Todo el mundo tiene sus cosas para relajarse. Los hay que hacen punto de cruz, otros que son adictos a los masajes. Y hay a quién le da por las maquetas, la pintura, los soldaditos de plomo...
Yo no iba a ser menos, y no soy el más raro, la verdad. De hecho, las actividades que me relajan son bastante comunes. Por un lado, hay pocas cosas con las que me sienta más a gusto que jugando un partido de fútbol bien peleado, uno con mucha rivalidad en el que haya estado corriendo todo el tiempo. Una afición que comparto con muchísima gente...
Y en casa, cuando me apetece dejar de pensar, recurro al "Buscaminas". Sé que hay otros como yo (sin ir más lejos, J.K. Rowling es bastante buena en el jueguecito, y también le da cuando quiere dejar de pensar en escribir), pero ésta es una afición menos común. Vamos, al menos aun no he visto a cien mil personas ir a un estadio a ver a nadie jugar al Buscaminas...
Aunque para mucha gente lo del Buscaminas es pura suerte, y en buena parte tengan razón, la verdad es que para conseguir un buen récord es importante tener una buena estrategia, haber practicado mucho y dominar las diferentes funciones de botón que proporciona el juego. Porque mucha gente no sabe siquiera que puede colocar banderitas para marcar las banderas pasadas, y para la gran mayoría el uso simultáneo de los botones derecho e izquierdo del ratón es un secreto desconocido. Y ese es el secreto más importante para poder desvelar bombas a toda velocidad...
Recuerdo que aprendí a jugar gracias a mi hermana. Le veía jugar tan rápida, despejando las 16x30 casillas del nivel experto, con sus 99 minas escondidas, a un ritmo que me parecía imposible y me admiraba de su capacidad. Luego, con los años, conseguí superarla, y dejé mi récord particular en 102 segundos para ese mismo nivel, que no está mal pero tampoco es gran cosa viendo algunos resultados que hay por ahí. Aunque desde que cambié de ratón a uno inalámbrico, con menor nivel de precisión, me resulta difícil bajar de 150 segundos. Y ya no juego con tanta entrega...
En mis buenos tiempos podía pasarme muchos minutos delante de la pantalla, terminando partidas a una media de 125 segundos, fallando solo cuando la suerte resultaba decisiva. Incluso desarrollé teorias de juego y relacioné algunas estrategias con situaciones de vida reales... Pero hoy en día me lo tomo más en plan relax, y sigue resultándome una actividad muy tranquilizante.
Ahora bien, de cuando en cuando me surge la idea e comprarme un mejor ratón y ponerme a jugar en busca de bajar de esos 100 segundos que separan a los mejores de los que solo somos aficionados. Serán los últimos estertores de rebeldía que me quedan, no sé, pero estoy seguro de que acabaré haciéndolo.
Y a fin de cuentas, estas son de las pocas bombas que no hacen daño a nadie, ¿no?
Venga, todos a jugar...
miércoles, 7 de enero de 2009
Soy minero...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Es que los ratones sin rabo son malos, malos, malos,...
Un abrazo!
Ánimo, que no decaiga.
Soy una negada del buscaminas, de las que hace el tablero mas grande posible con una cantidad insignificante de bombas.
Me doy al punto de cruz, que me relaja, pero despues no se que hacer con las cosas que hago y terminan en un cajon.
Pero lo mejor es el clasico, salir a la calle y tomar unas cervecitas o unos dardos o futbolin.
Alice: Es todo práctica, supongo...
De tus opciones, los amigos, claro. En el futbolín nunca he sido muy bueno, y en los dardos, tuve mi época, en un equipo, pero me acabé aburriendo...
Me has recordado un juego que tenía olvidado. Cuando llegue a casa intentaré bajar de 100 segundos.
Publicar un comentario