lunes, 26 de octubre de 2009

Ágora

Tenía ganas de verla, de saber que podía hacer Amenabar con 50 millones de presupuesto y una idea histórica en la cabeza. No es que sea un gran fan de su obra, pero le tengo bastante respeto, y me gustó especialmente "Mar Adentro", así que siempre resulta interesante volver a ver lo que hace. Y con eso de que ya ha tocado con éxito diferentes campos me atraía saber cual era su versión de la Alejandría tardo-romana.

Pero no puedo decir que me haya gustado mucho, la verdad. Tiene cosas interesantes, y han trabajado muy bien la ambientación, pero la historia narrada no mueve demasiado y, personalmente, acabó aburriéndome un poco.
Coincido con algunas críticas que la han tildado de fría. Falta pasión en los personajes, y la que hay está tan centrada en la astronomía que es difícil sentir empatía.
Le he oído decir a Amenabar que cree que en parte esa sensación de frialdad se debe a que el personaje protagonista, Hipatia de Alejandría, es una mujer en una época en la que la mujer pintaba poco en el ámbito científico y artístico, y que eso hace que a mucho público, poco habituado a esa circunstancia, le resulte extraño. Pero no estoy muy seguro de que sea por eso, sino que más bien Hipatia resulta lejana y poco accesible y su vida está tan centrada en su ciencia que difícilmente despierta simpatía. Esta tan castrada que no atrae nada.
Y al final, en vista de esa ausencia de emociones más humanas, la historia se llena de otras tramas más políticas y guerreras que, en vez de completar lo que se nos quiere narrar, despistan sobre el objetivo de la película, diluyendo totalmente su alcance.

En realidad, al final la película sirve para cumplir dos objetivos: por un lado, establecer una metáfora entre la situación de la película y la actual intolerancia que se vive entre pueblos, culturas y religiones, y por otro el de narrar una de las situaciones de "martirio" de la ciencia ante el fanatismo religioso más tratadas de la historia. Y más o menos los cumple bien, pero perdiéndose por el camino las tramas emocionales más primarias que podrían darle a la película un mayor sentido y entidad.

Así, resulta difícil valorar bien una película que tiene, sin embargo aspectos muy positivos. Como digo, la ambientación resulta muy interesante, y se aprecia un trabajo muy bueno tanto en el desarrollo de decorados como en el de vestuario. Quizás se echa algo de menos que los personajes protagonistas tengan un aspecto menos JASP, pues aunque en realidad no tengo muy claro como eran físicamente los egipcios de los siglos IV dC y V dC, en ningún caso me los imagino con ojos claros, como muchos de los de la película. Pero por lo general, gusta la Alejandría que se nos propone.
Y también resulta atractiva la coreografía de las hordas que recorren la ciudad en busca de sus enemigos, cómo nos lo muestra el director y el tipo de tomas que emplea, con algunas aéreas muy llamativas.
Pero uno sale de la película con cierta sensación de vacío que la técnica es incapaz de llenar y que hace que la crítica global no pueda ser más positiva.

Sin embargo, y aunque por lo general no recomendaría verla en el cine, en este caso lo haré por un motivo: para apreciar la calidad de esa ambientación que he puesto en el centro de sus características positivas, creo que cuanto más grande sea la pantalla mejor.
Quizás sea un aliciente insuficiente, pero si ya se tiene curiosidad por ver la película de antemano se puede contar con eso como un mínimo que te llevarás seguro...
Ya me diréis.

3 comentarios:

Roberto Marchán dijo...

empieza flojucha y al final remonta un poco. coincido en todo lo que dices, falta emoción y los personajes tienen pocos matices. a mi me pareció una película de "tesis", en la que todo el guión está armado para transmitir una idea y los personajes son más arquetipos al servicio de esa idea que individuos dotados de personalidad. aún así, debo reconocer que al final me sedujo la idea de que una alejandrina se pudiese anticipar más de 1000 años a las teorías de kepler. eso sí que es verdadera ciencia-ficción. al día siguiente estuve buscando información sobre kepler, sobre tycho brahe y su nariz de plata y mirra y por más que lo intenté no encontré una relación entre excentricidad e inclinación orbital, por lo del cono de apolonio. pues eso.

un abrazo!

Océana dijo...

Pero que bien has contado la peli en el blog de Cyllan...

(por eso pasé a saludarte, de tanto que me gustó tu explicación)

oligoqueto dijo...

Vaya, gracias orange torch. En realidad casi era una repetición de mi crítica aquí, espero no haberme pasado de largo...

Saludos.