueba de que el libro es anterior al uso militar de ésta). El libro se divide en 13 capítulos, cada uno de los cuales se centra en tratar diferentes aspectos a considerar por un buen estratega a la hora de combatir (la topografía, la forma de maniobrar, la disposición del general y de las tropas, el empleo de espías…).
Estos capítulos se estructuran en forma de versículos cortos que explican distintos aspectos del capítulo a tratar, dando pautas de comportamiento ante las diferentes posibilidades que un general puede encontrarse en la batalla, tanto en aspectos tácticos como estratégicos. Y aunque pueden llegar a ser bastante específicos, lo cierto es que sus explicaciones pueden ser siempre entendidas de forma metafórica y extrapoladas a cualquier situación de confrontación que hallemos en nuestra vida común, por lo que aun hoy en día aportan un conocimiento muy aprovechable en casi cualquier ámbito de nuestra realidad.
Sin entrar en muchos detalles, Sun Tzu hace una valoración de cómo debe ser un general, que resulta especialmente rica en el tema psicológico, y otorga claves de comportamiento esenciales para aprender a dirigir a un grupo en casi cualquier contexto. Y en esas claves, se hace un especial hincapié en:
1. La capacidad de prevenir cualquier situación de riesgo, incidiendo en la necesidad de poder analizar las situaciones de una forma rápida y emocionalmente despegada.
2. En mostrar una gran flexibilidad de posturas, para poder cambiar ágilmente un comportamiento que no esté rindiendo frutos, centrándose en este caso en no mostrarse obstinado con planes que no den resultados y en ser capaz de emplear diferentes estrategias ante situaciones parecidas, para evitar la anticipación del rival.
3. Conocerse uno mismo tanto como al rival. El conocimiento es fundamental en cualquier batalla. Es necesario conocer al rival y el contexto en que se va a combatir, pero también es necesario ser consciente de las propias fortalezas y defectos, para poder anticipar fallos y emplear ventajas.
Finalmente, la filosofía guerrera de Sun Tzu se destila en dos ideas:
- Que el arte de la guerra se basa en el engaño.
- Y que el supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar. Lo cual solo se consigue con una total superioridad estratégica sobre el rival.
En ambos casos es fundamental tener muy en cuenta los puntos anteriores.
Hoy en día Sun Tzu podría parecer un simple recuerdo.
Pero su estilo, tan oriental, de ofrecer metáforas de muchos significados y pensamientos profundos escondidos en palabras simples, hace que se sigan empleando sus enseñanzas en ámbitos empresariales, o en cualquier otro que implique liderar un grupo en pos de un objetivo y en competición con otros.
Sin duda, "El Arte de la Guerra" es una gran obra de la que se pueden sacar muchísimas conclusiones. Echadle un ojo, que es corto y no aburre en absoluto...
miércoles, 11 de febrero de 2009
Sun Tzu,”El Arte de la Guerra”
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1 comentario:
Interesante, interesante...
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